Festival Cineuropa 2022: Una redención imposible, conspiración educativa y de poder en El Cairo y un país en reclusión bajo la mirada de Jafar Panahi

Querido Teo:

Más películas que se han podido ver dentro de la programación del Festival Cineuropa 2022 que se celebra entre el 4 y el 20 de Noviembre en Santiago de Compostela. 

"Captain Volkonogov escaped" (Natasha Merkulova y Aleksey Chupov), el perdón imposible e inmerecido

Partícipe en la sección oficial del Festival de Venecia 2021, “Captain Volkonogov escaped” es una de las películas más provocadoras, sin intentar serlo, de los últimos años. Y no caigamos en la trampa de pensar en provocadores como Gaspar Noé o Lars Von Trier, aquí hay una consciencia y una responsabilidad social y política que a veces no se encuentra en otros cineastas.

“Captain Volkonogov escaped” plantea la historia de un criminal de guerra que es parte de un grupo terrorista soviético a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, y que llegado un punto alcanza su límite a nivel psicológico e intenta huir del grupo, buscando a familiares de personas asesinadas por el grupo buscando un perdón. La provocación evidente viene del mero planteamiento de que el espectador deba seguir durante 2 horas a una persona que te recuerda continuamente, a través de flashbacks propios de la memoria del protagonista, que no es una buena persona.

No es una víctima que se ha visto atrapada y no ha podido salir. No es una persona a la que le han obligado a realizar los actos más insondables. Esto evidentemente no quiere decir que el contexto social, económico y político no afecte y alienice al propio, pero eso le excusa de las barbaridades más inimaginables.

Y de esta forma, los directores Aleksey Chupov y Natasha Merkulova te ponen entre la espalda y la pared, a través de una puesta en escena vibrante, con mucha cámara en mano y una solidez visual que convierten a la película en una experiencia más que digna, a pesar de que cierta redundancia en el mensaje se podría haber filtrado mejor en el guion. Aun así es una película preparada para levantar ampollas, y en tiempos donde la violencia y los extremos políticos parecen inevitables, vienen a recordarnos que no es el camino que queremos recorrer, y que a veces el perdón no sólo es imposible, sino que es inmerecido.

"Conspiración en El Cairo" (Tarik Saleh), lucha de poder por el pensamiento imperante

La ganadora de mejor guion en el Festival de Cannes 2022 sigue a un joven que ingresa en la prestigiosa Universidad de Al-Azhar de El Cairo. Lo que parecía que sería el inicio de una andadura prometedora, termina siendo el inicio de una pesadilla, ya que obligan al joven a introducirse en el espionaje y conspiración de la elección del nuevo jeque de Al-Azhar, quedándose en medio de toda una trama entre las élites políticas y religiosas del país.

A nivel narrativo, es realmente admirable cómo, a pesar de todo el ruido del thriller de espionaje, al final del día la película es una especie de "coming of age", donde el arco del protagonista siempre está en foco y nunca lo pierde. Un protagonista que ve como todo el país está pendiendo de un hilo, y cómo descubrir cómo realmente funciona el mismo le llevan a crecer y a madurar de forma forzada pero, como en la vida, inevitable.

Además, a pesar de explorar todos los recovecos más oscuros del entramado, la película nunca se posiciona de forma fatalista, nunca te deja con la sensación de que toda esa corrupción y manipulación acabará con la sociedad, dando de la mano al arco narrativo del protagonista y dando pie a que siempre se puede crecer, evolucionar, ir a mejor.

A pesar de echar en falta cierto virtuosismo técnico, que por momentos recuerda a lo que fue “El dilema” de Michael Mann, tampoco se le puede echar en cara la falta de éste, ya que de una película diferente estaríamos hablando con un lenguaje cinematográfico mucho más occidental, y es que esa seña de identidad propia de Tarik Saleh, a pesar de tener varios momentos visuales muy potentes, son los que al final del día dejan más calado en el espectador, centrándose y potenciando la narrativa para dejar un poso mucho mayor y, al final del día, casi más importante.

“Los osos no existen", sentimiento de reclusión (Jafar Panahi)

El aclamado cineasta Jafar Panahi fue uno de los nombres más sonados en el Festival de Venecia 2022, debido a que no pudo acudir al mismo ya que se encuentra preso en Irán, debido a estar acusado de conspiración al gobierno por su cine. Este bochorno fue de lo más comentado y estuvo a punto de darle su segundo León de Oro por su nueva película, “Los osos no existen”, que terminó llevándose el premio especial del Jurado.

Evidentemente, más allá del contexto, la película se sostiene por sí sola, tratando una historia metacinematográfica en la que el protagonista de la misma es el propio Jafar Panahi, intentando rodar una película a distancia mientras se encuentra encerrado en una casa en la frontera del país. Este juego narrativo le sirve a Panahi para no sólo poner en contexto su propia situación (y denunciarla), sino también para poner en contexto y situación a un país entero, criticándolo sin pudor con esa doble lectura de lo que ocurre en la película que está rodando y entre los habitantes del pueblo donde Panahi se esconde.

Una propuesta narrativa a la que puede costar entrar debido al ritmo de la misma, a veces apoyado en el humor pero muchas veces dubitativo entre la falta de un conflicto o una urgencia dramática, bordeando continuamente el lenguaje del documental donde no hay sitio para las interpretaciones admirables, la puesta en escena notoria, o incluso un lucimiento o siquiera narrativa visual que puede llegar a sacar del todo, pero que si uno se centra en la reflexión y denuncia de la propia obra, puede llegar a ser de un gran calado.

Iker González Urresti