"Madres paralelas"

La web oficial.

El argumento: Dos mujeres coinciden en una habitación de hospital donde van a dar a luz. Ambas están solteras y se quedaron embarazadas por accidente. Janis, de mediana edad, no se arrepiente y está exultante. La otra, Ana, una adolescente, está asustada, arrepentida y traumatizada. Janis intenta animarla mientras pasean por los pasillos del hospital. Las pocas palabras que intercambien en esas horas crearán un vínculo muy estrecho entre las dos, que por casualidad se desarrolla y se complica, cambiando sus vidas de forma decisiva.

Conviene ver: "Madres paralelas" es la nueva película de Pedro Almodóvar que se encuentra en una época de creatividad febril puliendo el melodrama con un empaque característico pero también provocando una profunda hondura emocional. Alejado de la comedia que le hizo característico a finales de los 80 y los 90, y también de un tridente que le hizo conseguir grandes reverencias a nivel internacional (“Todo sobre mi madre”, “Hable con ella” y “Volver”), “Dolor y gloria” fue la cinta que asentó las bases de un Almodóvar maduro, melancólico, reflexivo y vistoso en forma. Esa es la senda que sigue en su nuevo trabajo, un retrato caleidoscópico sobre la amplitud de las sensaciones y vivencias que rodean a la maternidad rodeándolo de algo de humor negro y también de reivindicación histórica que deja a esta cinta como una de las más políticas de su carrera desempolvando el recuerdo a las víctimas de la Guerra Civil, a través del drama de las fosas y el intento de hacer justicia con las víctimas y los familiares tras la Ley de la Memoria Histórica, y el legado que han dejado para los que han venido después y el peso de una memoria que deja heridas y la necesidad de verbalizarlas y depurarlas con el fin de que no se hagan crónicas aunque, sin duda, sean perdurables en el alma. Almodóvar se siente cómodo y da la impresión que realiza con suma facilidad una película compleja, pulida y desenfadada que no quiere casarse con nadie y que marca su estilo sin necesidad de querer contentar sabiendo lo que quiere contar y cómo. mostrando la historia en paralelo de dos mujeres, una fotógrafa de éxito y sin ataduras y una adolescente que va dando tumbos ante la poca atención que le prestan sus padres, especialmente una madre actriz que ha visto cumplido en su madurez su sueño de triunfar en el teatro, desde que coinciden en una planta de maternidad donde van a dar a luz. Es por ello que su habilidad visual no acompaña a una cinta en parte irregular que más que un nuevo techo es sobre todo la definición de un momento de una carrera a la hora de ver la vida, explorarla, hacerla llegar a los demás y echar la vista atrás. La historia de unas madres dolientes, con sus miedos y pesares, que se tienen que reparar (y luchar) como una España que lucha con sus circunstancias y su pasado como losa enfrentándose a la fosa de sus muertos y la de sus miedos. Una historia de destinos que se cruzan, el de dos mujeres más que paralelo en espiral sobre ella mismas, cuestionándose su papel como mujeres, amantes, madres y ciudadanas, abordando el director con maestría un intimismo puro que desde la feminidad y la maternidad explora los infortunios de estas mujeres y la posibilidad de sanación tanto en la vida como en una vertiente política necesaria de reivindicar pero algo forzada e impostada sobre la historia por su subrayado didáctico y explicativo. Un reparto entregado del que Almodóvar saca petróleo, sobre ese halo teatral que inunda la historia desarrollada casi en todo momento en el piso en el que vive el personaje de Penélope, en una película que deja muchas ideas, líneas y ejercicios de estilo pero sin hilar de manera compacta y rotunda dejando destellos de frases, personajes y situaciones que son puro Almodóvar como el rol de Aitana Sánchez-Gijón definiéndose como apolítico para gustar a todo el mundo, el cómo se hace una tortilla de patatas, la clarividencia a la hora de definir a esas cuidadoras a las que pagas para que cuiden pero que al final eres tú las que las mantienes, o la sensibilidad para hablar de algo tan poco tratado y traumático como la llamada "muerte súbita". Sobre ello emerge la Janis de Penélope Cruz que vuelve a crear uno de los mejores personajes de su carrera, el cual sin la iconografía de Raimunda de “Volver” llena de luz, empatía, delicadeza y contundencia un trabajo rico en el reflejo de sus contradicciones, pero siempre libre a la hora de vivir y de amar cuando sobre ello tiene que encajar también lo de ser madre, que permite que la película tenga sentido y que, sobre todo, suponga la depuración del estilo de un director (tan barroco y colorido como minimalista y puro contando de nuevo con la fotografía de José Luis Alcaine y la música de Alberto Iglesias) y la contundencia del talento y la fotogenia ante la cámara de una Cruz, que manteniendo en este caso una gran química con Milena Smit, generando ese halo de complicidad, complementariedad y necesidad para agarrarse a esa relación en los momentos de fragilidad, siguen creando una galería de personajes inolvidables que con su fuerza y entereza devuelven los golpes que la vida les pone en el camino manteniendo la cabeza alta y buscando la reparación a base de justicia y dignidad prefiriendo optar por el optimismo liberador más que por la rabia, el reproche y el resentimiento sectario. Un buen melodrama que termina abandonado la fuerza del vínculo generado entre los personajes de Cruz y Smit y al que no se le termina de sacar el jugo por querer abarcar dos subramas demasiado potentes para mezclarlas en una misma cinta, la de la maternidad y la de la memoria histórica, dejando demasiados cabos sueltos y que por momentos deja a sus personajes en lo arquetípico sin ahondar en la esencia de sus interacciones y motivaciones. Rossy de Palma, Israel Elejalde o Julieta Serrano culminan una de las cintas que, sin grandilocuencia, más logran trascender a un público amplio por ver a dos mujeres, a la que les ha cambiado la vida para siempre de forma inesperada, intentar ser buenas madres, con sus errores y aciertos, pero siempre con el convencimiento de que lo están intentando y esforzándose en ello, sin olvidarse de que también son mujeres y qué, en lo que puedan, pueden contribuir a hacer un mundo mejor en justicia con los que les precedieron y en valor para los que vendrán.

Conviene saber: Penélope Cruz ganó por esta película la Copa Volpi a la mejor actriz en el Festival de Venecia 2021 y la cinta ha sido la encargada de cerrar el Festival de Nueva York 2021.

La crítica le da un SEIS