Sitges 2022: Una amistad mecánica, Rebecca Hall en opresión patriarcal y Ester Expósito convertida en "scream queen"
Querido Teo:
Un "mockumentary" reformulado, Rebecca Hall y la opresión patriarcal y prosigue la nueva antología de terror español en la primera jornada del Festival de Sitges 2022.
"Brian y Charles"
El "mockumentary" ha derivado en todo tipo de comedias, desde búsquedas incesantes del gag sencillo hasta el uso incansable del movimiento de la cámara para crear dinamismo, desconcierto y, por lo tanto, comedia. "Brian y Charles", a pesar de que a nivel de forma son los mismos recursos de siempre, le da una vuelta al nivel del fondo y explora la soledad de Brian, el protagonista. Cómo se encierra en sus creaciones mecánicas y cómo parece despertar simpatía desde sus actividades solitarias.
Todo esto cambia cuando crea a Charles, un robot parlante delirante, con un "timing" cómico brutal que recuerda por momentos a The Monty Python y llena el corazón del protagonista, no sólo aportándole compañía si no dándole otra perspectiva de la vida, una que no había vivido hasta ahora.
Brian tampoco es culpable de esto, él no se encierra, simplemente no sabe cómo conectar emocionalmente con las personas, y necesita de la ayuda de un ser inanimado pero rotundamente real para poder conseguirlo. La película te llena el corazoncito a partir de una empatía inevitable, un ejercicio emocional que recuerda también al mejor Taika Waititi, con la forma de "Lo que hacemos en las sombras" y con el fondo de "Hunt for the wilderpeople".
"Resurrección"
2022 ha sido un año de un salto importantísimo para Rebecca Hall. Desde el estreno de su primer largometraje como directora, "Claroscuro", que estuvo hasta el último momento con varias categorías en la disputa por las nominaciones de los Oscar, hasta "Resurrección", una película que gustó mucho en su estreno en Sundance y en la que no sólo se consagra como actriz si no que demuestra una presencia inconmensurable en un film hecho para ella.
Un film en el que su personaje establece desde el primer momento que le obsesiona tener el control. Un control que no sabemos por qué le obsesiona, qué es exactamente lo que está tan aterrorizada por controlar, más allá de su hija y su trabajo. Pronto descubrimos que el personaje interpretado por un más intimidante que nunca Tim Roth tiene algo que ver, con una trama que va pelando sus propias capas desde la obsesión, el trauma, y un intento de recuperación de ese mismo control que Roth le hace perder a Hall que figuradamente podemos ligar a una opresión patriarcal permanente.
Todo desde una perspectiva del horror más absoluto, el director Andrew Semans lleva el terror más terrenal a lo sobrenatural, con una puesta en escena opresiva, enfocada no en aterrorizar a Hall, si no a oprimirla, sofocarla, llevando también la interpretación a otro nivel donde a veces roza el efectismo e incluso la sobreactuación, pero que Hall realiza con la solvencia y solidez que la caracteriza. Y muy atentos a la banda sonora de Jim Williams, compositor habitual de Julia Ducournau y que a partir de cuerdas y órgano crean una atmósfera única, imparable, que recuerda por momentos al Olivier Arson de "El reino".
"Venus"
Comenzando con "Veneciafrenia" de Álex de la Iglesia, "Venus" es el segundo largometraje de esta antología creada por Amazon Prime Video en el que diferentes películas de horror españolas se unirán para sacar músculo y demostrar que el cine patrio también sabe hacer un cine de género soberanamente disfrutable, muy festivalero y entretenido. En este caso Jaume Balagueró vuelve al terror en España de una forma macarra, sucia, gore y que no tiene ningún tipo de interés en trascender como otras incursiones mucho más serias y centradas en otras psicologías más concretas.
Aquí Balagueró intenta de vez en cuando adentrarse en el drama de dos hermanas, aunque quizás se pierde un poco debido a que quizás no era el tipo de película el que lo pedía, ni el tipo de actrices el que necesitaban ese registro. Esto provoca que la película sufra por momentos problemas de ritmo, que distraen la atención del espectador de lo que realmente quiere ver. Suena realmente prepotente viniendo de parte de otro espectador pero sale desde una sinceridad que cree que de esa forma la película hubiese sido más disfrutable, divertida y digerible.
Cuando el director catalán decide, en el final de su último acto, abrazar la locura, la fiesta por la que el público de Sitges pierde la cabeza, el film se eleva a las cuotas que debería. Como decíamos antes, violencia, sangre y vísceras, y una Estér Expósito que realmente sobresale como icono "scream queen" (jé), aunque quizás algunas decisiones de vestuario no son las mejores, y a partir de la música más discotequera Jaume la llena de sangre y furia con la que "Venus" se convierte.
Iker González Urresti