Conexión Oscar 2018: El caso de Frances McDormand y las aspirantes que no van a tener una gran campaña
Querido primo Teo:
Probablemente a estas alturas ya tengamos en Frances McDormand por su interpretación de “madre coraje” en la cada vez más en alza “Tres anuncios en las afueras” a la primera gran candidata al Oscar a la mejor actriz. McDormand se llevó la estatuilla en ese mismo apartado por interpretar a Marge Gunderson la policía embarazada que investiga un crimen en “Fargo” de los hermanos Coen. Fue hace dos décadas una época en la que en comparación con la de ahora todo era mucho más relajado. Ahora las campañas se han extremado tanto que se han convertido en lo más parecido al camino a la Casa Blanca, los aspirantes también son mirados con lupa durante meses; los que están demasiado desesperados por ganar son rechazados (a no ser que seas una actriz menor de los 30 o te llames Isabelle Huppert) y los que van con la actitud pasota también.
Frances McDormand no se caracteriza precisamente por ser especialmente amable en sus apariciones públicas, no dejamos de tener la impresión de que el personaje de Olive Kitteridge que le proporcionó el Emmy en el 2015 tiene bastante de ella, pero no cae mal porque irradia tal carisma y su actitud es tan espontánea que nos resulta divertida. A diferencia de Annette Bening no se va a tirar al fango para ponerse a hacer una campaña, tampoco le hace falta ya que es lo suficientemente respetada por la comunidad fílmica y por los medios más serios. Pero seamos francos, la McDormand pertenece a ese grupo de actrices que no interesan ni a la industria, ni a las revistas, ni al público y ninguna moderna de Twitter va a sentirse la más guay del lugar si comienza a reivindicarla. Es mayor, nunca fue considerada un sex symbol y tampoco es Meryl Streep. Así que Fox Searchlight no va a hacer una gran inversión en su campaña, ni siquiera la décima parte de lo que se gastó Lionsgate en la temporada pasada para que Emma Stone se llevase el Oscar por “La la land” (la friolera suma de 50.000 dólares diarios).
Ya lo pudimos ver en “Feud: Bette and Joan”, Hollywood será el mejor amigo de una mujer mientras sea joven, bella y obediente, que se lo digan al recientemente derrocado Harvey Weinstein. Un proyecto que tenga que ser encabezado por un personaje femenino de mediana edad se considerará veneno para la taquilla, será muchísimo más arriesgado sacarlo adelante y desde luego que no contará con los medios de distribución y promoción de otros productos. Y es que ni siquiera las actrices de mediana edad ya son válidas para trabajar con las estrellas de su misma generación. Conforme Tom Cruise va cumpliendo años sus parejas son cada vez más jóvenes y Olivia Wilde con 28 años fue rechazada "por vieja" para interpretar a la esposa de Leonardo DiCaprio en “El lobo de Wall Street” y el papel fue a parar a Margot Robbie que tenía 22.
La mejor prueba de todo esto la podemos encontrar en los Oscar, que al fin y al cabo son los premios a la excelencia concedidos por la industria. Siempre se apoyará más a una actriz joven para que gane el Oscar que a una que haya sobrepasado la barrera de los 40 años porque sus fotos van a ser más bonitas. Hagamos un repaso de las ganadoras del Oscar a la mejor actriz principal a lo largo de lo que llevamos de siglo. Tan sólo Julianne Moore, Cate Blanchett, Meryl Streep, Sandra Bullock y Helen Mirren superaban esa edad (y ninguna era una absoluta desconocida), mientras que Emma Stone, Brie Larson, Jennifer Lawrence, Natalie Portman, Reese Witherspoon y Charlize Theron eran veinteañeras cuando se hicieron con la estatuilla. 21 años tenía Marlee Matlin cuando ganó el premio a la mejor actriz por “Hijos de un Dios menor”, y para encontrarnos a su equivalente masculino tendríamos que irnos a Adrien Brody que con 29 años fue reconocido por su interpretación en “El pianista”. La media de edad de las ganadoras en lo que llevamos de década es de 37 años frente a los 43 en la categoría masculina. En los apartados de reparto vemos que la media también en el mismo período es de 39 (en la femenina) frente a 53 (en la masculina). Y cabe destacar que Anne Hathaway, Lupita Nyong’o y Alicia Vikander tuvieron campañas de “Hollywood les debe el Oscar”, lo curioso es que las dos últimas no eran ni mucho menos unas estrellas consolidadas en la industria.
