San Sebastián 2018: La angustia dramática de una madre y la retorcida tragedia griega de Jaime Rosales
Querido Teo:
La octava jornada del Festival de San Sebastián ha sido la del cierre a la sección competitiva a la espera de que este sábado se conozca el palmarés para una serie de películas más que dignas pero, que posiblemente, centran su calidad en unos títulos muy concretos a pesar del nombre y el empaque que prometía este año la programación. Se ha podido ver (y hemos repetido) el “Cafarnaúm” de Nadine Labaki en la sección Perlas y que tanto "haterismo ilustrado" despierta desde Cannes a la hora de retratar la pobreza infantil a pesar de los muchos valores humanistas, emocionales y artísticos que nosotros le apreciamos. Eso sí, todos los titulares se los ha llevado Bradley Cooper con la participación en Perlas (fuera de concurso) de ese fenómeno musical que va a ser "Ha nacido una estrella" y con frases con las que se ha metido al público en el bolsillo: "¿Por qué vas a esperar al lunes para querer despertarte convertido en una estrella?". También se ha cerrado la sección oficial (en este caso fuera de concurso) con la adrenalítica y pulp “Malos tiempos en El Royale” de Drew Goddard.
“Blind spot” de Tuva Novotny ha sido la última película a concurso de esta edición. Un drama familiar angustioso y rodado en tiempo real con desasosegantes y eternos planos secuencia sobre una madre noruega incapaz de entender lo que le pasa a su hija adolescente. Cuando se produzca un hecho imprevisible, un intento de suicidio, el drama se desata y también los espasmos de esa madre en una interpretación extrema pero muy real y auténtica a cargo de la actriz Pia Tjelta. A pesar de las intenciones técnicas, y de cómo refleja el drama desde el estómago de la veracidad, el visionado se convierte en una experiencia que lleva al espectador a la exasperación y a la angustia, primero por alargar un hecho tan concreto (con una conversación inicial entre dos chicas que no puede ser más intrascendente más allá de conocerlas un poco como calma previa a la tormenta) y segundo por subrayar tanto su drama. Una apuesta que intenta plantearse de una manera consistente pero en la que sobresale la duda de hasta qué punto la directora intenta aportar algo más allá de golpear al espectador e utilizar un recurso que en malas manos, y sin estar justificado aunque sea sacrificando el llamado ritmo cinematográfico, puede ser también una condena para cualquier cinta.
"Petra" de Jaime Rosales se nos escapó cuando se proyectó en la sección Quincena de Realizadores del Festival de Cannes pero finalmente hemos podido recuperarla en la sección de Perlas. Rosales imprime a esta historia con sabor a tierra, pasiones y secretos de un prisma de tragedia griega que va provocando un castillo de naipes con finos mimbres que amenaza con derrumbarse con cualquier giro imprevisto o revelación desvelada. Una cinta con la que el director se permite jugar con algunas briznas de humor, hasta ahora una anomalía en su filmografía, a través de una serie de capítulos (desordenados) que parten del hecho de una mujer que, tras la muerte de su madre, busca encontrarse con los orígenes de un padre desconocido llevándole a Jaume, un pintor célebre, crápula y machista, así como a su esposa Marisa, con la que mantiene una intermitente relación, y el hijo de ambos, Lucas, el que parece más normal de todos ellos. El papel del destino y de guardar las miserias bajo la alfombra, ante el temor que tienen los mismos personajes de vivir su vida con la verdad por bandera, acaba destruyendo a unos seres imperfectos pero que viven una vida marcada por las decisiones incorrectas que han ido tomando a lo largo de la misma, creando una costra que ha anquilosado la salubridad de cualquier relación familiar y amorosa normal y deseable. Estupendo ejercicio, tan juguetón como retorcido, con unos estupendos Bárbara Lennie, Àlex Brendemühl, Marisa Paredes, Joan Botey y Oriol Pla.
Nacho Gonzalo