"Leto"

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El argumento: Leningrado, un verano a principios de los 80: la escena del rock de la ciudad está en pleno apogeo. Viktor Tsoï, un joven músico que creció escuchando a Led Zeppelin, T-Rex y David Bowie, está tratando de hacerse un nombre. El encuentro con su ídolo Mike y su esposa, la bella Natacha, cambiará su destino. Juntos construirán una leyenda como pioneros del rock ruso.

Conviene ver: “Leto” es lo nuevo del director Kirill Serebrennikov que regresa con un tan vivo y enérgico como deslavazado musical underground sobre la plomiza Rusia de los 80 con un régimen comunista en decadencia poco tiempo antes de la entrada de Gorbachov y su Perestroika. El director propone una forma arriesgada, e incluso videoclipera en alguno de los números, como tremendamente efectiva e inmersiva sobre un blanco y negro nostálgico en una cinta que bebe de otras cintas que fusionaron imagen, música y contexto social como el caso de “24 hour party people”, “Across the universe” y “Eden”. “Leto" está ambientada en el Leningrado de 1981, cuando la escena de rock empezó a florecer, influenciada por el rock de Led Zeppelin, T-Rex, Lou Reed o David Bowie, y lo que nos ha sorprendido es que es imaginativa, e incluso surrealista e iconoclasta, siendo en verdad un reflejo de una época centrado en algunas jóvenes figuras que irrumpieron en el panorama musical rockero en el país como el caso de Viktor Tsoï, todo un tótem en Rusia. Ese caos casi circense lleva a la película a fases de irregularidad y de una genialidad que aparece intermitentemente, así como el estar más preocupada la cinta en reflejar una época más que apostar por el desarrollo de los personajes que acaban siendo meras piezas del momento vital y musical de un país, pero garantiza un rato disfrutable para cualquier aficionado al arte (sea cine o música) como manifestación artística. Una película vigorosa y vibrante que es un fiel retrato de una época y de su transición social a través de la música.

Conviene saber: La cinta compitió en el Festival de Cannes 2018 y mejor diseño de producción en los premios del cine europeo (EFA) 2018.

La crítica le da un SIETE