"Muchos hijos, un mono y un castillo"
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El argumento: Julita, la madre, ha cumplido todos sus sueños de tener una familia numerosa, un mono y un castillo, y ahora sufre los efectos de la crisis económica, sin dinero para poder mantener el imponente inmueble, y a base de iniciativa y tacto logra mantener a la familia a flote.
Conviene ver: “Muchos hijos, un mono y un castillo” es un soplo de aire fresco de naturalidad e improvisación que nos lleva al entorno costumbrista de una familia que tiene como mascarón de proa la personalidad arrolladora de la matriarca, una Julita Salmerón que llena la pantalla de desbordante talento, naturalidad y gracejo entre vértebras, despensas llenas, recuerdos de vida y un castillo como sueño conseguido y también como rémora económica. Un trabajo rodado a lo largo de 14 años, y montado en los últimos dos, en los que el director Gustavo Salmerón sigue lo experimentado por “El desencanto” o “Carmina y amén” dotando a la cinta, a pesar de todo, de una gracia especial y un mensaje optimista sobre la familia y, sobre todo, un canto a una generación de mujeres (que fueron “niñas de la guerra”) despiertas, sacrificadas y que ven la vida con pasmosa naturalidad y sensatez frente a lo complicada y densa que solemos hacerla día a día en estos tiempos de impersonalidad y “first world problems”. Julita Salmerón es el personaje del año y el que la cámara la quiera como la quiere hace que cada escena de la película, cada conversación y cada mirada desprenda esa verdad que tanto busca cualquier cineasta. A la primera (Salmerón ya ganó un Goya por el cortometraje “Desaliñada”) y jugando en casa lo ha conseguido.
Conviene saber: El documental familiar de Gustavo Salmerón está nominado al Goya 2018.
La crítica le da un OCHO