Conexión Oscar 2021: Actriz de reparto
Querido primo Teo:
El reverso más humano de una leyenda negra, una abuela deslenguada que trata de adaptarse a su nueva vida, una hija convertida en un daño colateral de la enfermedad de Alzheimer, una abuela que quiere salvar a su nieto de las garras de la miseria y la gran revelación de la comunicación kazaja. Estos son los personajes que han llevado a Amanda Seyfried, Youn Yuh-jung, Olivia Colman, Glenn Close y Maria Bakalova al quinteto de finalistas en la categoría de mejor actriz de reparto. En esta carrera hemos tenido muy buenas interpretaciones que se han quedado fuera de este apartado y no será porque sus responsables no pusieron empeño en sus campañas promocionales, son los casos de Ellen Burstyn por "Fragmentos de una mujer" o Jodie Foster por "The mauritanian" que fue galardonada con el Globo de Oro. La candidata más aventajada de esta edición es la surcoreana Youn Yuh-jung por "Minari. Historia de mi familia", que ha estado durante año y medio promoviendo esta producción de A24, y es que ha sido imposible no rendirse ante la mirada perdida de esta actriz.
Maria Bakalova (Borat, película film secuela)
“Borat, película film secuela” nos ha situado en el mapa a Maria Bakalova. Esta actriz búlgara de 24 años se ha convertido en una de las revelaciones del año por encarnar a la hija de Borat y hasta el estreno del film había desarrollado una breve carrera en el teatro y también en la televisión, llegando a participar en un episodio de la serie “Gomorra”.
Una de las escenas del año es el encuentro entre Tutar (la hija que Borat quiere ofrecer al ex vicepresidente Mike Pence) y Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York y uno de los representantes legales de Donald Trump. La situación que se da entre Tutar y Giuliani es realmente comprometida ya que después de la entrevista falsa el político se lleva a la joven a una habitación de hotel y se tumba en la cama frente a la actriz metiéndose las manos dentro de los pantalones. Este proyecto encabezado por Sacha Baron Cohen, que usa la cámara oculta para provocar una serie de situaciones, es muy ambiguo a la hora de detallar qué es real y qué es ficción más allá del célebre periodista de la televisión kazaja. Pero ese momento que nos ha dejado tan ojipláticos, y que a más de uno le ha valido para retratar a un político, ha hecho que la prensa y la crítica destaque el trabajo y por qué no decirlo el talante de Maria Bakalova, aunque es injusto recordarla solamente por esto porque ella es el alma de “Borat, película film secuela”.
Bakalova está divertidísima en la piel de una joven a quien su padre tiene que ofrecer como novia al todavía ex vicepresidente de los Estados Unidos si quiere librarse del castigo tras deshonrar a su país en el pasado, y ella se revela como una digna sucesora de su progenitor. En un primer momento, pero más bien por las características de este proyecto, la presencia de Maria Bakalova fue mirada con cierta condescendencia pero esa actitud comenzó a cambiar cuando los premios recibidos eran de gente tan seria como la National Society of Critics (NSFC). Por su campaña y por querer condenar la actitud que se denuncia en su escena más impactante (y que además juega con la veracidad de los hechos) Bakalova puede tener asegurados muchísimos más votos de los que podamos imaginar y que por ésto se pueda convertir en la única alternativa posible a Youn Yuh-jung.
Glenn Close (Hillbilly, una elegía rural)
En esta campaña tan anodina Glenn Close nos ha dado la vida por su franqueza a la hora de hablar de su carrera y de lo complicado que lo ha tenido en una industria que por sistema se niega a ver a las mujeres y lo ha hecho desde la seguridad de alguien que no tiene nada que demostrar, ni siquiera que perder por muy combativa que haya sido a la hora de considerar que su carrera cinematográfica no ha sido mucho más importante porque Hollywood siempre la ha visto como una marca blanca de Meryl Streep.
A sus 74 años Glenn Close aún no sabe lo que es ganar el Oscar y no puede disimular que tiene unas inmensas ganas de hacerse con la estatuilla porque el sabor de la derrota es muy amargo. Independientemente de añadir el premio de la Academia a su estantería repleta de galardones del mundo de la escena y la televisión nadie puede negar el inmenso talento de una de las mejores intérpretes de su generación. Con “Hillbilly, una elegía rural” logra su octava nominación al Oscar tras las conseguidas por:“El mundo según Garp” (1983), “Reencuentro” (1984) y “El mejor” (1985) en este mismo apartado y como mejor actriz principal por “Atracción fatal” (1988), “Las amistades peligrosas” (1989), “Albert Nobbs” (2012) y “La buena esposa” (2019).
