"El viaje de Nisha"

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El argumento: Nisha, una chica de 16 años, vive en Noruega una doble vida. En casa es la perfecta hija paquistaní, pero cuando sale con sus amigos se convierte en una chica más occidental. Cuando su padre le pilla con su novio en la cama, sus dos mundos chocan. Para darle una lección, sus padres deciden mandarla a Paquistán, donde tendrá que adaptarse a aquella cultura.

Conviene ver: “El viaje de Nisha” es un sorprendente melodrama que logra reflejar ese doble mundo en el que tienen que convivir las generaciones más jóvenes que vienen de una cultura como la paquistaní. Y es que el pertenecer a una familia de emigrantes en suelo occidental provoca que los que nacieron o se criaron allí adopten la realidad de su entorno a pesar de la raigambre de la tradición propia de unas generaciones de padres que quieren seguir anclados a pesar de ir contracorriente como los salmones en un río. No resulta de ser paradójico que en una misma familia puedan existir las ventajas sociales de residir en un país avanzado y costumbres como la de los matrimonios concertados lo que provoca una mezcolanza de indefinición cultural que provoca la incomprensión y añade dramatismo al ya inevitable choque generacional y cultural marcado aquí por el repudio como plasmación de la intransigencia. La cinta no pretende sentar dogma y se nota que la directora sabe de lo que habla (también fue obligada a viajar a Pakistán a los 14 años para empaparse moralmente de aquel país) y se aleja de tópicos tocando la fibra sensible de un espectador que entra de manera fácil a la historia. La presión del grupo frente a una chica que, precisamente por querer adaptarse al lugar en el que vive y ser feliz y libre, es enviada a la tierra de sus ancestros, a 300 kilómetros de Islamabad, en el choque de dos universos contrapuestos y que lleva a la cinta a terrenos explorados en “Oriente es oriente” o “Quiero ser como Beckham”. Y es que como demuestran estas películas para una mujer el drama es todavía mayor siendo un peón en un tablero marcado por el machismo retrógrado. Y es que aunque el tema se haya tratado la directora lo aborda con honestidad, verdad y sensibilidad subrayando todavía más la complejidad del despertar adolescente en unas circunstancias como ésta y manteniendo el equilibrio reflejando la situación pero sin cargar tintas en una u otra cultura. Buen trabajo de Maria Mozhdah, que da vida a Nisha, y de Adil Hussain como el padre que pretende dar un golpe de autoridad a su hija sin querer resignarse al inevitable cambio de una hija que quiere algo tan necesaria como ser ella misma y ser ciudadana de un mundo abierto y con más oportunidades del que sus padres lamentablemente no pudieron disfrutar en su juventud.

Conviene saber: La cinta está dirigida y escrita por Iram Haq.

La crítica le da un SIETE