Conexión Oscar 2021: Actor de reparto
Querido Teo:
La categoría de mejor actor de reparto está muy inclinada en favor de un nombre que se ha hecho con el cuarteto previo de premios (Globo de Oro, Critics’Choice, SAG y Bafta). Aun así no ha quedado un mal quinteto a pesar de las muchas opciones que podrían haber entrado. Desde los veteranos Frank Langella (“El juicio de los 7 de Chicago”), David Strathairn (“Nomadland”) o Glynn Turman (“La madre del blues”) hasta una opción que da la impresión de que no se quedó muy lejos de la candidatura tras su mención en los Bafta como fue la de Alan S. Kim (“Minari. Historia de mi familia”). Un apartado que, eso sí, cada vez sufre más el llamado “fraude de categoría” ya que cuatro de los cinco nominados en realidad son coprotagonistas de sus películas.
Sacha Baron Cohen (El juicio de los 7 de Chicago)
Una nominación muy simbólica. No sólo porque Sacha Baron Cohen destacara desde el principio en las críticas dentro del amplio reparto de la película de Sorkin sino por el hecho de que el actor estuviera implicado en el proyecto desde incluso antes de que se decidiera que Sorkin fuera a estar detrás de las cámaras. Baron Cohen puede utilizar su carisma y personalidad de showman para dar vida a Abbie Hoffman, activista de la contracultura de origen judío que fue uno de los fundadores del Partido Internacional de la Juventud que a través de sus soflamas y mítines intentaba dar esperanza a una sociedad cuyas nuevas generaciones se sentían atraídas por el movimiento hippy y la oposición al sistema en el que habían crecido sus padres, más en unos años de gran conflictividad social y de descontento e indignación por la Guerra de Vietnam.
Sacha Baron Cohen está bien cuando se requiere la parte dramática del personaje, especialmente en enfrentamiento dialéctico que mantiene frente al personaje de Eddie Redmayne confrontando las diferentes formas de ver unas mismas ideas y el concepto del activismo, pero donde brilla especialmente es donde mejor se desenvuelve, en esa comedia inteligente con tono de sátira formando un gran tándem con Jeremy Strong y haciendo que cada réplica que mantiene frente al juez Hoffman (con el que su personaje comparte apellido) de ritmo y brío a una cinta que funciona como un reloj suizo devolviéndonos al mejor cine de juicios de los 90 con un mensaje muy pertinente para la sociedad de hoy.
Además de su nominación por “El juicio de los 7 de Chicago” Sacha Baron Cohen también es candidato en la categoría de guión adaptado como coguionista de “Borat, película film secuela” lo que le ha permitido tener una gran visibilidad durante toda la temporada ya que la continuación de la cruzada cinematográfica de su personaje más característico ha tenido muy buenas críticas sabiendo captar muy bien las contradicciones de ese Estados Unidos azotado por los últimos coletazos de la administración de Donald Trump y su nefasta gestión frente a la pandemia. Aun así no parece que esa doble presencia le haga más que ser una remota alternativa.
Daniel Kaluuya (Judas y el mesías negro)
Daniel Kaluuya se ha convertido en uno de los actores que más han crecido profesionalmente en el último lustro. Es el único de los nominados de este año que ya tiene una nominación previa, a pesar de sus 32 años, tras sorprender en la tan contundente “Déjame salir” (2017). Sus destellos de genialidad interpretativa, apoyados en una mirada poderosa y contundente, le han hecho llevarse siempre el interés de la pantalla como ocurrió en “Black Panther” (2018), “Viudas” (2018) y “Queen & Slim” (2019). En “Judas y el mesías negro” interpreta al carismático Fred Hampton, personaje también presente en otra de las nominadas este año, líder de la demarcación de Illinois de los Panteras Negras, movimiento nacionalista y reivindicativo, que se convierte en una amenaza para el gobierno estadounidense siendo el principal objetivo del FBI para evitar que se siguiera caldeando un ambiente cada más conflictivo y tendente a la insurrección popular especialmente para el caso de una raza negra harta ya de ser pisoteada, ninguneada y ahora, además, con el sentimiento a flor de piel tras el asesinato de dos de sus referentes, Martin Luther X y Malcolm X.