Glenn Close ha sido la única que ha aguantado el tipo de “Hillbilly, una elegía rural” de Ron Howard. Un proyecto basado en las memorias del capitalista de riesgo J.D. Vance que creció en una familia desestructurada de Ohio, que nos hace entender a la clase obrera de raza blanca que eligió a Donald Trump como presidente en las elecciones de 2016, porque estaba harta de ser ignorada por la clase política. Vance fue educado por su abuela, porque su madre era una adicta a la heroína, y fue la única que le inculcó los valores que le hicieron prosperar en la vida y no quedarse sumergido en el pozo como los demás. Probablemente “Hillbilly, una elegía rural” ha sido una de las películas más vapuleadas por la crítica del 2020 porque su sobreexplotación de la tragedia y la miseria de la América profunda hizo que muy pocos pudieran tomársela en serio y valorarla. Es una lástima por el trabajo de Glenn Close que, a pesar de lo exagerada que nos pueda parecer su composición, es quien pone cordura al espectáculo y resulta muy honesta en la piel de una mujer que está cansada de sufrir y que ve a su nieto como un símbolo de esperanza para que pueda tener una vida mucho mejor que la suya si se aplica seriamente con los estudios. Los académicos tendrán que decidir entre la sutileza de la abuela de “Minari. Historia de mi famlia” y el espectáculo de la “Mamma” de “Hillbilly, una elegía rural”, la carrera de premios se ha decantado claramente por la primera.
Olivia Colman (El padre)
En el 2019 se alzó con el Oscar a la mejor actriz por interpretar a la reina desquiciada de “La favorita” de Yorgos Lanthimos. En el último lustro estamos viendo la culminación de una carrera que se ha desarrollado con mimo tanto en los escenarios como en la televisión y el cine y, a sus 47 años, esta actriz británica se ha convertido en una de las intérpretes más veneradas y cotizadas de la actualidad porque su nombre es sinónimo de calidad, es una de esas actrices capaces de elevar los proyectos en los que participa gracias a su naturalidad y gran sentido de la empatía. Siempre nos resulta fácil lo que hace aunque sea extremadamente difícil.
Ha conseguido su segunda candidatura al Oscar por “El padre” de Florian Zeller. En el film interpreta a Anne que tiene lidiar con la enfermedad degenerativa que afecta a su padre y con las consecuencias que ello conlleva en su vida y en sus relaciones a las que ha tenido que renunciar para velar por los cuidados de su progenitor. Aunque la película le pertenece completamente a Anthony Hopkins, y a la mente cada vez más deteriorada de su personaje, Colman realmente no tiene demasiado margen para lucimiento pero sabe aprovechar perfectamente su participación.
Entendemos a Anne que ve que su padre está dejando de ser él y nuevamente empatizamos con el dolor que está arrastrando por la capacidad portentosa que tiene la actriz de ser un torrente de emociones sin sentir la necesidad de convertir eso en un espectáculo. Colman habría sido un caballo a batir si esta hubiera sido su primera candidatura al Oscar pero ya ganó la estatuilla hace dos años y le está yendo tan bien en su carrera que se tiene la sensación de que ya está suficientemente premiada.
Amanda Seyfried (Mank)
A los 35 años Amanda Seyfried ha conseguido su primera candidatura al Oscar por interpretar a Marion Davies en “Mank” de David Fincher. Viendo que Hollywood premia con una nominación a cualquier luminaria relativamente eficaz cuando se encuentra realmente con su primer papel lucido no deja de ser extraño que Amanda Seyfried, que se ha ajustado perfectamente a ese perfil de aspirante a princesa de Hollywood y ha demostrado que puede funcionar en muchos registros, haya recibido su primera candidatura bien adentrada en la treintena y no hace casi una década por el biopic de Linda Lovelace, será porque casi nadie la vio.
En “Mank” es la encargada de interpretar a Marion Davies, la amante del magnate de los medios de comunicación William Randolph Hearst. Una persona a la que la historia ha tratado de humillar porque ha sido vista como una actriz sin talento y alcohólica a la que Hearst no pudo convertir en una estrella a pesar de sus incontables esfuerzos y a ello contribuyó “Ciudadano Kane” de Orson Welles en donde era retratada como una vulgar cantante de ópera que no dejaba de hacer el ridículo. “Mank” dignifica a la figura de Davies, destacándola por su inteligencia y honestidad no teniéndolo nada fácil porque era íntima amiga de Herman J. Mankiewicz, guionista junto a Welles del film.
