"Shorta. El peso de la ley"
La web oficial.
El argumento: En la Dinamarca actual, una sociedad multicultural, segregada y llena de tensiones raciales, Talib, un joven inmigrante de segunda generación, entra en coma estando bajo tutela policial. Mientras los agentes de policía Høyer y Andersen hacen una patrulla rutinaria por el gueto de Svalegarden se anuncia la muerte del joven, noticia que desata violentos disturbios en el vecindario, que se convierte en un infierno sin salida para los agentes.
Conviene ver: “Shorta. El peso de la ley” es un potente thriller de nacionalidad danesa que sigue a dos policías por las calles de una ciudad en la que, muy lejos de esa apariencia de tranquilidad nórdica con la que solemos asociar estos países, no se dista mucho de ese polvorín a punto de estallar que vimos en la reciente “Los miserables” (2019), o de la brutal “El odio” (1995), y en la que choca el abuso policial de unos tipos desbordados y que fueron entrenados más como máquinas para actuar que como personas empáticas que favorecieran la comunicación y la integración en una sociedad en la que el racismo está institucionalizado y la brutalidad policial se utiliza como recurso de enfrentamiento y de desesperación ante la falta de entendimiento y el rechazo al otro. El título de “Shorta” hace referencia precisamente a cómo se conoce a la policía en el idioma árabe.
La historia se centra en una pareja que tiene que patrullar las calles en un momento de gran tensión racial debido al caso del joven de 19 años Talib Ben Hassi que, debido a las actuaciones sufridas mientras estaba en disposición policial, se debate entre la vida y la muerte en un hospital, siendo una causa como la de cualquier otro de los muchos que ha habido en esa situación sin necesidad de llegar a tal extremo. Las noticias que llegan llevan a la insurrección de estos jóvenes, hartos del estigma, conformando una encrucijada que se convierte en un callejón sin salida para esos policías. La eterna lucha entre esos inmigrantes desarraigados que ya no tienen nada que perder y unos policías demasiados tendentes al uso de la fuerza como respuesta al miedo y a la impotencia que sienten, así como debido al hecho de creerse por encima del bien y del mal cuando reciben placa, porra y pistola. Un día a día que lleva a mostrar la imagen de la frustración, la desesperanza y la violencia física que se refleja hasta en ese memorable diálogo en el que se dice que si bien todos los inmigrantes son del Arsenal todos los policías son del Real Madrid.
Es una cinta que da la impresión de que llega tarde y a rebufo de la cinta de Ladj Ly pero esa falta de novedad no le pide continuar de plena actualidad, más que por lo que sucede en Europa por el conocido caso de George Floyd que convirtió en mensaje de protesta el I can't breathe que también pronuncia el propio Ben Hassi al inicio de la película inspirándose los directores en verdad en un caso de hace varias décadas que demuestra que lo peor de la Historia también se repite. Un thriller rotundo e intenso con el recurso sonoro y atmosférico del Gaspar Noé más alucinógeno y que aquí termina derivando en una pesadilla física y psicológica para unos policías que se verán obligados tanto a sacar lo peor de sí mismos como de huir a la desesperada siendo víctimas de una encrucijada que les hace quedar a merced de las circunstancias y de la irracionalidad fruto de la rabia y la venganza, abandonados a su suerte por unos efectivos mucho más limitados de lo que debieran.
"Shorta. El peso de la ley" juega con los espacios cerrados de un país segregado con una tensión en todo lo alto y que traspasan lo descarnado de una cinta que no escatima en ello como se muestra en la escena de la pelea en el baño o la del ataque del perro en el ascensor. Estupendos los actores Jakob Ulrik Lohmann (“Cuando el polvo se asienta”) y Simon Sears (“Algo en que creer”) como esos policías de diferente carácter, uno más embrutecido y que sigue sus códigos hasta el final y el otro más influido por lo que ve a su alrededor, cada uno representando una forma de encarar su profesión y la relación con estos inmigrantes arrinconados en guetos, incapaces de actuar de una manera empática o psicológica, entrenados más en la violencia y en la confrontación, suponiendo un viaje hacia los infiernos que convierte a todos en víctimas del sistema y la sinrazón y que hace concluir que lo mejor a lo que pueden aspirar es a volver vivos a casa para reunirse con los suyos, sin dejar daños irreparables a su paso y habiendo mantenido la dignidad en una zona de conflicto en las calles que ya se ha instaurado como triste rutina de nuestro tiempo como fiel espejo de las diferencias económicas y de oportunidades cada vez más insalvables entre unos y otros.
Conviene saber: La cinta de Frederik Louis Hviid y Anders Ølholm pudo verse en el Festival de Toronto 2020.
La crítica le da un SIETE