In Memoriam: Jean Simmons, rostro angelical
Querido diario:
Jean Simmons, la morena frágil, pasa a la inmortalidad a los 80 años sin ser una estrella absoluta pero si una presencia recurrente y habitual en el cine entre la década de los 40 y los 60. Su rostro aniñado y su pelo azabache la convirtieron en la heroína ideal en las producciones épicas y de aventuras, aunque en algunas ocasiones tuvo que sufrir el síndrome de “chica florero”. Aun así, conseguiría dos nominaciones al Oscar. La primera como actriz de reparto en 1949 por “Hamlet” y en 1970 por “Con los ojos cerrados” en la categoría de actriz protagonista.
Jean Simmons nació el 31 de Enero de 1929 en Londres y desde pequeña tenía claro que su sueño era actuar. Debutó en 1944 (a los quince años) en “Give me us the moon”, una comedia ligera sin pretensiones, después de haber sido descubierta por un cazatalentos que advirtió de su potencial en una clase de ballet. Su rostro moldeable irrumpió con fuerza dos años después siendo la auténtica revelación de “Cadenas rotas”. Pronto se convirtió en una estrella en su país destacando en “César y Cleopatra” (1946), “Narciso negro” (1947) y, sobre todo, “Hamlet”, la excelente versión del clásico de Shakespeare levantada por Laurence Olivier y que terminaría reportando a Simmons una candidatura al Oscar por su Ofelia, además de una Copa Volpi a la mejor actriz en el Festival de Venecia. Era el trampolín perfecto para que las productoras de Hollywood se fijaran en ella y diera el salto.
La década de los 50 fue su época de mayor gloria. Sin que su nombre llevara legiones de fans a las pantallas siempre era una presencia familiar a la que agradaba ver. Eran años dorados, se acababa de casar con el actor Stewart Granger con el que rodaría varias películas y que conoció en “César y Cleopatra”, y formaba parte de producciones épicas y costosas como “Androcles y el león” (1952), “La túnica sagrada” (1953), “Cara de ángel” (1953) “Sinuhé, el egipcio” (1954), “Desiree” (1954), “Ellos y ellas” (1955), que le valió el Globo de Oro como actriz de comedia o musical, “Pasos en la niebla” (1955), “Horizontes de grandeza” (1958) o “Esta tierra es mía” (1959). La mayoría eran las típicas producciones palomiteras del momento que si bien no aumentaban su prestigio como actriz si que provocaban que siempre estuviera en el candelero.
La década de los 60 supone un punto de inflexión. Se divorcia de Granger, se casa con el realizador Richard Brooks, y rueda dos de sus mejores películas: “El fuego de la palabra” y “Espartaco”, ambas de 1960. Brooks la dirigió en esta primera cinta además de en “Con los ojos cerrados”, una gran interpretación que le valdría en 1970 una candidatura al Oscar por interpretar a una esposa alcohólica. Antes había rodado comedias como “Página en blanco” (1961) o “El novio de mi mujer” (1967), así como algún buen torrente dramático como el que demostró en “Vivir en la cumbre” (1965). Fue su última oportunidad de conseguir la estatuilla porque Simmons fue abandonando el cine y mientras sumaba arrugas también sumaba popularidad televisiva. Todo gracias a series como “Norte y Sur” o “El pájaro espino”. Precisamente con este trabajo consiguió en 1983 un premio Emmy a la mejor actriz de reparto.
En los últimos años sólo se le ha podido ver en alguna breve aparición televisiva o prestando su voz en alguna película animada como ocurrió en la versión americana de “El castillo ambulante” de Miyazaki. Sus últimos tiempos de lucha con un cáncer de pulmón nos mostraban a una mujer arrugada, canosa y envejecida que ha pasado por la Historia del cine sin hacer ruido pero manteniendo una cercanía popular gracias a un ramillete de producciones que la harán siempre inmortal quedando una imagen inocente sobre una cintura estrecha.
Esta noche me pondré "Cadenas rotas", la película donde, con 12 ó 13 años, la ví por primera vez y en la que me enamoré de ella.
Yo la recuerdo especialmente en "Desiree", donde encarnaba con mucha frescura al amor de juventud de Napoleón. Luego su cara me suena de otras películas y de la mítica serie de los 80 "Norte y Sur", donde hacía creo recordar de madre de Patrick Swayze.
Era una actriz que cuando yo era joven, ahora tengo 76 años, me encantaba, creo que vi casi todas sus péliculas sobre todo entonces que había cines de sesión continua con dos péliculas por sesión.Juana