"Locas de alegría"

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El argumento: Beatrice es una condesa charlatana y millonaria que está convencida de encontrarse entre los círculos íntimos de los líderes políticos mundiales. Por su parte Donatella es una joven tatuada, vulnerable e introvertida, envuelta en su propio halo de misterio. Ambas son pacientes de Villabiondi, una delirante institución psiquiátrica.

Conviene ver: “Locas de alegría” podría ser vista como una comedia plana de dos mujeres a lo “Thelma & Louise” pero esta vigorosa propuesta italiana es mucho más que eso. Una película fuerte, emotiva, divertida, vital, dramática y vibrante gracias al carisma torrencial de dos de las actrices fetiche del director, la torrencial Valeria Bruni-Tedeschi y Micaela Ramazzotti, como dos internas que coinciden en un psiquiátrico y que huyen hacia la libertad en una road movie que para ellas termina siendo una terapia. Las dos interpretan a dos personajes que se complementan a pesar de sus diferencias; una es una condesa venida a menos y con aires de grandeza (dándolo todo la actriz en la parte más dramática y paródica del personaje) y la otra una joven a la que la vida ha maltratado y que no es mal que un animal herido influenciable y que se deja llevar. En definitiva, un retrato sobre las frustraciones de la sociedad italiana y sobre la fortaleza de ambas ante el cuestionamiento de lo que se considera locura y lo que no, como escape de la realidad, en un relato tan delirante como honesto. La convencionalidad en su final no lastra a una película que ofrece al espectador una vibrante locura de canto a la vida en forma de aventura que contagia el ánimo y que es muy gozosa de ver. Una comedia dramática sobre dos mujeres expulsadas y maltratadas por la sociedad que las arrincona y que más que una road movie divertimento vuelve a ser un retrato de personajes con una fina línea de dramedia sobre el clasismo y la institución de la familia.

Conviene saber: Paolo Virzì ha vuelto a triunfar tras cintas como “La prima cosa bella” (2010) y “El capital humano” (2013) con una cinta nominada a 17 premios David di Donatello en 2017 y ganadora del premio a la mejor película, a la mejor actriz (Valerina Bruni-Tedeschi y Micaela Ramazotti) y Premio del Público en el Festival de Valladolid 2016.

La crítica le da un SIETE