"Génesis"

La web oficial.

El argumento: Guillaume, su hermanastra Charlotte y Félix experimentan las turbulencias del primer amor...

Conviene ver: El canadiense Philippe Lesage se está convirtiendo en uno de los estandartes del cine reciente más perturbador e inquietante a la hora de abordar la condición humana y su lado más tortuoso como bien demostró en "Los demonios" (2015). Ahora ha vuelto con “Génesis”, una mirada al primer amor de manera nada previsible cuando se supera la preadolescencia y se empiezan a sentir cosas entre fiestas, dudas y primeras aproximaciones al sexo. Sensible, íntimo e intrigante siempre existe una sombra incómoda que indica que el peligro está a la vuelta de la esquina por parte de un director que no mira esa época de la vida con nostalgia sino con las espinas que también rodean al corazón mientras bombea su sangre amorosa. La fragilidad a la que nos llevan las frustraciones de las relaciones románticas fallidas, difuminadas y maquilladas con el paso del tiempo, son el eje vertebrador de la historia de dos hermanastros cómplices y que con historias diferentes conectan con el sentimiento puro e inocente del amor (él fascinado por un compañero en un internado masculino y devoto lector de Salinger y ella intimando con un hombre más mayor tras dejar a su novio cuando éste le propone una relación abierta) que sufren sus decepciones en paralelo, víctimas de su timidez neófita, las decisiones equivocadas o no, la fugacidad del presente, una sociedad machista, el rechazo en forma de bullying y el descubrimiento de unos sentimientos y un cuerpo que no son capaces de controlar, entre encuentros fugaces, el primer beso, fiestas en el bosque y canciones que marcan para una vida (como cuando suena Outside del grupo canadiense TOPS), apareciendo, incluso, referencias a la cinta anterior del director en una propuesta atmosférica sobre la otra cara de esas historias de iniciación juvenil que suelen llegar a la pantalla en el que el verismo amargo supera a toda sensiblería naif sustentándose en esa fotografía limpia, elegante y reposada sobre una puesta en escena como si aún fuera el previo de un volcán a punto de ebullición. Una pena que esa coda final de 15 minutos (con el recuperado personaje de Félix de la anterior cinta del director) no esté tan empastada como el resto en el conjunto y rompa el ritmo, sensaciones y coherencia de lo que hemos visto hasta el momento siendo un epílogo que sobra sin discusión.

Conviene saber: Mejor película, director (Philippe Lesage) y actor (Théodore Pellerin) en el Festival de Valladolid 2018.

La crítica le da un SIETE