"Lincoln"
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El argumento: En 1865, mientras la Guerra Civil Americana se acerca a su fin, el presidente Abraham Lincoln propone la instauración de una enmienda que prohíba la esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo esto presenta un gran dilema: si la paz llega antes de que se acepte la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, cientos de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para conseguir los votos necesarios, Lincoln se enfrenta a la mayor crisis de conciencia de su vida.
Conviene ver: "Lincoln" es el acariciado proyecto de Steven Spielberg de llevar al cine los últimos años de la vida del decimosexto presidente de USA, sin duda, el más icónico de todos y del que cualquier partido político en Estados Unidos se apropia como un tótem. El oficio de Spielberg rodando demuestra que es uno de los grandes y logra mantener el interés a pesar de ser una película muy sobria sin efectismos, con muchas conversaciones de despacho, y que se centra en la soledad y responsabilidad del gran líder, que casi deambula como una figura espectral aupada y envuelta por el mito. Un interesante retrato sobre el proceso de abolición de la esclavitud a través de la decimotercera enmienda que se apoya en un guión sin fisuras de Tony Kushner en el que los diálogos y las sensaciones prevalecen sobre la acción y el ritmo de la historia en el interesante proceso político que se narra en la película con un buen debate sobre el racismo y sobre porque unas personas se considera que están por encima de otras en función de la clase social o el color de la piel, temas que siempre han preocupado a Spielberg (muestra "El color púrpura" y "Amistad"), al igual que el dolor y el trauma que generan las guerras, así como las intrigas políticas para conseguir los votos necesarios aunque haya que prescindir de toda ética. El reparto está espléndido y poco más se puede decir de Daniel Day-Lewis, sencillamente perfecto, no interpretando sino siendo Lincoln. Imposible imaginarse al personaje a partir de ahora sin ver su rostro, gestos y voz. Quizás es una interpretación tan calculada y perfecta que le falta algo de emoción y alma, pero el guión y el intérprete logran que nos apiademos del personaje y que asistamos a la épica heroica de su propósito adoptando una mirada reverencial sobre el personaje (se le pretende asimilar de manera demasiado ilusoria al Obama actual) que también ofrece algunos golpes de humor como narrador de anécdotas ofreciendo un aspecto poco conocido de su personalidad. Sally Field vuelve por la puerta grande con un papel mucho más interesante de lo que podría parecer y que va más allá del apoyo o la mujer florero. Gracias a ella, y su cariño maternal hacia su marido, comprendemos mucho más al hombre detrás del político, y sus arrebatos de locura y su personalidad tan compleja genera algunos de los grandes momentos de la película ya que Day-Lewis y Field están muy creíbles como matrimonio que ha vivido y sufrido conjuntamente. Tommy Lee Jones aporta presencia y prestigio y es un secundario robaescenas con algunas de las mejores frases y con un gran momento final que engrandece la importancia de su personaje, pero no hay que olvidar a Joseph Gordon-Levitt como el hijo de Lincoln que quiere salir de la búrbuja familiar para sentirse realizado prestando servicio a su país, un cómico e irreconocible James Spader, David Strathairn, John Hawkes, Jared Harris, Lee Pace, o Hal Holbrook. El equipo habitual de Spielberg le arropa de manera notable, pero ni el montaje de Michael Kahn, ni la música de John Williams (a pesar de un melancólico y efectivo tema principal), ni la fotografía de Janusz Kaminski, es lo mejor que han hecho para el director. Gran cine americano con un episodio político-histórico de altura llevado con oficio y maestría y con unos actores estupendos pero al que le falla la escasa emoción que termina provocando, centrada en momentos muy concretos (como la entrada de los ciudadanos negros a la cámara o la aprobación de la enmienda) que no llegan a explotar en ese sentimiento. Incluso la muerte de Lincoln se presenta de una manera muy sutil y discreta. Demasiada conversación de despacho con didactismo doctrinal que lastra una película que sólo brilla en la vertiente más personal de Lincoln con algunas escenas poderosas pero presentadas de forma demasiado aséptica. La larga duración y la sensación de ser excesivamente sobria, con algunos bajones evidentes de ritmo que pueden derivar en el bostezo, es lo único que se le puede achacar a una película en la que la labor de Spielberg como director queda en un segundo plano ante la fuerza del hecho histórico que narra y que tardaría un siglo hasta terminar de tener efectos prácticos. No llega a decepcionar pero tampoco es, ni mucho menos, una de las obras maestras del realizador.
Conviene saber: La cinta se basa en la obra “Team of rivals” de Doris Kearns Goodwin y que se haría con el premio Pulitzer en 1995. 12 nominaciones al Oscar (siendo la cinta con más candidaturas de la carrera de Spielberg junto a “La lista de Schindler”) la avalan.
La crítica le da un SIETE
Vista en versión original, se hace demasiado aburrida. Parece que tanto diálogo político y tanta enmienda nunca deja arrancar a la película. Demasiado teatralidad y bombo y platillo para una película que, con el tiempo, supongo que será recordada como una de las menores de Spielberg.
Le daría un 6 por los actores.
Quizá he ido con energías y concienciado de que la película es larga y de mucho texto, más que de acción, y he de decir que no me ha aburrido para nada. Más aún, me ha parecido intensa, de mucho diálogo interesante, y con un ritmo y unos momentos de tensión (sobre todo para llegar a la votación de la 13ª Enmienda), que no hacían para nada que se me fuera la cabeza pensando en otras cosas. No se me hizo larga, que es muy importante, y envidio a los americanos por reivindicar su historia y a sus personajes enorgulleciéndose de lo bueno y lo malo. No me veo jamás a nadie en este país que reivindique como héroe a un personaje sin hundirle y sacar sus peores trapos.
De las actuaciones, resaltar ante todo la de Sally Field por encima de todas, haciendo de la mujer de Lincoln. Me ha llegado al alma esta mujer y como puede competir y sobresalir en las escenas conjuntas de Daniel Day-Lewis, que aquí lo hace perfectamente. No parece nada sobreactuado y es como si fuera su propio personaje. Si le dan el Oscar a uno, se la deberían de dar también a Sally. De Tommy Lee Jones, hay que reconocer que lo hace bién, pero salvo la escena final, en la que sorprende por la propia escena en sí, es un papel correcto.
Bueno y después de todo esto, me parece muy bien el 7 para Lincoln.
Debo de retificar o completar mi anterior opinión vertida. Vista doblada (una vez que superas el lío inicial de personajes y nombres) no se hace tan aburrida. Entras más en la "acción". Bueno, en la acción que no es acción...
El film es algo frío y sin ser lo mejor que haya hecho todo el staff implicado, hay que destacar la banda sonora de Williams y su fotografía.
Grande Daniel Day-Lewis y los actores secundarios.
La película es cansina en extremo. ¿Un Lincoln chistoso? Jamás imaginable. Su desarrollo es totalmente lineal. Las escenas del Senado parecen coros de opereta. Una película para cabecear de principio a fin. Excelente actuación de Tommy Lee Jones, como siempre.