"Depredadores. De Hollywood a Washington. El complot para silenciar a las víctimas de abuso"

"Catch and kill", literalmente "agarrar y matar", es una práctica deleznable del periodismo, propiciadora de extorsiones, que consiste en comprar una información con potencial de escándalo para, en vez de publicarla, guardarla, "matarla". Es el título original de "Depredadores", que el periodista de investigación Ronan Farrow le ha dado al libro que se deriva de la investigación que empujó al productor de Hollywood y violador Harvey Weinstein al abismo y sirvió de combustible al movimiento #MeToo.

Título: "Depredadores. De Hollywood a Washington. El complot para silenciar a las víctimas de abuso"

Autor: Ronan Farrow

Editorial: Roca Editorial

El subtítulo de «Mentiras, espías y conspiraciones: cómo se protegen los depredadores», define la tarea de dos años que significó para el hijo de Mia Farrow y Woody Allen traspasar los "cortafuegos" de víctimas y sus depredadores, para demostrar que el mundo donde la juventud, imagen y aspecto pesan como losas, tiene su propia cara a lo Dorian Gray, monstruosa.

El 15 de Octubre de 2017, la actriz Alyssa Milano escribió un tuit con el hashtag #MeToo. Diez días antes, el 5, The New York Times había publicado un reportaje donde desvelaba que el magnate del cine, Harvey Weinstein, llevaba décadas evitando acusaciones de abusos sexuales con acuerdos económicos y de confidencialidad. Los periodistas y abogados del diario norteamericano pasaron meses encajando todas las piezas de este puzzle de abusos. Farrow tenía la información retenida en colaboración con la revista The New Yorker, que publicó su propio reportaje sobre el tema al ver que el Times se les había adelantado. Farrow llevaba meses apoyándose en su prestigio periodístico como ganador de un Pulitzer, en su popularidad como hijo de Mia Farrow y Woody Allen, y en los contactos familiares, para convencer a varias víctimas de que narraran sus experiencias con Weinstein.

"¿—Qué quieres decir con que no se emite mañana?

Mis palabras flotaron por la sala de redacción que empezaba a vaciarse en la cuarta planta del 30 Rockefeller Plaza, antes conocido como el edificio GE, y antes de eso como el edificio RCA. Al otro lado del teléfono, Rich McHugh, mi productor en NBC News, hablaba por encima de lo que sonaba como el bombardeo de Dresde, pero no era sino el ambiente natural de un hogar con dos parejas de niños gemelos.

—Acaban de llamar, van a... No, Izzy, tienes que compartirlo... Jackie, no la muerdas, por favor... Papá está al teléfono...

—Pero si es la historia más potente de la serie —dije—. No será la mejor televisión, pero sí la mejor historia de fondo...

—Han dicho que tenemos que aplazarla. Es fakakt —dijo, comiéndose la última sílaba. (McHugh tenía la costumbre de probar a decir palabras yidis, pero nunca le salía bien)".

Con esta primera señal de un largo camino, Ronan Farrow comienza a contarnos, con multitud de detalles, como se vio enredado en una red de influencias encubridoras de la práctica habitual de acosar sexualmente a muchas mujeres del mundo del cine y la televisión. El encubrimiento incluye detectives, espionaje, amenazas legalistas y presiones de todo tipo.

Es frecuente sentirse leyendo un thriller, o el desarrollo de una serie televisiva. Harvey Weinstein se enfrenta a un futuro de muchos años de prisión, más de veinte en primera instancia, pero no es el único caso mencionado por Farrow que, al margen del caso concreto del jerarca de Miramax, muestra la panoplia de recursos abusivos, de influencias, de abuso del derecho, con el que se protegen los poderosos del sector.

"Depredadores" es una exhibición del funcionamiento del periodismo americano de investigación y sus tensiones.

Carlos López-Tapia