La Música Clásica De Nuestro Tiempo: "No mires arriba" // Nicholas Britell
Lo que estáis escuchando es Discovery, tema compuesto por Nicholas Britell para la banda sonora original de "No mires arriba". La sección de esta semana va a ser arduo complicada no hacerla de forma subjetiva ya que Britell es uno de mis compositores favoritos. Para los que no le tengan echado el ojo, o el oído mejor dicho, ha compuesto la banda sonora de "Moonlight", "El blues de Beale Street", "El vicio del poder", "The king", "Cruella" y otra que sólo con escucharla no hace falta decir el título, "Succession". Y sí, ya ha sido ser absolutamente subjetivo poner fragmentos de la mitad de su discografía, pero creo que es uno de los mejores y más brillantes compositores modernos, que está haciendo escuela, y que ya ha sido 3 veces nominado al Oscar; la última por la película de la que hablaremos hoy.
Ponemos a Nicholas Britell en el mapa cuando en 2008 compone la música para "Eve", el debut en la dirección de Natalie Portman. Britell debuta como compositor de Adam McKay en 2015 con "La gran apuesta" pero en esos 7 años ya había trabajado con Steve McQueen en "12 años de esclavitud" o Damien Chazelle en "Whiplash", que compone junto a Justin Hurwitz. Desde entonces, Britell ha compuesto todas las películas (y series) en las que ha dirigido McKay, aunque esta es la primera nominación que viene de ese dueto, ya que las dos anteriores del compositor vienen de las dos películas junto a Barry Jenkins mencionadas antes: "Moonlight" y "El blues de Beale Street".
El versátil pero también clásico compositor afronta siempre un nuevo proyecto de McKay como un nuevo experimento tonal, esforzándose por salir de su zona de confort (de cellos y violines, aunque él no se atreva a decirlo). Britell se nutre de la improvisación cómica y la experimentación subversiva para establecer conexiones emocionales en sus composiciones, y es una dinámica que les hace trabajar muy a gusto a ambos. Cuando ambos hablaron por primera vez de "No mires arriba", hablaron de que tenía que ser una mezcla de tonos, entre lo increíblemente cómico y la crisis existencialista a nivel planetario que suponía aceptar una muerte inminente. McKay le pidió a Britell que le escribiera un tema para que le pudiese poner en el set a los actores, para que pudieran entender a nivel sonoro el tono melancólico pero irónico de la película.
Britell comenzó en un lugar donde pudiese imaginar un sentido casi idealizado de reverencia ante la ciencia, preguntándose cuáles eran los más altos principios e inspiraciones de la humanidad, y qué sonidos eran lo opuesto a ello. Cómo llegar a esa sensación de absurdez que sienten los personajes, ante el asombro cada vez mayor por lo locas que son las cosas en la realidad. Esos sonidos incluso obligaron a McKay a pensar más en la edición y la vertiginosa velocidad que ésta llevaría en cuanto a ritmo se refiere. Ese tema fue el titulado Overture to logic and knowledge.
El director Adam McKay también le pidió al compositor que la música tuviese, a nivel general, un tono de mucha ansiedad. Y claro, Britell alucinaba porque le preguntaba cómo acentuaba eso mientras combinaba todos los demás elementos mencionados anteriormente. Al cabo de unos días una absurda realidad del cambio climático intervino cuando el huracán Ida azotó la ciudad de Nueva York y provocó que el techo de la casa de Britell se derrumbara. Entonces Britell le dijo a McKay: "Confía en mí: me siento ansioso". Literalmente gritó al micrófono, elevó su voz una octava y le pasó por algunos filtros mientras tarareaba el tema principal. Britell mismo dice que "eso es armonía y cacofonía, casi como un sentimiento de perder la cabeza”.
Además, aparte de todo este conjunto narrativo que comentamos, está el tema que rodea al personaje multimillonario interpretado por Mark Rylance. Este tema es una coña interna entre McKay y Britell que desentramaron para la película, usando un órgano electrónico y un piano de juguete, ya que el mismo McKay dice que "es un reflejo tanto de la ciencia como del poder debido a que BASH (la empresa ficticia de la película) ha infectado el mundo con sus juguetes tecnológicos". Britell llamó a su viejo amigo, Tim Fain, quien hizo los elegantes solos de violín en "Moonlight". Finalmente juntan ese violín virtuoso con un coro de hombres, un coro de mujeres, una orquesta completa y metales.
Britell ha admitido en diferentes ocasiones que el tema le parece exageradísimo pero que le hace muchísima gracia.
Ya sabéis que siempre hablamos de los instrumentos en la sección, así que vamos con qué utilizó Britell para darle forma a este amalgama de sonidos tan diferentes entre sí. La búsqueda de lo que pedía McKay le condujo a la gama más amplia de instrumentación que jamás ha usado el compositor en una película. Desde orquesta de cuerdas hasta metales, instrumentos de viento de madera, flautas, arpas, celestas, pianos, piano de juguete, media docena de saxofones (incluido el saxofón bajo), un órgano electrónico y grandes sintetizadores de bajo. Casi nada. Todos juntos consiguen un tono rimbombante pero que musicalmente también tiene un punto de melancolía, pero sobre todo teniendo una gran influencia del jazz, cosa que en el tema principal es más que notoria.
Ya para terminar, comentar de forma anecdótica que Nicholas Britell también compuso las dos canciones originales de la película: Just look up, interpretada por Ariana Grande y Kid Cudi; y Second nature, interpretada por Bon Iver. La canción de hoy será Don't look up - Main title suite - Bonus track, tema que, en mi opinión, encapsula toda la ansiedad, crisis existencial y vis cómica y rimbombante ante el ruido atronador de las trompetas a tono de jazz. Eso, y que es un temazo.
Terminar como siempre recordándoos que ya está disponible en todas las plataformas la banda sonora original compuesta por Nicholas Britell para la película "No mires arriba".
Hasta la próxima banda sonora.
Iker González Urresti