In Memoriam: Bernardo Bertolucci, el emperador inconformista
Querido primo Teo:
Tu fiambrera acoge hoy a uno de esos manjares suculentos bien marinados que tanto te hacen salivar porque nos despedimos del italiano Bernardo Bertolucci que ha fallecido en Roma a la edad de 77 años tal y como ha confirmado su familia en un comunicado. Aunque la causa de su muerte no se ha desvelado, la prensa italiana informa que el cineasta italiano llevaba tiempo luchando contra un cáncer.
El vencedor de los Oscar de 1988 con “El último emperador”, y responsable de títulos como “Novecento” (1976) y la polémica “El último tango en París” (1972), nació en Parma en 1941 en el seno de una adinerada familia de intelectuales. Su padre era el poeta Attilio Bertolucci y a la edad de 21 años el joven Bernardo ganó un premio de poesía pero él aspiraba a ser cineasta porque sentía que, a pesar de su talento para las letras, no podía hacerle sombra a su progenitor. Su padre le presentó a Pier Paolo Pasolini, con quien había colaborado anteriormente, y gracias a este director consiguió su primera oportunidad en el mundo del cine trabajando como asistente en “Accatone” en 1961. Un año después rodó su ópera prima, “La commare seca” (1962), sobre el proceso de investigación del asesinato de una prostituta romana.
Conquistó a la crítica internacional con “Antes de la revolución” (1964) y “El conformista” (1970), su primer gran éxito, que sirvió de influencia a directores como Francis Ford Coppola, Martin Scorsese y Steven Spielberg y que le llevó a la candidatura al Oscar al mejor guión adaptado. Ya con sus primeras obras no ocultaba sus ideas políticas, era un convencido marxista, defensor empedernido del Partido Comunista y durante los últimos años no dejaba de lamentarse por la agonizante izquierda italiana de la que llegó a afirmar que se había suicidado.
En el año 1972 Bernardo Bertolucci se convirtió en el centro de la polémica con “El último tango en París”, que era un descarnado retrato de la soledad que por sus escenas de sexo estuvo prohibida en muchos países, entre ellos España. Fue condenado por la justicia italiana, tanto él como el productor y los actores se libraron de la cárcel pero perdieron el derecho al voto durante cinco años. Tampoco se libró de las acusaciones de la actriz Maria Schneider, que en ese momento tenía 19 años, por la manera en la que se rodó la famosa escena de la violación anal en la que se usaba mantequilla como lubricante, según ella Marlon Brando buscaba una reacción real y contó con la complicidad del director: “buscaba mi reacción real como niña no como actriz. Me sentí humillada y un tanto violada”. Tanto Bertolucci como el director de fotografía Vittorio Storaro negaron que ese acto de sodomía fuera auténtico. Más allá de la polémica el film se convirtió en uno de los títulos más emblemáticos de la década de los 70, por no decir en uno de los más desoladores de la Historia del cine, y se vio compensado con 2 candidaturas al Oscar en las categorías de mejor dirección y actor protagonista.
El gran éxito de “El último tango en París” (1972) le permitió desarrollar su primer trabajo en Hollywood, “Novecento” (1976), que le llevó a protagonizar una batalla con la Paramount en torno a su montaje. La versión del director se pasaba de las cinco horas y el Estudio la estrenó mutilada durando algo más de tres horas. La cinta era una descomunal crónica de la primera mitad del siglo XX en Italia, narrada a través de dos antiguos amigos que encarnaban a esas dos Italias y que estaban interpretados por Robert De Niro y Gérard Depardieu respectivamente. En su momento fue un rotundo fracaso, hoy se la considera una de las obras más consideradas de su autor que estuvo a punto de ver arruinada su carrera.
Una década después del estreno de “Novecento” (1976) llegó el film que le permitió alcanzar la cumbre, “El último emperador” (1987), la autobiografía de Puyi, el último gobernante imperial de China que se llegó a rodar con el beneplácito de las autoridades del país. Se llevó 9 premios Oscar entre ellos los de mejor película, dirección y guión adaptado. Bertolucci es, hasta el momento, el único cineasta italiano en ser reconocido con el Oscar al mejor director, algo que no pudo lograr Federico Fellini.
“El cielo protector” (1990), “Pequeño Buda” (1993), que una pesadilla por culpa de Harvey Weinstein, “Belleza robada” (1996) y “Asediada” (1998) no tuvieron ni por asomo el respaldo de antaño. Sí que gozó de cierto beneplácito con “Soñadores” (2003), al italiano más de uno le ha puesto una vela por descubrirles a Eva Green, aunque no se libró de las críticas por su retrato de ese inconformismo revolucionario del Mayo del 68 abordado de una manera frívola. A pesar de la hernia discal que le hizo pasar más de una vez por el quirófano, y que le dejó postrado en una silla de ruedas, pudo rodar “Tú y yo” estrenada en 2012 y que fue su última película.
Fue reconocido con el León de Oro honorífico del Festival de Venecia en 2007 y Cannes le concedió su Palma de Oro honorífica en 2011. Le sobrevive su viuda, la directora y guionista Claire Peploe, con quien se casó en 1979.
Mary Carmen Rodríguez