Seyfried se convierte en la dueña de cada una de sus escenas, gracias a una presencia luminosa y carismática y por resultar tan humana como implacable cuando trata de frenar que la humillen públicamente. Seyfried tuvo unas críticas fabulosas, las mejores de su carrera y que habrían sido suficientes para hacer de ella la rival a batir porque aunque Hollywood esté por luchar contra el sexismo una actriz joven y guapa con un Oscar sigue gustando mucho, pero se ha visto perjudicada por la antipatía generada por “Mank”. Tanto por un David Fincher que es un director que no cae especialmente bien entre sus colegas como por una campaña por parte de Netflix que ha saturado.
Youn Yuh-jung (Minari. Historia de mi familia)
“Minari. Historia de mi familia” ha hecho que Hollywood haya depositado su mirada en Youn Yuh-jung. Hasta ese momento la actriz surcoreana de 73 años había desarrollado su carrera en su país natal, tanto en el cine como en la televisión. Se convirtió en una estrella durante la década de los 70 por romper con los cánones establecidos, destacando por sus interpretaciones de mujeres sumamente complejas y por suponer una de las pocas excepciones en el mundo de la industria: decidió retirarse en su momento más álgido por motivos personales, se le respetó y cuando regresó no tuvo que pedir perdón para que fuera readmitida.
En “Minari. Histori de mi familia” de Lee Isaac Chung interpreta a Soon-ja, la abuela de la familia. Alguien que se ve obligado a abandonar su hogar en Corea del Sur, porque los suyos quieren buscar un futuro mejor, y que asume la difícil tarea de adaptarse a la vida en los Estados Unidos y también de establecer un vínculo con sus nietos, especialmente el protagonista que no la ve como una abuela de manual. Ahí está de nuevo la actriz que siempre ha querido salirse de los esquemas establecidos y que lo ha demostrado en su agotadora campaña.
Soon-ja es gran parte del corazón de la película por la deriva emocional que conlleva su personaje y destaca por la sutileza y dignidad que hay en el trabajo de Youn Yuh-jung. La crítica se ha rendido ante su interpretación no teniendo rivales en el reparto de los premios previos de la temporada, que se haya alzado finalmente con el SAG y el Bafta es la confirmación que se necesitaba para situarla como la verdadera rival a batir de este apartado.
El dictamen
Ganará: Youn Yuh-jung (Minari. Historia de mi familia)
Alternativa: Maria Bakalova (Borat, película film secuela)
Quiero que gane: Youn Yuh-jung (Minari. Historia de mi familia)
Echo de menos: Jodie Foster (The mauritanian)
Mary Carmen Rodríguez
Pues que vaina con la grandiosa Glenn Close. Eso de que ganar un Oscar no te hace mejor actor es cierto, pero como toda competencia, ganar es el deseo de cualquiera y perder no es tan fácil, sobre todo cuando ves que otros con mucho menos talento sí han ganado (Y de eso está llena la historia de los Oscar).
Hace una década todos pensábamos que su registro se iba a quedar en los 5 intentos que tuvo en los años 80, su época de gloria. Quién iba a pensar que regresaría con fuerza en la década que terminó, pero para aumentar su lista negra.
Si pierde en unos días (como todos esperan) la pregunta es ¿Tendrá otra oportunidad? Y si la tiene ¿Será la definitiva o, por el contrario, otra histórica derrota? Las ganas de premiarla existen, pero no es suficiente.
Además, si el caso es ganar un Oscar sumando una actuación rotunda más el factor deuda, claro que la primera en la fila de espera es Glenn Close, pero hay muchas otras acompañándola
y sabemos que, por desgracia, la Academia no podrá cumplir su obligación con todas. Unas llegarán y otras se quedarán.
Parece que por cada deuda saldada la Academia adquiere otra deuda nueva. En los últimos años ya cumplió su obligación con Kate Winslet, Cate Blanchett, Julianne Moore y Meryl Streep. Pero sigue faltando el primer Oscar de Annette Bening, Amy Adams, Michelle Williams, Saoirse Ronan, Scarlett Johansson; el segundo de Judi Dench y, por supuesto, el cuarto de Streep. Incluso este año se unirán a la fila Viola Davis o Carey Mulligan (o ambas).
Yo añadiría a la lista el primero de Sigourney Weaver y Michelle Pfeiffer.