"La voz humana"

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El argumento: Una mujer pasa el tiempo mirando las maletas de su ex amante, que la abandona para contraer matrimonio con otra mujer. Durante tres días, la mujer sólo sale a la calle una vez: para comprar un hacha y una lata de gasolina. Adaptación libre del monólogo teatral homónimo de Jean Cocteau.

Conviene ver: "La voz humana" es un prodigioso ejercicio de estilo de Pedro Almodóvar que se adentra en uno de los textos que más han sobrevolado su filmografía. Un corto (o mediometraje) que está basado en la obra de Jean Cocteau sobre la última llamada telefónica de una mujer con su amante de los últimos 5 años la noche antes en la que se va a casar, texto que originalmente fue escrito en 1930 para Edith Piaf aunque ésta nunca lo interpretó. Después tendría una versión en ópera, un sinfín de adaptaciones teatrales y versiones cinematográficas para lucimiento, entre otras, de Anna Magnani, Ingrid Bergman, Amparo Rivelles, Sophia Loren o Rosamund Pike. Un disfrute experimental y visual para un director que se ha probado a sí mismo en un momento dulce de su carrera en un momento tan simbólico. como ha sido el del confinamiento. volviendo a una obra de la que ya incluyó un fragmento en "La ley del deseo" (1987), adaptándolo libremente en "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (1988) y haciendo mención en "Dolor y gloria" (2019) a "El bello indiferente", una variante llevada a cabo por el propio Cocteau en 1940. Tilda Swinton, acompañada de un perro, ilumina la pantalla con esos tonos y colores potentes y exquisitos del manchego, con predominio del rojo, emergiendo en la pantalla más como una presencia que como un elemento físico, a lo que contribuye la ambigua figura de una actriz que desde este momento pasa a engrosar la nómina de intérpretes que han brillado con el director. En sólo 30 minutos el director encapsula toda su esencia en un retrato sobre las pasiones absorbentes, la amargura de la soledad y la desesperación por el futuro. Todo en un trabajo enérgico, vibrante y muy vistoso sobre un corazón roto en un momento de cambio en el que los colores y el poder de las imágenes cobran más importancia que nunca en su cine ante un monólogo con el que Almodóvar juega, se permite experimentar e incluso dotar de una personalidad y de una ironía marca de la casa, además de actualizarlo ya que en los tiempos actuales los Air Pods sustituyen al teléfono clásico.

Todo eso sin abandonar sus referencias como el barroquismo vanguardista que rodea al personaje, los libros de Alice Munro o Lucía Berlín, o los DVDs de “Kill Bill” (2004) y “El hilo invisible” (2017). Tilda Swinton brilla en un trabajo sofisticado y meticuloso en el que los decorados son casi una frontera entre la realidad y la ficción, casi como si en esa nave todavía quedaran los restos de una representación, desmontando el concepto de la teatralidad y en un permanente diálogo entre lo que se ve, cincelado por la fotografía de José Luis Alcaine y lo que se escucha, la estupenda música de Alberto Iglesias, y el simbolismo del vestuario de Sonia Grande. Almodóvar desmonta y reinventa, dándose un capricho y maximizando con pulcritud y vistosidad su estilo en un trabajo imaginativo, desbordante, evocado y primorosamente rodado con una Tilda Swinton a favor de obra y sacando partido a todos los recursos artísticos más virtuosos, afinados y apabullantes que nunca a la hora de hablar un lenguaje que demuestra que un gran drama no necesita ni mucho tiempo ni ambiciosos escenarios para ser mostrado. Un disfrute fílmico abrumador para los sentidos con el estilo de Almodóvar más depurado y brillante que nunca y en el que condensa todo lo que supone como autor iconográfico y creador de universos abriéndose incluso desde el drama a la esperanza.

Conviene saber: El primer trabajo en inglés de Pedro Almodóvar pudo verse en el Festival de Venecia 2020 y el Festival de Nueva York 2020 y llega a salas con precio reducido.

La crítica le da un OCHO