Daniel Kaluuya se lleva todos los focos de atención de la película gracias a una mirada enérgica ya característica en la que la fuerza y la vulnerabilidad se dan la mano en función de las necesidades del personaje generándole una gran presencia y empujando al espectador a gritar revolución. Un Fred Hampton vehemente y decidido pero que también sabe que no todo vale, intentando aplacar los intentos más violentos de algunos de los miembros de su organización, y mostrando los destellos de intimidad de un líder que se quita la gorra y se aleja del micrófono mientras planea una vida en común a punto de convertirse en padre junto a su novia. Todo mientras sabe que está en continuo peligro no sólo por un gobierno que le estrecha el cerco sino por no saber realmente si todos los que están a su lado van en su línea o, si por el contrario, son meros mercenarios que aceptarán dinero por su cabeza.
Un Daniel Kaluuya pletórico se ha hecho con todos los premios importantes de la temporada entrando como un ciclón en la categoría cuando la película se vio siendo de todas las nominadas la que más apuró el plazo de elegibilidad estrenándose este mismo 2021. Un personaje torrencial que va en la línea de recientes ganadores de la categoría y en el que, además de premiar a la interpretación, se reconoce la progresión del actor beneficiándose también del mayor tiempo en pantalla de su Fred Hampton frente a otros de los nominados.
Leslie Odom Jr. (Una noche en Miami…)
Leslie Odom Jr. se ha convertido en el cuarto nombre que de manera consecutiva consigue en una misma edición una candidatura interpretativa y otra en el apartado de mejor canción siguiendo los pasos de Mary J. Blige (“Mudbound”), Lady Gaga (“Ha nacido una estrella”) y Cynthia Erivo (“Harriet”). Ninguna de ellas ganó como actriz y ese parece ser el destino también de un Leslie Odom Jr. que comenzó arrasando ante los premios de la crítica cuando todavía se estaba horneando esta temporada de premios y quedaba que entrara en escena el que se ha terminado erigiendo como favorito. Leslie Odom Jr. es uno de los nombres más populares del entretenimiento actual en USA catapultado por el musical “Hamilton” que le hizo ganar el Tony al mejor actor por su encarnación de Aaron Burr. Ahora, en la ópera prima de Regina King, interpreta a uno de los cantantes más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, especialmente para la cultura afroamericana, Sam Cooke.
Leslie Odom Jr. es el que más destaca del cuarteto de la cinta siendo también un protagonista encubierto ya que el conflicto de la película se nutre en ese distinto modo de ver la vida, la religión y el papel que cada uno de ellos está destinado a jugar en la sociedad entre Malcolm X y Sam Cooke. Es el caso de cuando Malcolm X reprocha a Sam Cooke que el Blowin in the wind de Bob Dylan (que Cooke versionó con éxito) hable más de la lucha de los suyos que las canciones de un artista negro que parecen hechas más que nada para no incomodar a los blancos sin utilizar su talento y su arte para hacer causa y hablar de los suyos, lo que sería el germen del himno A change is gonna come. Todo mientras Sam Cooke quiere evitar ser “el Sidney Poitier de la música” construido desde el imaginario de los blancos y contribuir con sus canciones a ser la voz y conciencia de todo un pueblo abriendo los ojos cuando ve que, en realidad, a pesar de ser al que mejor le va económicamente dentro de su grupo de amigos, no es más que un títere de los blancos al que no han dejado realmente expresarse artísticamente abrazándose a los cantos de sirena más comerciales.
Es por ello cuando los mejores momentos de la cinta los protagoniza un Leslie Odom Jr. enérgico y sentimental que se echa toda una actuación a sus espaldas cuando es boicoteado en una de sus actuaciones, levantando al público siguiendo el ritmo con sus taconazos en el escenario, o cuando termina inundando con su voz el epílogo de la cinta mientras vemos cómo ha cambiado en cada uno de ellos esa noche de conversaciones y revelaciones en Miami. Leslie Odom Jr. hubiera tenido opciones en otra edición sin favorito tan claro y si la película que representa, “Una noche en Miami…”, no hubiera pasado tan desapercibida.
Paul Raci (Sound of metal)
Paul Raci es el verdadero secundario de la categoría encontrando en Joe el papel de toda una vida tras más de tres décadas de trabajo intermitente en el cine y en series de televisión. Se ha convertido en el favorito de la crítica esta temporada con numerosos premios que le han terminado de aupar en los Bafta y en los Oscar tras no ser tenido en cuenta ni por los Globos de Oro ni por el Gremio de Actores (SAG). “Sound of metal” es una de las cintas que más ha crecido durante la carrera de premios llegando a su mejor momento en las nominaciones yendo más allá de la candidatura más evidente para Riz Ahmed.
