"Uno de nosotros"

La web oficial.

El argumento: Tras sufrir la pérdida de su hijo, el sheriff jubilado George Blackledge  y su mujer Margaret dejan su rancho en Montana para tratar de rescatar a su nieto en Dakota. El niño está bajo la tutela de la poderosa familia Weboy, pues la nuera se ha vuelto a casar con otro hombre. La matriarca Blanche Weboy, tras descubrir las intenciones de los Blackledge, decide hacer todo lo posible para impedir que el niño regrese con sus abuelos.

Conviene ver: "Uno de nosotros" es un western contemporáneo con aroma clásico que nos recupera como pareja a Kevin Costner y Diane Lane tras ser los padres de Superman en “El hombre de acero” (2013) lo que involuntariamente nos lleva a pensar que bien podría ser una especie de spin-off al desarrollarse en unos escenarios muy parecidos que en los que creció el pequeño Clark Kent. Una cinta sólida y reparadora que habla sobre el paso del tiempo, la pérdida y esas historias de amor que siguen por encima de todo a pesar de los años. Kevin Costner y Diane Lane demuestran química y su relación es muy conmovedora por todo lo que tiene en sus rostros de vivido importando más lo que se intuye que lo que se cuenta en un drama de venganza en el que unos abuelos quieren recuperar a su nieto de 3 años mientras sobrellevan su particular duelo tras perder a su hijo de manera imprevista y no haber podido despedirse de él. Un thriller intenso que gana por un estudio de personajes delicado, concreto e universal y por su perspectiva femenina, con la reivindicación de la figura de la mujer y la rivalidad que se genera en un conjunto de denuncia contra la violencia machista e impregnado de tristeza, arrepentimiento y nostalgia por las oportunidades perdidas y por el rumbo a la que nos llevan las malas decisiones. Lo mejor es una Diane Lane que es el alma de la cinta y que demuestra que aunque se prodiga poco siempre borda su trabajo cuando le dan la oportunidad, aquí como una mujer determinada, clara en sus valores y prioridades y domadora de caballos estableciendo con ellos una relación especial como muestra esa escena con una yegua en la que ante el final de ésta ella le susurra al oído los grandes momentos que vivieron de manera compartida.

A pesar de que se desarrolle en la década de los 60 del siglo XX no oculta la herencia del western y esos códigos tanto temáticos como cinematográficos que han vertebrado al género durante décadas y a las historias de esas personas anónimas que anteponen la tierra, la familia y el honor. Una película que bien podría haber estado dirigida por Taylor Sheridan (que en los últimos tiempos se ha especializado en cine de este corte) o Clint Eastwood (por su clasicismo noble y justiciero) y que funciona en su parte más vibrante y cercana a la acción, destacando las interacciones de esos abuelos con el personaje encarnado por Lesley Manville, matriarca sin escrúpulos que maneja los hilos de su prole de desalmados y está dispuesto a todo por mantenerlos  dependientes de ella, en cuyas escenas se corta la tensión con un cuchillo cuando se produce la visita de los protagonistas a la apartada casa de los Weboy en la que su nieto y su ex nuera viven oprimido. También en la vertiente íntima y emocional en el que el Chevrolet Bel Air Nomad del 58 de la pareja evoca tantas cosas construyendo una improvisada road movie en busca de recuperar lo que más quieren, tirándose sin red sin pensar las consecuencias porque hay actos, sentimientos y personas que están por encima de todo. Un recorrido en el que también harán balance de su vida en común o conocerán a un joven indio que se ha escapado de un orfanato y que vive apartado del mundo pero abrazando su libertad que algunos le quieron borrar. Un ambiente cálido y poético sostenido en la fotografía de Guy Godfree sobre una puesta en escena que sabe moverse entre lo contenido y lo violento cuando es necesario dosificando la tensión que va de menos a más ante la buena construcción de la atmósfera y el desarrollo de personajes. Una de esas películas más complejas y profundas de lo que parecen, impregnadas de melancolía, oscuridad y tristeza, que demuestran que un género como el western siempre está presente, tanto como la fuerza que nos mantiene vivos hacia adelante por conseguir lo que queremos y el espíritu de sacrificio por lo que es justo y por las personas que hacen que nuestra vida valga la pena.

Conviene saber: Thomas Bezucha dirige la adaptación de la novela de Larry Watson.

La crítica le da un SIETE