"La emperatriz rebelde"
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El argumento: En la Navidad de 1877, Isabel de Austria (Sissi), celebra su 40º cumpleaños. Primera dama de Austria, mujer del emperador Francisco José I, no tiene derecho a expresarse y debe mantenerse hermosa y joven para siempre en su papel de emperatriz. Para satisfacer estas expectativas, adopta un estricto régimen de ayuno, ejercicios, peluquería y medición diaria de su cintura. Asfixiada por dichas convenciones, y con un apetito voraz de saber y de vida, Isabel se rebela cada vez más contra esta imagen.
Conviene ver: “La emperatriz rebelde” no se anda con rodeos con el título en español de la conocida internacionalmente como “Corsage”, en clara referencia al corpiño que oprime el espíritu de una mujer a cargo de un sistema que no permite que se salga del guión previsto. En esta ocasión se nos presenta a una Isabel de Austria más terrenal y en plena crisis de los 40, que fuma heroína y se masturba en la bañera, y que está harta de agachar la cabeza frente a una corte ladina y un marido por el que ya no siente ningún tipo de afecto porque le ha restado cualquier gana de vivir. Es por eso que esta cinta se aleja de las versiones edulcoradas protagonizadas por Romy Schneider en la década de los 50 aunque en su momento la actriz también pudiera darse el gusto de explorar otra vertiente más madura y auténtica del personaje en “Luis II de Baviera, el rey loco” (1973). “La emperatriz rebelde” nos presenta a una protagonista rebelde y hedonista heredera de "María Antonieta" (2006) de Sofia Coppola así como frustrada e incomprendida como la Diana de Gales de "Spencer" (2021) adentrándose en el 40º cumpleaños de la emperatriz de Austria, condenada por su estatus, su belleza y el tener que quedar a la sombra sin voz ni voto más allá de su físico de su marido, el emperador Francisco Jose I en una Europa revuelta en la que los nacionalismos están en auge. Asfixiada por esa presión y por el culto a la imagen que tiene que desprender se enfrenta a su propio cuerpo con obsesión a través de un régimen de ayuno, peinados y continuas mediciones de su cintura para evitar ser expulsada de un sistema que en el caso de la mujer premia la delgadez, la belleza y la juventud y margina a la madurez porque lo que se quiere es que se desprenda en todo momento sonrisa y felicidad. Todo ello sin dejar de lado sus obligaciones como mujer, frente a sí misma dándose el derecho a tener placer y volverse a sentir deseada, y como madre preocupada porque su hijo (más parecido a ella de lo que quiere reconocer) quede abrasado por la presión al ser el heredero del imperio.
Una mujer a la que no permiten ser feliz por ella misma pero que, al contrario que otras figuras que ahora encuentran su reivindicación, no fue sumisa a pesar de toparse con una sociedad que no iba a aceptarlo. Una emperatriz que prefirió alejarse de la corte, los banquetes lujosos y de etiqueta y las sesiones de caza y ser incomprendida por los demás calificándola de histérica pero también poder ser fiel a sí misma y tener derecho a lamerse sus heridas, entre ellas la infelicidad conyugal o la pérdida de una hija. Formalmente la cinta destaca también por un inconformismo visual que se aleja de lo obvio jugando también con la fascinación primigenia que siente por la fotografía y la imagen en movimiento ofrecida por los primeros visionarios como elemento de transmisión a la hora de humanizar frente a su pueblo a aquellos parapetados en el boato. También por el hecho de un anacronismo visual y musical que desmonta los cánones del relato histórico sonando desde The Rolling Stones a Marianne Faithful. Vicky Krieps está estupenda en toda la construcción de un personaje complejo que está harto de su condición y que lo demuestra entre tabaco, heroína y carreras a caballo en una cinta impecable en lo técnico como una pieza de cámara de época que deja un plano final para el recuerdo.
Conviene saber: Mejor interpretación en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes 2022, 3 nominaciones en los premios del cine europeo 2022 y representante de Austria para el Oscar 2023 a la mejor película internacional.
La crítica le da un SIETE