Paul Raci da humanidad a un personaje que contribuye a que Ruben acepte su nueva realidad ingresando en un centro para sordos y formando parte de esa burbuja en la que todos se protegen entre sí encontrando un nuevo sentido a su vida fomentando el espíritu de equipo y la solidaridad entre unos y otros. Con apabullante sencillez Raci crea un personaje del que no necesitamos saber mucho para conocer todo lo que arrastra, un pasado marcado por una guerra que le dejó sordo y problemas con la adicción hasta que encontró un camino de paz y un nueva forma de ver las cosas. Un ejemplo de rectitud y de inspiración para un Ruben que, no obstante, verá como esa solución no es la que espera necesitando encontrar su propio ajuste en su nuevo mundo por él mismo.
Darius Marder, director y coguionista de la cinta, barajó a otros actores pero Paul Raci se hizo con el papel no sólo por una audición espléndida sino por el hecho de que sus padres eran sordos y el actor sabía utilizar el lenguaje de señas americano. Una capacidad que le ha hecho conseguir una nominación al Oscar demostrando el oficio de esos actores desconocidos alejados de cualquier estrellato que son capaces de demostrar un talento incalculable cuando se les da la oportunidad.
Lakeith Stanfield (Judas y el mesías negro)
Lakeith Stanfield tiene 29 años y se ha convertido en uno de los actores más solicitados del cine usamericano reciente junto a una nueva generación de actores negros como Daniel Kaluuya, Michael B. Jordan, Donald Glover, Trevante Rhodes, André Holland, Jonathan Majors, Stephan James o Jharrel Jerome que están confirmando la pujanza del “black power” con muchos proyectos hechos por afroamericanos con el fin de dar valor a historias que merecer ser contadas y que sirven en cierta manera de exorcismo tras tantos años de discriminación y racismo congénito en la sociedad en general y en el seno de Hollywood en particular. Stanfield fue la sorpresa de las nominaciones teniendo en cuenta que no sólo el radar de los premios estaba centrado en Kaluuya sino que la Academia decidió nominarle como secundario a pesar de que la campaña promocional le ubicaba como protagonista.
No se puede negar que Lakeith Stanfield tiene una presencia y carisma que le ha permitido llevar a cabo una carrera en progresión y que da la impresión de que sólo se encuentra al principio de grandes proyectos de futuro. La nominación al Oscar no hace más que avalarlo gracias a su trabajo en “Judas y el mesías negro” de Shaka King, cinta que ha ido “in crescendo” en esta carrera de premios y que arriesgó estrenándose el pasado mes de Febrero (teniendo su premiere en el Festival de Sundance). En “Judas y el mesías negro” Lakeith Stanfield interpreta a William O’Neal, un criminal negro de poca monta que fue capturado por el FBI tras robar un coche. Con el fin de que sus cargos fueran anulados, el FBI aleccionó al joven para convertirlo en su informante introduciéndose como espía dentro del seno de los Panteras Negras, la organización nacionalista negra, socialista y revolucionaria activa entre 1966 y 1982 y que preocupaba mucho a los estamentos políticos y judiciales en una época de revueltas, tensión social y lucha contra el comunismo por parte de los organismos del estado.
Daniel Kaluuya y Lakeith Stanfield logran que sea la 20ª ocasión en que dos o más participantes de una película sean candidatos en la categoría de actor de reparto algo que no impidió que Ben Johnson por “La última película” en 1971, Robert De Niro por “El padrino II” en 1974, Jason Robards por “Julia” en 1977, Timothy Hutton por “Gente corriente” en 1980, Jack Nicholson por “La fuerza del cariño” en 1983 y Sam Rockwell por “Tres anuncios en las afueras” en 2017 se hicieran con el Oscar. Es la primera vez en toda la carrera que Kaluuya y Stanfield compiten directamente pero no parece que eso vaya a impedir que se cumplan todas las apuestas.
El dictamen
Ganará: Daniel Kaluuya (Judas y el mesías negro)
Alternativa: Sacha Baron Cohen (El juicio de los 7 de Chicago)
Quiero que gane: Paul Raci (Sound of metal)
Echo de menos: Frank Langella (El juicio de los 7 de Chicago)
Nacho Gonzalo