Cine en serie: Series de culto... "Studio 60"

Querido Teo:

Cuando Aaron Sorkin, guionista de películas como “La guerra de Charlie Wilson”, o la inminente y pendiente de estreno “La red social” de David Fincher, decidió levantar un nuevo proyecto después de la multipremiada serie "El ala oeste de la Casa Blanca", todos los ejecutivos de la NBC se entusiasmaron con la idea y comenzaron a extender cheques como locos. Sorkin había sido uno de los mayores responsables de los éxitos que la cadena había cosechado en sus últimos años, y por ello no podían estar más contentos de que éste se hubiera decidido por fin a embarcarse en un nuevo proyecto para ellos. Sin embargo, que su premisa estuviera centrada en los entresijos del mundo televisivo, unido al hecho de conocer su enorme capacidad para meterse en camisas de once varas, hizo que lo que acompañaba a dicha noticia no les hiciese precisamente saltar de alegría. Su fama de no escatimar en todo tipo de detalles escabrosos, utilizando como referencia sus propias experiencias personales y las de los que le rodeaban, les hizo dudar en un principio de las intenciones de su nuevo proyecto. Si, Aaron era un tipo sin pelos en la lengua, y además tenía una pluma ágil, certera e indudablemente peligrosa. Pero dado que éste ya había sido capaz de atrapar a una gran multitud de telespectadores con una serie como “El ala oeste...”, sin perder ni un ápice de crítica social, ni de entretenimiento masivo, esto le daba un buen margen de confianza inicial, que la cadena de momento estaba dispuesta a mantener mientras su cinismo no se le fuera excesivamente de las manos. 

“Studio 60” se estrenó el 26 de agosto del año 2006, con una audiencia inicial algo escasa pero suficientemente razonable, entendiendo por ello que este iba a ser un producto algo elitista e indudablemente de largo recorrido. La vuelta de Matthew Perry (el inolvidable Chandler de “Friends”) a la primera línea de la parrilla americana, parece que en un principio despertó el suficiente interés por parte de los televidentes como para alcanzar cifras interesantes que hicieran pensar en un lento pero indiscutible nuevo éxito para la cadena. Sin embargo, y casi un año después, tras sus 22 magníficos episodios emitidos, el mismo canal que había apostado por una ficción de calidad que la devolviera algo del prestigio perdido, ponía fin al proyecto. De esta manera se iniciaba muy posiblemente una serie de malas decisiones, que llevarían posteriormente a la cadena al declive sufrido en los años siguientes, y en el que aún se encuentra, y se seguirá encontrando, si ésta no cambia radicalmente su política corporativa de cara al futuro. 

“Studio 60” nos cuenta en un segundo plano los amoríos y vicisitudes interpersonales de sus protagonistas, centrándose más en los problemas de producción que conlleva la realización de un programa de televisión de humor que se hace en directo. Esta sería la descripción de la serie en líneas generales, pero siendo un poco más precisos, e indudablemente justos, podríamos decir que “Studio 60” está totalmente basada en la realización del famoso y longevo programa nocturno Saturday Night Live. Tanto es así, que a los pocos episodios, la serie se convirtió en la comidilla de la profesión televisiva, en la que según se dice se jugaba después de cada capítulo a adivinar quién era quién, y que había sido ficción y que no, comenzando de esta manera un peligroso juego de espejos, no siempre bien recibido, que se convertiría a posteriori en uno de los muchos motivos de su definitiva cancelación. Según fue avanzando la temporada, la serie se fue volviendo más y más autocrítica y deconstructivamente subversiva, apuntando directamente hacia los grandes jefazos de las más importantes cadenas de televisión americanas. Esto, unido al hecho de que la audiencia no acabó nunca de entrar en las diferentes tramas que propusieron Sorkin y sus guionistas, (quizá esperando algo más ligero y/o cómico, debido a su premisa y los antecedentes de su protagonista) hicieron que finalmente la serie estuviera avocada a un lamentable e injusto punto final. Aún hoy se recuerda como uno de los grandes golpes morales y artísticos acaecidos dentro de la historia de la televisión americana.

Personalmente, creo que es una de las obras más interesantes de los últimos años, especialmente por su enorme capacidad para emocionar, entretener, y al mismo tiempo arreglárselas para escupir a la cara muchas de las verdades que se encuentran escondidas tras las puertas de los despachos de los altos ejecutivos de las grandes Network. Por desgracia millones de televidentes americanos no opinaron en su día lo mismo que yo, y ahora ya solo se puede recordar en la lejanía como otra de esas grandes series que murieron prematuramente.

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Watanabe