"Ambulance. Plan de huida"
La web oficial.
El argumento: El veterano Will Sharp, en un acto desesperado por conseguir dinero para cubrir las deudas médicas de su esposa, recurre a la única persona que sabe que no debería, su hermano adoptivo Danny. Danny le ofrece participar en un robo a un banco, el más grande en la historia de la ciudad. Will no puede decir que no. Cuando su intento de escape sale mal, los hermanos secuestran una ambulancia con un policía herido y una paramédica. Ahora deberán huir de un inmenso dispositivo de fuerzas de seguridad desplegado por toda la ciudad, mantener a sus rehenes con vida y de alguna forma tratar de no matarse entre ellos.
Conviene ver: Michael Bay se aleja de la acción más apabullante volviendo a sus orígenes apostando por el thriller sin renunciar a la adrenalina en “Ambulance. Plan de huida” en la que dos hermanos (un carismático e histérico Jake Gyllenhaal y un sobrio y heroico Yahya Abdul-Mateen II) deciden robar a un banco para solventar sus problemas económicos, pretendiendo justificar y humanizar a los infractores, aunque la escapada no se antoja lo fácil que se pretendía. Frenética y agotadora (por una duración excesiva de 136 minutos) el sello de Michael Bay está presente aunque se le ve más liberado alejado de las concesiones a largas franquicias y quedar arrasado por “Transformers” (para la que ha rodado cinco película), un filón económico pero también un peaje que restó la originalidad y el prestigio conseguido al inicio de su carrera. Una serie B entretenida, ruidosa y decente con evasión palomitera y testosterónica en la que lo de menos es la coherencia combinando la formula de la noventera “Speed” (1994) con la del videojuego “Grand Theft Auto”. Caótica, deslavazada pero juguetona a la hora de explorar con la cámara cada explosión y cambio de ángulo imprevisto a vista de dron en esa persecución eterna entre la policía y la ambulancia mientras vemos a coches volando, helicópteros a ras de suelo, el asfalto de Los Angeles como campo de minas congestionado por el tráfico y una carrera contrarreloj cuando además en esa ambulancia tenemos a una paramédica y a un policía herido. Michael Bay se gusta y contagia su energía rentabilizando sus 40 millones de presupuesto, notándose una ágil espontaneidad que en algunos casos habrá beneficiado y en otros habrá añadido más desconcierto en una cinta que no es novedosa pero que gana en la sala de cine demostrando porque el director fue uno de los grandes hacedores del cine comercial de los 90 con cintas como “La roca” (1996) o “Armageddon” (1998) con un sello característico de montaje videoclipero y desenfrenado, humor misógino y chusco y espíritu patriotero. No obstante, el desencanto hacia los valores usamericanos han pasado a ser parte de su filmografía tanto en esta como en las anteriores "Dolor y dinero" (2013) y "13 horas: Los soldados secretos de Bengasi" (2016). Un chute de adrenalina que es pura electricidad y que, entre tanta parafernalia, también es una crítica al sistema sanitario al partir de un hombre desesperado que, a pesar de servir a su país en Afganistán, se ve obligado a cruzar el límite al no resignarse a no puede cubrir la operación que necesita su mujer mostrando el abandono de la ciudadanía por parte del sistema.
Conviene saber: Remake de la cinta danesa “Ambulancen” (2005).
La crítica le da un SEIS