"Hope"
La web oficial.
El argumento: La relación entre una pareja de artistas es puesta a prueba cuando a ella le descubren que tiene una enfermedad que amenaza con robarle la vida. ¿Qué sucede con el amor cuando a una mujer de mediana edad le pronostican tres meses de vida? Anja (43) y Tomas (59) viven en familia junto a sus hijos biológicos e hijastros pero durante años, la pareja se ha distanciado. Cuando Anja recibe el diagnóstico de cáncer cerebral terminal el día antes de Navidad, su vida se rompe y pone a prueba el amor desatendido.
Conviene ver: “Hope” es un drama profundo e intenso que habla del amor lastrado por el tiempo y de cómo la enfermedad dinamita los sentimientos y prioridades de una pareja. Unos artistas de clase burguesa con unas vidas asentadas a pesar de que la relación entre ellos se ha distanciado fruto del tiempo, la rutina y las distintas necesidades de cada uno. Cuando a ella le diagnostican un tumor cerebral, tras vencer un cáncer de pulmón, justo antes de las vacaciones de Navidad, vendrán los remordimientos de culpa, la sensación de no haber aprovechado el momento y las dudas sobre el futuro tanto para ellos como para sus hijos. Una apuesta llena de realismo y de conmovedor y melancólico poso sobre dos personajes que no necesitan mostrar más allá de sus miradas y silencios para asentar la complejidad que encierran dentro de ellos. Hay madurez en la mirada de la directora notándose que se basa en una experiencia personal por lo que la cinta es tan catártica como descarnada y auténtica, sin épicas románticas ni tampoco con dramatismos forzados plasmándose todo con suma sencillez y naturalidad. Una atmósfera propia del cine de Ingmar Bergman, en un hogar sobrio que respira melancolía, y que angustia a unos personajes que creían tener el control de sus vidas, que han antepuesto el trabajo a su relación, y que ven como la llegada imprevista de la enfermedad pone todo patas arriba ya que, sea cual sea el final, ambos nunca serán los mismos después de ello.
Un momento que les permite salir de la vorágine del día a día y pararse a pensar en quiénes son, y en el punto en el que se encuentran, intentando guardar las apariencias aunque se antoje imposible ante el volcán emocional que tienen en su interior agarrándose a las escasas esperanzas que se dan no se sabe si con convencimiento o porque no queda otra y más cuando las vacaciones de Navidad provocan que la sensación del alargamiento de la espera sea más agónica. El miedo, el dolor, la culpa, los reproches, la impotencia, la compasión y las dudas pueblan el rostro de unos estupendos Andrea Bræin Hovig y Stellan Skarsgård, una más rabiosa y el otro más introspectivo, que son el alma de la película que narra a lo largo de una semana los altibajos propios de esta situación, entre reuniones pretendidamente evasivas, visitas y pruebas médicas y muchos momentos de bajón, amargura y debilidad en los que hay sensación de tiempo perdido y una vida construida en la apariencia y en la inercia de la rutina. Un notable retrato sobre la enfermedad como catalizador y depurador de heridas clavadas, afectos compartidos, sacrificios de pareja y neblinas vitales con el cariño propio del amor, el que se fue y el que todavía queda, y la dignidad de uno mismo como principal medicina para lo que tenga preparado el destino.
Conviene saber: Representante de Noruega al Oscar 2021 a la mejor película internacional y 2 nominaciones en los premios del cine europeo 2020 en las categorías de dirección (Maria Sødahl) y actriz (Andrea Bræin Hovig).
La crítica le da un SIETE