"Las estrellas de cine no mueren en Liverpool"
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El argumento: En el año 1981 el actor británico Peter Turner recibe la noticia de que su ex amante, la actriz ganadora de un Oscar Gloria Grahame, ha sufrido un colapso en un hotel de Lancaster. Ella se niega a ser atendida por los médicos y él se ofrece a cuidar de ella en su casa de Liverpool. Durante esos días él recordará su historia de amor con una diva que ya estaba sentenciada.
Conviene ver: Gloria Grahame fue una de las presencias más turbadoras que tuvo la gran pantalla, una implacable femme fatale con buen fondo que brilló en “Los sobornados” de Fritz Lang y que se llevó el Oscar por muy pocos minutos en pantalla en “Cautivos del mal” de Vincente Minelli. Su vida personal fue igual de volcánica y durante buena parte de su existencia fue presa del escándalo, el mayor fue cuando se enamoró de su hijastro Anthony Ray siendo él un adolescente y que con el paso de los años se convirtió en su cuarto marido. “Las estrellas de cine no mueren en Liverpool” se centra en sus últimos años cuando su carrera ya estaba en pleno declive y trabaja en modestas producciones teatrales en Londres representando "El zoo de cristal" de Shakespeare. Allí conoce a un joven aspirante a actor llamado Peter Turner. Con él mantuvo una relación apasionada que duró 18 meses y se cortó por ella que comenzó a ofrecer su peor versión básicamente para protegerle ya que estaba sentenciada por la enfermedad con la que llevaba años batallando. Aunque ya no era su amante, Turner estuvo pendiente de ella hasta el final dándole cobijo en su modesta casa de Liverpool. Un papel como el de Gloria Grahame es un vehículo perfecto para alguien del talento de Annette Bening que se luce en una interpretación sutil y llena de matices, y no es exagerado decir que se encuentra entre los mejores trabajos de su carrera. Es una delicia contemplarla encarnando a una estrella decadente en todos los sentidos y que se niega a admitir que su final está cerca para evitar cualquier tipo de sufrimiento en una cinta mucho más luminosa que "El crepúsculo de los dioses" y que añade optimismo y energía a un romance improbable pero reparador y enérgico. Pero es Jamie Bell quien se adueña de la película en un papel que es sumamente difícil porque es quien tiene la papeleta de soportar a la diva, no dejarse eclipsar por ella y lucirse igualmente como su "enfermero" emocional con el recuerdo de una relación que marcará su vida y que le construirá como persona, además la química entre los dos actores es magnífica. El reparto lo completan una Julie Walters que, a pesar de su importancia sabe a muy poco, Kenneth Cranham y Vanessa Redgrave y Frances Barber en un cameo. Es una lástima que "Las estrellas de cine no mueren en Liverpool" no esté a la altura de su historia y del excelente hacer de la dupla formada por Bening y Bell ya que carece de empaque (no luce como realmente debería y se notan muchísimo sus deficiencias presupuestarias) y también de profundidad a pesar de ser un perfecto retrato de lo que supone esa conexión entre dos personas (creando junto a los padres de él un grupo familiar que se quiere y se necesita) y lo que hay detrás de las bambalinas cuando alguien acompaña a otro en la etapa final de su vida ante la proximidad de lo inevitable. Una historia rodada con intimismo y humanidad alejada de toda esa artificialidad y misterio que rodearon a estrellas de Hollywood como Grahame.
Conviene saber: Supone el noveno largometraje del director Paul McGuigan (“El caso Slevin”) y se basa en el homónimo libro de Peter Turner. Tanto Annette Bening como Jamie Bell resultaron nominados a los premios Bafta así como el guión adaptado. 4 nominaciones en los premios BIFA del cine independiente en las categorías de actor, actriz de reparto, reparto y diseño de producción.
La crítica le da un SIETE