"Mula"
La web oficial.
El argumento: A Earl Stone, un octogenario que está en quiebra, solo, y que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio, se le ofrece un trabajo aparentemente fácil: sólo requiere conducir. Pero, sin saberlo, Earl se convierte en traficante de drogas para un cártel mexicano, y pasa a estar bajo el radar del agente de la DEA Colin Bates.
Conviene ver: "Mula" es el caso real de un casi nonagenario que empezó a trabajar como “mula” (transportando drogas en su cuerpo) para el Cártel de Sinaloa llevando a cabo su campo de actuación principalmente en Detroit. Alternándolo con sus trabajos como jardinero, Leo Sharp ganó ingentes cantidades (un millón de dólares al año) con esta práctica no levantando ninguna sospecha aprovechándose de su oficio y su edad. Arrestado por la policía de Michigan en posesión de 200 libras de cocaína en 2011 (valorada en tres millones de dólares), y condenado en 2014 a tres años de cárcel siendo demorado por la demencia que alegó su abogado, murió a los 92 años en 2016. “Mula” es una cinta propia del llamado último gran clásico y es que Eastwood aborda con elegancia, sobriedad y empaque una historia anecdótica y singular que saltó a los papeles y que es un personaje perfecto para su regreso a la pantalla continuando esa particular trilogía de hombres determinados frente a la adversidad y condenados por su destino como es el caso de los protagonistas de “El francotirador” (2014), “Sully” (2016) y “15:17 Tren a París” (2018). Una película a la que Clint dota de poso gracias a su mezcla de entretenimiento, sarcasmo y justicia social en una propuesta tragicómica y emocionante con un peón como reflejo de la USA que ha sustentado la era pro Trump teniendo que enfrentarse cada uno a su malvivir particular. Sin llegar a ser especialmente llamativa cala su simplicidad y la lacónica mirada de tristeza y desencanto que inunda el conjunto a partir de la escuálida figura y aguardentosa voz de Eastwood y un buen reparto con Bradley Cooper, Dianne Wiest, Michael Peña, Allison Eastwood, Taissa Farmiga, Andy García y Laurence Fishburne. Un retrato nada amable de una sociedad que el director equilibra de una manera notable manteniendo la intriga, haciendo crecer el bagaje emocional y demostrando porque Clint es ese viejo zorro, uno de los grandes, que no necesita hacer grandes películas para ofrecer momentos de gran cine sin grandilocuencias, pero con profundidad, reflexión amarga y elegiaca y con fino y medido alegato político propio de un hombre libre, inconformista y que no tiene que dar cuentas a nadie a sus 88 años. Así utiliza retranca y su tono habitual para tratar temas como la familia, la vejez, la crisis económica y de valores o las deudas del pasado que siguen a pesar del paso del tiempo. Esta ha sido la historia perfecta para moverse con comodidad a la hora de combinar el mensaje y estilo del director con la posibilidad de poder volver a verlo una vez más en pantalla como una variante no muy distinta al Walt Kowaslki de "Gran Torino",
Conviene saber: Clint Eastwood se ha puesto (¿por última vez?) delante y detrás de las cámaras después de “Gran Torino” (2008) y “Golpe de efecto” (2012), ésta última dirigida por Robert Lorenz.
La crítica le da un SIETE
Bastante bastante lenta