Un productor español dijo hace dos años que los repartos ya se cierran en función de los seguidores que se tengan en las redes sociales ya que es una manera de garantizar la publicidad, y eso no sucede solamente en el cine y en la televisión ya que, en esta era dominada por la precariedad y la multidigitalización, los medios prefieren reclutar al personal basándose en su actividad y trascendencia en el mundo 2.0 porque es la manera idónea de obtener nuevos consumidores.
Tendemos a decir que las redes sociales no son el mundo real, la popularidad de determinados productos no va más allá. Jessica Chastain es una actriz muy activa en las redes sociales pero sus seguidores no llenan las salas cuando protagoniza una película, pero sí que son una clara representación de lo que sucede en él. Solamente hay que recordar la actividad en las redes sociales durante la pasada campaña. Twitter se dividía entre las fotos y los gifs proporcionados por Emma Stone y los de Isabelle Huppert que, aparte de convertirse repentinamente en la actriz favorita de todo el mundo, pasó de ser la gran borde del cine francés a la persona más guay del planeta. Ambas eran las que tenían las promociones más agresivas, la primera por su condición de nueva chica consentida de la industria, y la segunda porque nunca se había visto en otra igual en Hollywood, a pesar de ser una de las actrices más prestigiosas del mundo, y quiso ir a por todas.
Las campañas masculinas también son intensas (bien lo saben Eddie Redmayne y Jared Leto e incluso Leonardo DiCaprio que es el único que conoce mi madre) pero ni de lejos se tienen que someter a tanta presión básicamente porque cualquier desliz se les perdona más; la carrera de Mo’Nique acabó cuando recogió el Oscar por “Precious” porque se negó a pasar por el aro y meses antes de que eso sucediese solamente se habló de su carácter conflictivo, a Russell Crowe también le pasó algo similar cuando se disputaba la estatuilla por “Una mente maravillosa” pero, a diferencia de ella, ha seguido trabajando en Hollywood.
Como ya te he comentado más de una vez, la campaña de Melissa Leo ha sido probablemente una de las más polémicas de la Historia de los Oscar, aunque siempre será superada por alguna de las perrerías de Harvey Weinstein. Puede que las formas no fueran las correctas, lo de descalificar a sus rivales sobraba y lo de tildar de prostituta a una adolescente fue grave, pero el suyo fue un acto de rebeldía para denunciar que las mujeres de mediana edad que jamás han tenido la consideración de estrellas no existen para la industria, y aunque sean las preferidas al Oscar ni van a ser invitadas a muchas fiestas, ni ocuparán tantos minutos en televisión, ni las redes sociales estarán pendientes de sus movimientos, ni saldrán en las portadas de las revistas de moda porque ninguna compañía va a invertir su dinero para que nada de eso suceda. Leo ganó el Oscar y también las antipatías de casi todos, de hecho cierto crítico norteamericano calificó de “desgracia” que la actriz siga estando en activo. Este año tiene “Novitiate” y a juzgar por las críticas podría ser una aspirante a la nominación.
Cuesta mucho pensar que Allison Janney, que ha recibido excelentes críticas por su interpretación en “Yo, Tonya”, y que automáticamente se ha situado como la candidata a llevárselo todo en la categoría de mejor actriz de reparto, no se vea eclipsada por Margot Robbie durante la campaña. Da igual que Janney sea una actriz de prestigio, una de las reinas de la pequeña pantalla que posee una importante colección de premios Emmy, da igual que sea una señora monumental con unos 57 años muy bien llevados, pero se enfrenta a una compañera en el film que es la actual encarnación del erotismo de Hollywood y que realiza su primer intento para demostrar su talento como actriz dramática actuando además como productora de la película.
Y lo mismo se puede decir de Judi Dench que, probablemente, ha hecho la interpretación más maravillosa de su carrera en “La reina Victoria y Abdul”. Aunque es lógico pensar que una mujer que ya tiene 82 años no va a estar en plenas condiciones para ponerse a hacer la misma promoción que hizo Brie Larson cuando ganó el Oscar, tendría que abrirse una cuenta en Twitter, aunque ya ha comenzado sacando a la rapera que lleva dentro para conquistar a los millennials.
Mary Carmen Rodríguez
Ja ja ja, curiosamente yo también me quedé con la misma impresión de que el personaje Olive Kitteridge de Frances McDormand tiene mucho de ella.