"Mujercitas"
La web oficial.
El argumento: Cuatro hermanas llegan a la mayoría de edad en los Estados Unidos después de la Guerra de Secesión.
Conviene ver: "Mujercitas" llega a las salas en la versión de Greta Gerwig, una de las directoras que se van consolidando en el panorama cinematográfico actual por su frescura, inteligencia y mensaje empoderado en especial para las nuevas generaciones de mujeres y es que eso no es algo que quede ajeno en la obra de la escritora ya que fue rompedora para su momento a pesar de su adornado clasicismo pero con el que exploraba los pensamientos, anhelos y sueños de unas mujeres que eran mucho más que sólo una opción para tener a un buen partido como marido y formar una familia. Aunque la historia sea conocida, Gerwig le da un tono propio y auténtico con el que sin renunciar al espíritu y tono de la obra, ni su evidente clasicismo, abraza la modernidad enfocada a las dudas, relaciones, fracasos personales y profesionales y hedonismo de la era “millennial”. Una cinta emotiva a la hora de abordar a esa Jo, que es alter-ego de la escritora pero ahora también de la propia Gerwig, decidida a crear su propia voz y generar una autonomía que no le haga depender del apellido de una familia o del matrimonio con un hombre en todo un canto a la creación artística frente a las limitaciones que vivieron las mujeres en el siglo XIX ("para que publique sus relatos la protagonista debe morir o casarse").
Una cinta medida con una puesta en escena pensada, simbólica y exquisita en la que todo funciona al milímetro, desde las decisiones como realizadora de Gerwig, el acertado y arriesgado montaje hilando los diferentes saltos en el tiempo dando coherencia a través de miradas, detalles y colores pero siempre dando viveza, cohesión y fuerza a la historia rodada de manera delicada y bella que transita en un ritmo vivo y reparador a lo largo de sus dos horas y cuarto, un reparto equilibrado y que encaja en sus papeles y la envolvente y bien insertada música de Alexandre Desplat sobre la fotografía de Yorick Le Saux que, por momentos, evoca cuadros de pinacoteca con escenas luminosas como la de la playa o en los acogedores mantos nevados propios de la Navidad en la que reina la melancolía por los ausentes debido a la Guerra de Secesión. Y es que Gerwig confirma con este trabajo no sólo que es capaz de salir airosa del reto sino de confirmar su voz como autora, haciendo suya la frase de la propia escritora “he tenido muchos problemas, por eso escribo cuentos alegres”, ya que se logra que esta versión sea única respecto a todas las demás pero también muy reconocible en el sello que la directora va imprimiendo título a título apostando por referencias meta, el brío del atrevimiento vivaracho de la juventud, las dudas ante el futuro y encontrar un lugar en el mundo, un humor desenfadado y sugerente marca de la casa y un trabajo casi coreográfico en las dinámicas que establecen entre sí los personajes.
En Mujercitas, una mirada, un solo corte, para transitar la vida y la muerte. pic.twitter.com/lAORxatetP
— David Tejero (@malpaso79) April 19, 2020
Saoirse Ronan se lleva el papel estrella de la función, logrando en su conversación con el editor representar al personaje de Jo March, a la autora, la directora y a un gran número de mujeres en su relación con los convencionalismos sociales, la delimitación de sus parcelas de poder, no sin algo de transigencia en la negociación del mismo, y el dinero como única vía para el éxito y la autonomía, confirmando su gran química con el Laurie de Timothée Chalamet, un actor al que la pantalla indudablemente quiere. Eso sí, esta adaptación abre el abanico de personajes y, además de Jo, tienen mucho interés y lucimiento Florence Pugh como la pintora Amy (el auténtico alma de la película en esa dualidad frente a su hermana mayor), Laura Dern como Marmee o Meryl Streep como la amargada tía March, así como el reparto masculino que les lleva por momentos a hacerse con una cinta que reivindica la feminidad y, sobre todo, la construcción de la personalidad que lleva a cimentar a cada uno y la complejidad del salto de la adolescencia a la edad adulta a contracorriente de las presiones sociales con el fin de encontrar la propia voz. A destacar esos flashbacks en dos líneas temporales, separadas por siete años, entre la fascinación del recuerdo y la determinación por construir un futuro, que Gerwig equilibra y cose de manera orgánica, y por las que esta versión se erige como la más arriesgada, dinámica y emotiva de todas las anteriores confirmando la audacia de la directora luciéndose en el manejo a la hora de enfocar la historia desde el principio y hasta el final. Un conjunto brillante en una adaptación que Greta Gerwig ha hecho suya con maestría.
Conviene saber: Greta Gerwig vuelve a ponerse detrás de las cámaras tras el éxito crítico de “Lady Bird” con la cuarta adaptación cinematográfica de la novela de Louisa May que ya ha conocido las versiones de George Cukor en 1933, Mervyn LeRoy en 1949 y Gillian Armstrong en 1994.
La crítica le da un OCHO