Sesión de cine-cebolla: "La la land"
Querido Teo:
En una sala de cine, como en la vida, puedes llegar a enamorarte de la película que vas a ver, de la persona que te acompaña en ese momento, de su banda sonora, su reparto, o de alguna de sus escenas. En mi caso pude vivir esa increíble sensación el 13 de Enero de 2017, durante el estreno de la película "La la land". Fue amor a primera vista, y sin anestesia.
Mucho se ha hablado de ella desde que se estrenó en el Festival de Venecia en 2016, conquistando a la crítica y al público de todo el mundo, arrasando en la temporada de premios, pasando a ser leyenda en los premios Oscar, no sólo por ganar 6 premios de sus 14 nominaciones, sino por ser el título ganador en la categoría a mejor película que menos tiempo disfrutó de dicha mención, por las razones que todos conocemos. También es una película que se ha instalado en la cultura popular, siendo tema de debate entre los cinéfilos, donde se encuentran sus más fieles admiradores y sus insaciables críticos. Lo que no cabe duda es que "La la land" posee elementos cinematográficos de muchísima calidad, ya sea por su reparto, dirección, música, fotografía, vestuario… Una obra que habla de luchar y alcanzar tus sueños, de compartir ese viaje con alguien a quién amas, a través de una pareja protagonista llena de carisma, unos fantásticos números musicales, algunos de ellos inolvidables (Another day of sun durante un atasco en L.A., A lovely night en un romántico atardecer, etc...). Y, por supuesto, ese epílogo que nos rompió el corazón.
Después de más de cinco años sin verse, nuestros protagonistas Mia y Sebastian han continuado sus carreras por separado, sin saber nada el uno del otro. Ella puso rumbo a París para trabajar como actriz en su primera película y, a partir de ahí, logró labrarse una exitosa carrera en el mundo del cine. También descubrimos que se ha casado y que tiene una hija. Una noche, decide salir a cenar junto a su marido, acabando la velada en un club de jazz de la ciudad. Mientras descienden las escaleras del local, Mia descubre el nombre y el logo del lugar donde ha decidido acabar su velada: SEB´S. Esta revelación produce un shock, tanto para nuestra protagonista como para los espectadores, ya que descubren que Sebastian también logró alcanzar su sueño, el cual era abrir su propio club de jazz, poniéndoles el nombre y el logo que Mia había creado para él.
Mientras Sebastian está despidiendo a los artistas que están sobre el escenario, se da cuenta de que, el que fue el amor de su vida, está sentado frente a él. A continuación, Sebastian se sienta al piano, y ocurre esto:
“Miradas”, así podría titularse este epílogo. No ha hecho falta ninguna palabra por parte de Ryan Gosling o Emma Stone para saber que sentían cuando han vuelto a verse, o cuando les ha tocado despedirse. Durante 27 segundos, que es lo que dura su despedida, se han dicho que se quieren, que siguen enamorados el uno del otro, pero que en esta ocasión, y citando la letra de una famosa canción, “la razón debe ganar al corazón”. Ambos han realizado el gesto más grande que puede haber hacia a la persona que más importante de tu vida: desear que consiga alcanzar sus sueños y construir su camino a la felicidad, aunque para ello no puedas formar parte de ese viaje. Ser capaz de hacer ese sacrificio con tal de que esa persona cumpla sus sueños, aunque te destroce el corazón, ya que llegas a querer tanto a esa persona, que lo único que quieres es que sea feliz, aunque no esté a tu lado. Y todo ello se lo dicen sólo con la mirada y una leve sonrisa.
Y qué decir de los magníficos 8 minutos anteriores, en los que el director Damien Chazelle manipula nuestras ilusiones, mostrándonos cómo hubiera sido la vida de entre Mia y Sebastian si hubieran tomado otras decisiones. Nos hace disfrutar y creer en “la magia del cine” durante casi dos horas, a través de números musicales clásicos, bailes al atardecer... y, de repente, sin previo aviso, nos muestra la dura realidad: que la pareja protagonista de la que te has enamorado van a ver sus sueños cumplidos, pero no lo harán juntos. Con este clímax, el mensaje del directo viene a ser, como se pudo también interpretar en su anterior trabajo "Whiplash", que para cumplir tus sueños u objetivos deberás hacer grandes sacrificios, y que todo lo demás sólo ocurre en las películas.
Un final triste, doloroso, pero a la vez muy bello y romántico, rodado con mucha delicadeza y buen gusto a través de la espléndida fotografía de Linus Sandgren y la música de Justin Hurwitz. Un final y una película que hizo que me volviera a enamorar. Y sin anestesia.
Juan Carlos Deán