"Rocketman"
La web oficial.
El argumento: “Rocketman” es la historia de Elton John, desde sus años como niño prodigio del piano en la Royal Academy of Music hasta llegar a ser una superestrella de fama mundial gracias a su influyente y duradera asociación con su colaborador y letrista Bernie Taupin.
Conviene ver: "Rocketman" llega a rebufo del éxito en taquilla y los Oscar de “Bohemian Rhapsody” con la que comparte a uno de los directores que metió mano a la película tras el despido de Bryan Singer. Todo un pelotazo para el espectador con un biopic tan enérgico y emocionante como la música de Elton John que no teme en abrazar los lados más oscuros y polémicos de los altibajos y personalidad del artista con un prodigioso Taron Egerton. Ahora es el turno de un biopic tan modélico, convencional y efectivo que, sin poder evitar comparaciones con la ya hipercitada a la hora de hablar de este título, “Bohemian Rhapsody”, maneja mejor el “in crescendo” emocional que tenía aquella y se nos presenta a un Elton John de infancia complicada (nacido como Reginald Kenneth Dwight) que en realidad lo que muestra es que lo que más ansía y menos ha tenido desde esos años es lo que ha movido el tema de sus canciones, el amor. Y es que la cinta tiene como gran acierto en retratar toda la personalidad de un artista complejo, inseguro, excéntrico e hiperbólico que tocó fondo rompiendo relaciones con sus mejores colaboradores y siendo un adicto al alcohol, las drogas y el sexo. Una vida de excesos desde la que parte la película cuando no se nos presenta más que a un “sonado” emplumado en un traje de lentejuelas y que tiene su principal vía para su salvación en reconocer su problema y en porqué ha llegado a ese punto. Con vigorosidad, ritmo y empaque la cinta sabe que tiene su principal baza en la magia de unas canciones inmortales, emocionantes y vibrantes, sobre unas letras profundas y llenas de fuerza y, antes de que podamos ver el resurgir de Elton John hasta su estatus de leyenda viva actual, vemos su infancia marcado por un hogar roto (con un padre autoritario que nunca le mostró afecto) y una madre y abuela que fueron las mujeres de su vida y las que cimentaron su personalidad, éxito y anclaje con el mundo real y con los sentimientos más humanos como el cariño y el sacrificio. La evolución del genio precoz en la infancia hasta la creación y depuración de un estilo marcado por su singular personalidad, agentes que le impulsaron a la fama, otros que sólo intentaron aprovecharse de él, su dinero y sus vulnerabilidades, y la presencia siempre fiel de su mejor amigo y colaborador, clave en su éxito, como es el caso del letrista Bernie Turpin. Todo un disfrute que ha elevado el espíritu a los asistentes, moviendo la cabeza al son de los temas más conocidos, desde los interpretados por él, hasta grabaciones en conjunto como la llevada a cabo con Kiki Dee, quedándose sorprendidos para bien en las escenas más psicodélicas y frenéticas, que van desde sus años de infancia hasta cuando bordea la muerte tras zambullirse en una piscina en una de sus fiestas, con un montaje excelso y gran creatividad visual, así como en la valentía en mostrar en una cinta con vocación comercial la relación sexual entre dos hombres, aspecto de lo que huía “Bohemian Rhapsody” y que le fue de lo más criticado a la hora de mostrar una mirada demasiado hagiográfica del artista, algo en lo que Elton John no ha tenido problemas en querer mostrar siendo principal productor y aliado de la cinta. Taron Egerton merece todos los calificativos posibles para un gran ejercicio de mimetismo y carisma arrollador que hace saltar la banca por el empeño y esfuerzo con el que ha abordado este trabajo y por el que todos los temas sean interpretados por él mismo siendo respaldado por un buen reparto formado por Jamie Bell, Richard Madden, Bryce Dallas Howard, Gemma Jones y Stephen Graham. Éxito instantáneo y merecido para la cartelera primaveral.
Conviene saber: Dexter Fletcher dirige un nuevo musical tras “Amanece en Edimburgo” (2013) y repite con Taron Egerton tras “Eddie el águila” (2016). La película pudo verse en el Festival de Cannes 2018.
La crítica le da un SIETE