“El huevo del dinosaurio (Öndög)”

La web oficial.

El argumento: Una mujer es hallada asesinada en la estepa de Mongolia. Durante una noche, un policía joven e inexperto tiene que custodiar la escena del crimen. Dado que desconoce los peligros del lugar, le envían a una pastora lugareña para protegerle a él y al cadáver. Se trata de una resuelta mujer, de unos treinta y tantos años, que sabe cómo manejar un rifle y ahuyentar a los lobos. Ella se encarga de encender una hoguera para combatir el frío. El alcohol también ayuda a este propósito, así como la cercanía de los cuerpos que la mujer propicia.

Conviene ver: “El huevo del dinosaurio (Öndög)” es ese cine que respira autenticidad y que hace que a la sociedad occidental acelerada de hoy en día se le caiga la venda a la hora de ver la sencillez de las pequeñas cosas y los ritos que llevan a la cotidianidad del día a día con templanza, cercanía y eficacia y en la que la persona y la naturaleza son entes complementarios y no excluyentes. Una cinta que se apoya en la belleza del paisaje en la amplitud de las estepas de Mongolia, con el rito ambulante de los animales que lo habitan como camellos y lobos, y en lo que ocurre debajo de ese cielo estrellado a tres personas que se han encontrado fortuitamente y que tienen que cumplir una misión frente a los elementos en ese particular y casi irreal ecosistema. Todo a través de largas secuencias en las que la pastora toma las riendas de la situación, también desde un punto de vista espiritual y sexual, en su relación con el entorno y ese joven policía con apabullante facilidad dando una elección de empoderamiento orgánico como el que el director Wang Quan’n ya llevó a cabo en “La boda de Tuya” (2006). Una cinta libre en su fondo y forma, que supone el renacimiento de los personajes como lo supone cada amanecer en su victoria frente a la noche, naturalista y ligera por su sencillez en la que la mezcla de géneros mantiene el interés de una propuesta que favorece la inmersión y en la que el ritmo, siendo lento y contemplativo, no es plomizo ante unas gotas de humor desarmador por su verdad que, no obstante, sí que necesitan la paciencia del espectador en una cinta más degustativa que fascinante. Un drama íntimo con aroma de western sobre el valor de las conexiones humanas y el valor de la rutina más eterna que no es otra que la de ciclo de la vida.

Conviene saber: A competición en el Festival de Berlín 2019 y Espiga de Oro a la mejor película y mejor fotografía en el Festival de Valladolid 2019.

La crítica le da un SEIS