"Manual de la buena esposa"
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El argumento: Cuidar del hogar y plegarse a los deberes conyugales sin rechistar: es lo que enseña con fervor Paulette Van Der Breck en su escuela para muchachas. Sus certezas se tambalearán en el momento en que se encuentre viuda y arruinada. ¿Es el regreso de su primer amor o el viento de libertad del Mayo del 68? ¿Y si la buena esposa se convirtiese en una mujer libre?
Conviene ver: “Manual de la buena esposa” es una propuesta francesa tan acaramelada como liberadora rodada con cierto clasicismo y tono naif para introducirnos en su contexto, el de los vientos de libertad del Mayo francés a través de una serie de mujeres que generacionalmente están en un punto de inflexión social entre el modo de vida de tradicional y la llegada inexorable de los nuevos tiempos. En esa época eran habituales las llamadas Escuelas de Labores Domésticas donde se consideraba que el mayor éxito de una mujer era prepararse para ser una gran esposa y ama de casa. Unas ideas sumisas centradas en complacer al hombre y que se fomentaron fruto de la prosperidad posterior al final de la II Guerra Mundial. Hay cierto tono caricaturesco con esa Juliette Binoche que representa a la mujer acomodada e instructora de las chicas y esposas del mañana formando parte de una burbuja que no puede hacer caso omiso por mucho que quiera de lo que ocurre en la calle y en el entorno de esas jóvenes. Y es que ella mismo ha perdido a su marido y tiene dificultades para salir adelante como empresaria haciéndose cargo de la escuela de instrucción y teniendo que superar todos los problemas económicos que surgen mientras los pantalones irrumpen como símbolo de independencia femenina frente a las faldas que representan una sociedad coartadora. Surrealismo con algo de parodia blanca en el que la actriz está bien acompañada de dos cómicas de solvencia como son Yolande Moreau y Noémie Lvosvsky y que en su sororidad y desparpajo costumbrista recuerda en parte por época y tono a lo que vimos en “Las chicas de la 6ª planta” (2010). Irregular pero satisfactoria gracias a un engrasado reparto y a su esperanzador final que termina de dejar un buen sabor de boca.
Conviene saber: La cinta está dirigida por Martin Provost (“Séraphine”, “Dos mujeres”).
La crítica le da un CINCO