Berlín 2010: DiCaprio y Scorsese lo eclipsan todo, Zhang Yimou versiona a los Coen y Ben Stiller es un tipo raro

Querido Teo:

No se presenta en la sección oficial pero la gran protagonista de estos días de Berlinale ha sido "Shutter Island", cuarta colaboración entre Martín Scorsese y Leonardo DiCaprio. Esperado trabajo basado en la novela de Dennis Lehane, que ya ha visto como se han llevado al cine otras obras suyas como “Mystic river” o “Adiós, pequeña, adiós”. La cinta se desarrolla en la década de los cincuenta y cuenta la historia de dos agentes federales que son enviados a una institución mental para investigar la desaparición de una interna peligrosa. El protagonista descenderá a los infiernos del pasado durante la investigación entre las frías paredes del psiquiátrico, y recordará el momento en el que como soldado de los Estados Unidos en la II Guerra Mundial participó en la liberación de un campo de exterminio nazi. De esta manera saldrán a la luz todos sus traumas personales en el peor de los escenarios. Además de director y actor también han estado otros miembros del potente reparto como Mark Ruffalo, Ben Kingsley y Michelle Williams. La cinta no ha recibido las buenas críticas que se esperaba de ella y ha sido recibida con cierta frialdad sobre todo por la prensa internacional. Muchos hablan de que Scorsese ha hecho su particular “El resplandor” y que el argumento falla en ocasiones quedando todo demasiado evidente. También recuerda a otras como “Laura” de Preminger. Eso si, se alaba la esforzada interpretación de DiCaprio en su papel más tortuoso y la fotografía de Robert Richardson, candidato al Oscar este año por “Malditos bastardos”. Una auténtica lección de misterio con el sello de un maestro que teje una película en la que el acorralamiento nos tiene en la butaca durante los 140 minutos de su metraje.

En la sección oficial hemos tenido a la rumana “If i want to whistle, i whistle”, drama carcelario en los suburbios del país sobre un joven a punto de salir del correccional de menores en el que se ha pasado varios años que pone en peligro su libertad condicional cuando intenta evitar que su madre se lleve a su hermano pequeño a Italia. Una cinta que quiere provocar la congoja y que se apoya en actores no profesionales para dar un mayor realismo al drama. Cinta fallida y que calza una historia de amor con una becaria en prácticas a la que el joven secuestra para cimentar sus condiciones.

Por otro lado, “Submarino” de Thomas Vinterberg es una de las películas que más puede quedar de esta edición de Berlín. El director de “Celebración” cuenta la historia de dos hermanos traumatizados por vivir una infancia dominados por una madre alcohólica y abusadora. Sin llegar a la altura de su película más conocida, Vinterberg ha convencido apostando por una historia que cuenta con humanidad y sin pretender adoctrinamientos. Una cinta en la que destaca la labor de sus dos actores (Jakob Cedergren y Peter Plaugborg) y que no cae en el recurso lacrimógeno como buen retrato de la importancia de la infancia con un primer plano inicial de un bebé buscando el dedo protector de su hermano. Dos hermanos que intentan ayudarse aunque no puedan.

Llegan también dos autores personales y con cierto coro a su alrededor. Zhang Yimou lleva a cabo una especie de remake del “Sangre fácil” de los Coen volviendo a la China imperial en la que retrata la historia en un pequeño pueblo desértico. La cinta del que ya ganó en Berlín por “Sorgo Rojo” en 1988 se llama “A woman, a gun and a noodle shop”. Un título que ya nos indican por donde van a ir los tiros nunca mejor dicho y es que cuenta la historia de un tipo corriente llamado Wang que dirige una tienda de fideos con su mujer y sus empleados. Un buen día sabrá que su mujer le es infiel con un tímido cocinero y preparará un plan para matar a ambos. Yimou se ha manifestado admirador de los Coen, así evitamos hablar de la crisis de originalidad en la que parece inmerso últimamente Yimou, y asegura que los hermanos ya han felicitado a Yimou por su nueva versión a la que dota de un aire estético mucho más cuidado combinando el humor con la más cruda de las violencias.

Noah Baumbach, ese director tan indie creador de “Una historia de Brooklyn” y “Margot y la boda”, ha presentado en Berlín la película "Greenberg". En ella da un papel de lucimiento para Ben Stiller entre la comedia y el drama. Allí interpreta a un cuarentón con pocas luces que tiene un hermano estrella de cine y que terminará cuidando una de sus mansiones. Así el introvertido protagonista irá poco a poco abriéndose al mundo que le rodea. Una película que sigue la línea del cine de Baumbach. Unos le encuentran interesantes reflexiones y otros no le soportan por su ritmo lento y pretencioso en su intento de filosofear sobre nuestra sociedad. Eso si, Ben Stiller es lo que más se destaca de esta película al demostrar que no sólo es un actor de comedia desengrasante. La cinta se califica de película menor y recuerda a esas películas de los 80 sobre personajes. Baumbach todavía tiene que desarrollarse como cineasta ya que de momento, y después de tres películas, sigue con la etiqueta de prometedor sin que haya subido el escalón que han ido alcanzando otros directores como Alexander Payne o Jason Reitman.

Nacho Gonzalo (Coronado)