"Benediction"
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El argumento: Siegfried Sassoon fue un hombre complejo que sobrevivió a los terrores de combatir en la I Guerra Mundial y fue condecorado por su valentía, pero a su regreso se convirtió en un firme crítico de la continuación de la guerra por parte de su gobierno. Su poesía se inspiró en sus experiencias en el frente occidental y terminó siendo uno de los principales poetas de guerra de la época. Idolatrado por aristócratas y estrellas del mundo literario y escénico londinense, mantuvo relaciones con varios hombres mientras intentaba aceptar su homosexualidad. Al mismo tiempo, roto por el terror de la guerra, hizo de su viaje vital una búsqueda de la salvación, tratando de hallarla en la conformidad del matrimonio y la religión.
Conviene ver: "Benediction" es un nuevo ejercicio estilístico de Terence Davies que se adentra en la figura del poeta antibelicista y homosexual Siegfried Sassoon, el cual sirvió durante la I Guerra Mundial en la Royal Welch Fusiliers siendo conocidos sus textos satíricos sobre la guerra de trincheras y por los que a punto estuvo de ser condenado aunque evitó ser juzgado como desertor y fue declarado como no apto. La cinta también se adentra en su vida personal, marcada por una homosexualidad que era tipificada como delito en la Inglaterra de la posguerra, la cual tuvo que vivir en silencio protegido por su estatus social pero condenado por no poder sentirse libre, y en la que fue su posterior conversión al catolicismo casándose con una mujer. Una figura compleja y atormentada que parte de los textos del autor, el cual fue arrinconado sin recibir el reconocimiento que merecía en vida, para que el director exponga tanto una personalidad esquiva y víctima de la represión como el contexto de la época, especialidad de un realizador británico esteta de la imagen que se aprovecha de sus recuerdos, sus referentes literarios y la música que suele acompañar a sus películas ambientadas en el siglo XIX y XX.
Una cinta en la que reside la elegancia formal de un Davies que cuida cada plano con exquisitez y mimo jalonado con el oficio británico y el uso de canciones típicas de la época siendo tan habitual el uso de música diegética de este tipo en su filmografía. Uno de los problemas del cine de Davies es su falta de condensación explayándose en una duración de dos horas y veinte que abusa de solemnidad y desborda melancolía, sensibilidad y añoranza por una juventud más que perdida descarrilada por la moral de la época, retratando la vida de un hombre que, pudiendo dar para película, no arroja una vida tan interesante como para abarcar tanto, más teniendo en cuenta que comienza con unos 15 minutos que piden un esfuerzo al espectador ante una insistente voz en off e imágenes de archivo de la época centrándose en el drama bélico que hielan por su crudeza, lo cual no dudó Sassoon en criticar por todas las vidas truncadas que suponía y por un país que más que proteger a los suyos lo que quería era sacar pecho en la victoria costara lo que costara mientras los oficiales diseñan la estrategia sin probar lo que es el campo de batalla.
Tampoco le favorece a la cinta su irregularidad temática no terminando de encajar los saltos en el tiempo no creyéndonos a muchos de los personajes en su versión más adulta, así como el crear un folletín romántico que alterna momentos del contexto de la represión de la época, a través de los amantes que el protagonista tiene a lo largo de su vida y que calan en él, no terminando de interesar lo que se cuenta de Sassoon ya cercano a la vejez con su mujer y su hijo, más cuando la película podría haber prescindido de una época de su vida que en muchas ocasiones se resuelve con unas líneas en los títulos de crédito finales. Un Sassoon dolido y herido por amores no correspondidos y por el peso de una época que le tocó vivir en el que el hecho de sobrevivir y el desarrollar su vena crítica hizo que se le arrinconara e impidiera la glorificación que sí que tuvieron otros coetáneos fallecidos durante el conflicto como Rupert Brooke o Wilfred Owen. Un hecho que le hizo sentirse como un alma mantenida en pie pero rodeada de muertos y fantasmas.
Sassoon está interpretado por Jack Lowden y Peter Capaldi siendo el primero el que se lleva todos los parabienes de la cinta cumpliendo en su faceta de hombre atormentado y elegante que se mueve con soltura tanto en el ámbito de combatiente en la guerra como codeándose con la flor y nata del artisteo de la época; primero como poeta satírico y después como un autor muy respetado en el campo de la prosa siendo testigo de un privilegio de clase que lleva a muchos a mirar a otra parte en lo referente al conflicto bélico. Precisamente lo que se recordará de la película es el plano final de Jack Lowden que resume todo el dolor, heridas y drama interior de un personaje que se siente vacío y atrapado de sí mismo por una identidad que no se ha permitido dejar emerger en su integridad a pesar de conseguir ese tipo de vida convencional tan preciada y mitificada de la que parece que él ha sido mero espectador refugiándose en su obra frente a su falta de sentimiento patriótico por un lado y la prohibición de vivir su condición por otro.
Para algunos Terence Davies ha conseguido uno de sus mejores trabajos aunque para otros como el que escribe le falta brillantez e impacto forzando ese estilismo artificioso tan característico que en esta ocasión funciona de manera más intermitente pero contando eso sí con unos diálogos que en ocasiones funcionan como aguijonazos de su tiempo como cuando el protagonista se avergüenza de lo que se ha convertido o cuando desprecia al mundo moderno por ser más joven que él y sentirse que ya es una reliquia del pasado. Para ello se aprovecha de sus poemas, casi de manera diegética, con el fin de adelantar la narrativa e introducirnos en lo que hay detrás de ese hombre y sus circunstancias a la hora de ver el mundo que le rodea. Reflexiones que acongojan por su clarividencia, en el que se mueve un hombre que al no terminar de aceptarse él mismo es incapaz de encontrar la redención soñada por mucho que se refugie en el arte, en la religión o en un matrimonio de conveniencia marcado por el respeto y el cariño más que por la pasión sintiendo que para él, ante el hecho de las oportunidades perdidas clavadas en su sentimiento, cada lento atardecer será el bajar de las persianas. "Es tarde, hace frío. ¿Por qué no vienen ya a meterle en la cama? ¿Por qué no vienen ya?".
Conviene saber: Debut en el Festival de Toronto 2021, mejor guión en el Festival de San Sebastián 2021 y 2 nominaciones en los premios BIFA 2021 (guión y vestuario).
La crítica le da un SEIS