Cine en serie: "Mrs. America", el feminismo frente al poder de Washington
Querido Teo:
En 1968 dos tercios de las jóvenes norteamericanas entre 15 y 19 años y casi la misma cantidad de las que tenían entre 20 y 24, esperaban llegar a convertirse en amas de casa felices y a tiempo completo. Por tanto, lo natural era escandalizarse ante las imágenes de las portadas de muchos periódicos de Estados Unidos cierto día de aquel año: cientos de sostenes y de fajas desgarrados y arrojados a un contenedor de desperdicios situado en la puerta del edificio donde se elegía a Miss América. Cate Blanchett ha elegido precisamente ese nombre para contar una historia de política e influencias, para mostrarnos el funcionamiento del poder en el Washington de la época, donde los demócratas se rifaban el apoyo de las feministas y los republicanos se entusiasmaban ante un grupo de presión que agrupara el voto de las mujeres conservadoras, el Foro Águila, que luchó por conseguir que la igualdad de derechos no solo fuera cuestionada, sino incluso tumbada en su carrera parlamentaria.
Cuando un condado de Florida aprobó una ordenanza que prohibía la discriminación por la orientación sexual, la ex Miss América Anita Bryant y el reverendo Jerry Falwell, quien pronto sería el fundador del movimiento autodenominado Mayoría Moral, iniciaron una campaña para rechazar todas las leyes que ordenaran tratamiento igualitario para lo que Bryant llamó «esa basura humana». Falwell advertía que «esa gente a la que llaman gay tan pronto pueden mirarle a uno como asesinarlo».
Blanchett ha logrado hacer una serie dinámica, que ha despertado interés y muchas visitas a la Wikipedia sobre todas las mujeres que retrata, empezando por la que ella misma ha elegido encarnar: la activista de derechas Phyllis Schlafly; pero también sobre Gloria Steinem, la feminista tan consciente de la fuerza de la imagen que su peinado y las gafas Ray-Ban, convirtieron en un icono pop. Shirley Chisholm, Jill Ruckelshaus, Brenda Feigen, Bella Abzug o Betty Friedan, autora de "La mística de la feminidad", completan el cuadro de mujeres que hoy ocupan un lugar en la historia del movimiento igualitario entre sexos.
La Phyllis Schlafly de Blanchett es tan inteligente y elegante, tan brillante y capaz de organizar una casa de seis hijos como de analizar la política nuclear de la Casa Blanca, que casi resulta difícil de creer. "Mrs. America" empieza "revolcando" a un presentador de televisión, y aleccionando sobre seguridad nacional a los líderes políticos en Washington, y todo sin hacerse una arruga en el vestido, una carrera en sus medias de seda, y sin que se le mueva un pelo.
Es una serie histórica que funciona porque, al margen de algunos clichés casi inevitables, refleja bien la complejidad y diversidad del movimiento feminista, subrayando las contradicciones de Schlafly que, al tiempo que pedía a las mujeres que se quedaran en casa, luchaba por trabajar y conseguir poder. Pero también aporta a la historia situaciones extrapolables al contexto actual, como el retroceso que está sufriendo el derecho al aborto. Muy recomendable.
Carlos López-Tapia