In Memoriam: Dennis Hopper, una vida intensa
Querido Teo:
Crónica de una muerte anunciada la de Dennis Hopper. Un hombre que se bebió la vida desde el primer instante y que finalmente ha visto como era un cáncer de prostata el que ponía fin a sus días. Desde Octubre del pasado año peleaba con la enfermedad y ya le vimos muy deteriorado hace menos de dos meses cuando recibía, casi en homenaje póstumo, la estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Dennis Hopper navegó entre interpretaciones destacadas y escándalos en una vida personal repleta de adicciones y de enfrentamientos.
Si recordaremos de alguna manera a Hopper será a lomos de una Harley Davidson en “Easy ryder”, película que dirigió, protagonizó y produjo. Como actor su presencia siempre jalonaba cualquier reparto especializándose sobre todo en roles secundarios. Se convirtió en estrella precisamente en ese canto a la carretera y a la libertad que es “Easy ryder”. Esta película ya es una clara prueba del carácter de Hopper y de todos los que ahí se reunieron. Jack Nicholson afirmó haber fumado 155 porros durante la filmación. Un buen día él y Hopper, empapados en LSD hasta las cejas, salieron a la carretera montados sobre los faros de una camioneta. El propio Dennis dirigió todo el filme en un continuo estado paranoico inducido por el abuso de las drogas. Aun así, la película obtuvo un enorme éxito, convirtiéndose en una referencia para toda una generación. En “Moteros tranquilos, toros salvajes” se cuenta el origen de un proyecto difícil y por el que Columbia no apostaba al verla sobre todo como una aventura de dos colgados (Hopper y Fonda). Costó medio millón de dólares y recaudó veinte. Estallaba un espíritu hippy que se desataría en Usamérica como ruptura al cine que se había visto en las décadas anteriores justo en la llegada de los 70. Una película que supuso un éxito que enterró el estilo de las comedias edulcoradas protagonizadas por Rock Hudson y Doris Day. Primero se le había visto junto a James Dean representando también cierto espíritu indómito y rebelde en “Rebelde sin causa” (su debut en el cine) y “Gigante”, para después tener pequeñas intervenciones en "Duelo de Titanes" con Burt Lancaster, "Los cuatro hijos de Katie Elder" con John Wayne o "La leyenda del indomable" con Paul Newman.
Los años dorados de Hopper son años de escándalos, excesos y continuas dosis drogodependientes. Además de protagonizar escándalos de violencia doméstica (ha tenido cinco mujeres), en 1979, iba a las reuniones de Alcohólicos Anónimos con quince gramos de coca en el bolsillo y una pistola. Vivía tan ido que a veces se presentaba en Narcóticos Anónimos por error. Todo ello después de continuos episodios coléricos en los rodajes de las películas en las que participaba. Conocidos eran sus gritos en contra del rígido sistema de Hollywood: «¡Van a rodar cabezas, el viejo orden va a caer y todos vosotros vais a morir, dinosaurios!». Los 70 fue una etapa crítica con episodios muy comentados como aquel en el que declaró que necesitaba 30 cervezas diarias y 3 gramos de coca para sobrellevar el día o cuando fue encontrado desnudo en una selva mexicana intentando subirse a un avión en marcha. El éxito de "Easy rider" se evaporó de golpe con "The last movie", su segundo trabajo como director, que se saldó con un sonoro fracaso. Años después, y con la misma compañía, formaría parte de otro gran fracaso del Estudio como fue "Waterworld" de Kevin Costner. A pesar de ello, la industria reconoció su labor con dos nominaciones al Oscar por el guión de “Easy rider” en 1970 y como actor de reparto por “Hoosiers” en 1987 por hacer de padre alcohólico, al igual que años antes en "La ley de la calle" de Coppola, lo que demuestra hasta que punto estaba encasillado Hopper en un tipo de personaje una vez ya limpio de toda sustancia.
También le hemos podido ver en "Valor de ley" (era el enemigo de John Wayne al que despertó grandes recelos por su carácter comunista y antisistema), “Amor a quemarropa” (gran duelo con Christopher Walken), "Terciopelo azul" (con una tremenda escena junto a Isabella Rossellini bajo las órdenes de David Lynch que le recuperó en uno de sus mejores y más perturbados papeles), "Extraño vínculo de sangre" (cinta de Sean Penn en la que compartía plano con Viggo Mortensen), “Basquiat”, “Apocalypse Now” (como el seguidor del Coronel Kurtz) o “El amigo americano” de Wim Wenders y secundarios que aportaban enjundia en productos populares de los 90 como "Super Mario Bros" y "Speed". Una de sus últimas apariciones en cine fue el amigo profesor de Ben Kingsley en “Elegy” de Isabel Coixet, para después ser candidato a presidente en la comedia “El último voto” con Kevin Costner y participar en la versión televisiva de la película “Crash”.
Su reciente estrella en el Paseo de la Fama se llena de flores y recuerdos hacia un tipo que siguió el canon de estrella de Hollywood en el sentido de vivir la vida intensamente. También dedicando gran parte de su vida a la fotografía, su pasión más oculta. Antes de pasar a la fiambrera, al menos, recibió ese recuerdo y ese aprecio de toda la profesión. Su última época también estuvo marcada por el intento de morir divorciado al no poder acudir por motivos de salud (llegando a pesar apenas 45 kilos) a la vista judicial de la separación de su esposa Victoria. Lo logró teniendo que pagar 12.000 dólares mensuales.
Nacho Gonzalo (Coronado)