In Memoriam: Olivia Newton-John, la novia soñada
Querido primo Teo:
Lloramos y mucho la pérdida de Olivia Newton-John que a la edad de 73 años ha perdido la batalla contra el cáncer, enfermedad con la que estuvo conviviendo durante tres décadas. La cantante australiana de origen británico alcanzó el estrellato recién estrenada la treintena al interpretar a la adolescente Sandy en la adaptación cinematográfica de “Grease” (1978). El éxito incontestable del film hizo que Newton-John, poseedora de un rostro angelical y de una voz delicada, se convirtiera en la encarnación de la novia ideal, ya que podía ser la buena chica que vive en el edificio de al lado, aunque de vez en cuando le gustara fingir que podía ser mala.
Fue incapaz de superar el éxito de “Grease” y, además, protagonizó “Xanadú” (1980), uno de los mayores fracasos que ha conocido el cine musical, su imagen quedó demasiado anclada a la época en la que la música disco hizo furor y cuando este estilo pasó de moda ella prácticamente pasó a ser una reliquia del pasado.
Nacida en Cambridge el 26 de septiembre de 1948 en el seno de una prominente familia, su abuelo fue el físico y matemático Max Born galardonado con el Nobel de Física en 1954, y se crió en Australia en donde su padre consiguió una plaza para impartir clases en la Universidad de Melbourne. Su voz le hizo destacar a una edad muy temprana, siendo una adolescente se inició en la carrera musical y de manera muy exitosa, especialmente en los Estados Unidos e Inglaterra. Con 16 años fue seleccionada para representar a Reino Unido en el Festival de Eurovisión quedando en la cuarta posición con la canción Long live love, un puesto bastante meritorio teniendo en cuenta que fue la edición en la que ABBA arrasó con Waterloo.
Asentada en el éxito en el año 1975 se instaló en los Estados Unidos, en donde ya veía que tenía un mercado sólido, y mostró su versatilidad musical ya que también se atrevió a adentrarse en el pantanoso terreno del country, teniendo en cuenta que no pertenece al cinturón de los Estados Unidos, y salió bastante airosa de la experiencia. La década de los 70 estuvo marcada por un fenómeno teatral llamado “Grease”. Estrenada en 1971 en Nueva York, en donde estuvo representándose durante ocho años seguidos, la obra musical de Jim Jacobs y Warren Casey homenajeaba a la década de los 50 y a los clásicos juveniles de la época.
Cuando la adaptación cinematográfica dirigida por Randal Kleiser pudo convertirse en realidad le ofrecieron el papel de Sandy Olsson a Olivia Newton-John porque poseía esa frescura requerida en una adolescente que está viviendo su primer amor. Newton-John entró en pánico porque tenía 29 años, le pasaba seis a John Travolta que era el seleccionado para encarnar a Danny Zucko, pero veía que tenía tanta buena química con su partenaire, y él insistió tanto para que estuviera en la película, que su elección fue inapelable. “Grease” poseía tanta magia que nadie se percató de que su reparto no estuviera compuesto por verdaderos quinceañeros recibiendo Olivia una nominación al Globo de Oro.
El Hollywood de finales de la década de los 70 seguía siendo un lugar dominado por los directores de prestigio como Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Steven Spielberg, George Lucas, Brian de Palma o Michael Cimino, que un año después haría saltar por los aires a la industria con el desastre de “La puerta del cielo”, y por estrellas como Faye Dunaway, Jane Fonda, Robert De Niro o Jack Nicholson que contemplaban el mundo desde una torre de marfil. Olivia Newton-John, tras el éxito de “Grease” y consagrarse en la escena discográfica, representaba un soplo de aire fresco. Se ajustaba perfectamente al canon de la novia de América, con el aire moderno y lleno de lentejuelas de la disco, con el añadido de que sería impensable verla perdiendo su ropa interior en pleno desfase dentro del neoyorquino Studio 54.
En 1980 Olivia Newton-John protagonizó un nuevo musical, “Xanadú”, un film de Robert Greewald que pretendía ser un gran homenaje al género ya que reclutaba a Gene Kelly, una de las estrellas más emblemáticas de la época dorada, con Olivia que representaba a la frescura de los nuevos tiempos. El film resultó un desastre monumental precisamente por ser un pastiche entre lo clásico y el cine de la época disco y en donde lo único que realmente funcionaba era la banda sonora compuesta por Jeff Lynne, de Electric Light Orchestra, que sí que alcanzó el éxito en ventas.
La carrera cinematográfica de Olivia Newton-John no tuvo un mayor recorrido ya que al fracaso de “Xanadú” hay que sumar el de “Tal para cual” (1983), su reencuentro con John Travolta, y el rechazo masivo a la música disco experimentado a inicios de la década de los 80 que terminaría arrastrando a la propia Olivia, aunque siguiera experimentando éxitos en el ámbito musical como el conseguido con Physical.
Pero el impacto de “Grease” fue tan grande y el hecho de que haya sido un título tan recurrente en la programación televisiva durante cuatro décadas permitió a Olivia Newton-John mantenerse en la memoria colectiva y de alguna manera, aunque siguió grabando discos hasta 2016, vivir de ese recuerdo. Así que era normal verla en especiales televisivos o haciendo apariciones estelares en series como “Glee” (2009-2015) o entonando You’re the one that I want junto a John Travolta en las reuniones por los aniversarios de “Grease”.
A lo largo de su carrera fue reconocida con 4 premios Grammy y también con la Orden del Imperio Británico y la Orden de Australia. Cuando se le detectó el cáncer de mama en el año 1992 (recayendo en 2013 y 2017) se convirtió en uno de los rostros visibles en la lucha contra la enfermedad a través de su propia Fundación dedicada a la investigación de la medicina vegetal contra el cáncer. Fue además una activista por los derechos de los animales y llegó a ser nombrada Embajadora de Buena Voluntad por las Naciones Unidas.
Se casó en dos ocasiones, su viudo es el empresario John Easterling, y de su matrimonio con el actor y bailarín Matt Lattanzi, a quien conoció durante el rodaje de “Xanadú”, nació su hija Chloe Rose que ha heredado de ella el oficio musical. En la publicación de Instagram que anuncia el fallecimiento, publicada por su marido John, señala que Olivia ha sido "un símbolo de triunfos y esperanza durante más de 30 años compartiendo su viaje con el cáncer de mama".
Mary Carmen Rodríguez