Conexión Oscar 2020: "Jojo Rabbit", la candidata incómoda de Disney

Querido primo Teo:

El triunfo de “Jojo Rabbit” en el festival de Toronto no nos pilló por sorpresa ya que por un lado fue el estreno más celebrado por la audiencia del certamen canadiense, la ovación con la que fue recibida fue atronadora, y por el otro fue el título que estuvo más presente en los medios de comunicación ya que la propuesta de Taika Waititi tuvo tantos admiradores como detractores que consideran que no se puede hacer una sátira teniendo como telón de fondo al Holocausto. A pesar del premio cosechado en Toronto, y de que es una de esas propuestas que están muy presentes en los medios de comunicación, lo cierto es que es una patata caliente para Disney porque a pesar de que sea un film que expone las injusticias del nazismo... ¿está preparado Hollywood para ver a Adolf Hitler como el amigo imaginario de un niño de las juventudes hitlerianas?

Taika Waititi, que se dio a conocer con la comedia vampírica "Lo que hacemos en las sombras" (2014), ha tomado como referente la novela “El cielo enjaulado” de la ex modelo de alta costura reciclada en escritora Christine Leunens. La historia está protagonizada por Johannes, un joven austriaco que durante el Tercer Reich se siente fascinado por el nazismo y que descubre que sus padres, que no comulgan precisamente con el régimen, ocultan a una chica judía llamada Elsa en un armario de quien terminará enamorándose y convirtiendo en su obsesión al no ser correspondido. El segundo libro de Leunens se publicó en el 2004, obteniendo el éxito tanto de ventas como de críticas y estuvo exento de la polémica por su enfoque; “El cielo enjaulado” expone lo peor de la condición humana a través de un juego de manipulación que se establece entre Johannes y Elsa y en donde es muy difusa la línea que separa al verdugo de su víctima. Waititi ha aprovechado el humor negro presente en la obra para convertir “Jojo Rabbit” en una sátira pero del nazismo no del Holocausto, tal y como ha sido interpretado por algún sector, el principal motivo es convertir a Adolf Hitler (interpretado por el propio director) en el amigo imaginario del pequeño Johannes, algo que no deja de tener su lógica puesto que nos encontramos ante un niño de 10 años retraído, incomprendido por quienes le rodean, que no conoce a su padre y que está completamente seducido por la figura del Führer y la ideología nazi. 

“Jojo Rabbit” era un título más de Fox Searchlight, la filial de 20th Century Fox destinada a los films encaminados a un público más adulto y que tienen mayor vocación artística, ejemplos más recientes son “La favorita” de Yorgos Lanthimos o la triunfadora en la edición de 2018 “La forma del agua” de Guillermo del Toro. La adquisición de la Fox por parte de Disney llevó al retraso o a la cancelación en el peor de los casos de más de 200 proyectos. Aunque “Jojo Rabbit” superó la criba y Waititi pudo disfrutar de la misma libertad creativa, era una película que ya estaba rodada cuando se realizó la fusión entre las dos compañías, en la cúpula de Disney generó cierta inquietud el transgresor tono satírico de la cinta. 

Como bien hemos abordado en más de una ocasión estamos bajo el férreo yugo de la corrección política y cualquier expresión artística mínimamente incómoda es juzgada con severidad y a pesar de que “Jojo Rabbit” venciera ante la audiencia del Festival de Toronto (que también otorgó su premio a “La vida es bella” de Roberto Benigni cuando el certamen canadiense no despertaba tanta curiosidad a los medios de comunicación) buena parte de la crítica, más que de la propia prensa, ha sentenciado que con el Holocausto como telón de fondo no se puede hacer una sátira, aunque sea para narrar la historia de un chaval de las juventudes hitlerianas que comienza a comprender cuáles son las consecuencias de sus actos. 

Esto no es nuevo, en 1942 la audiencia y la crítica no respondieron nada bien ante“Ser o no ser” de de Ernst Lubitsch porque la amenaza nazi era tan real que costaba mucho tomársela a broma; la Segunda Guerra Mundial aún no había finalizado y el film se estrenó tan solo dos meses después del ataque a Pearl Harbor, que supuso la entrada de los Estados Unidos en la guerra. El tiempo puso a “Ser o no ser” en su sitio, está considerada una obra maestra y también una buena muestra de la inteligencia y valentía de un judío alemán llamado Ernst Lubitsch. Dos años antes no sucedió lo mismo con “El gran dictador” de Charles Chaplin que además de ser un enorme éxito de taquilla llegó incluso a ser nominada a 5 Oscar, entre ellos el de mejor película, pero ante el recelo de una industria que en aquel momento le interesaba mantener contento al mercado alemán Chaplin vivió un calvario durante el proceso de producción que tuvo que costear él mismo. Cuando se estrenaron “El gran dictador” y “Ser o no ser” se estaba en plena guerra contra el fascismo y aún no se era plenamente consciente de la verdadera magnitud de los horrores del nazismo. Casi 75 años después de la muerte de Adolf Hitler la sensibilidad ante el Holocausto sigue estando a flor de piel y más en un momento en el que la extrema derecha está ascendiendo y la violencia antisemita también, tenemos que recordar que en Octubre del pasado año 11 personas murieron asesinadas en una sinagoga de Pittsburgh, entre ellos un superviviente del Holocausto. 

El premio en Toronto fue para la casa del ratón un alivio pero la compañía, a pesar de los esfuerzos en su campaña promocional, es consciente de que “Jojo Rabbit” no es ni por aproximación un título de consenso, ese que aunque no sea el más admirado sí que se puede beneficiar de la victoria al situarse entre los tres preferidos de los votantes. Lo que pueda suceder con el film de Taika Waititi en los Oscar es una de las mayores incógnitas de esta temporada.

Mary Carmen Rodríguez