"El puente de los espías"
La web oficial.
El argumento: James Donovan, un abogado de Brooklyn (Nueva York), se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS cuando la mismísima CIA le encarga una difícil misión; negociar la liberación de un piloto estadounidense capturado por la Unión Soviética.
Conviene ver: Con "El puente de los espías" vuelve el Steven Spielberg más sobrio y sólido, así como el academicista e historiador pero en este caso más accesible y entretenido que su anterior cinta que le valió Oscar a Daniel Day-Lewis. Es verdad que Spielberg se ha aburguesado hace tiempo y no ofrece las obras incontestables de antaño (la última quizás fue “Munich”) pero en todo su cine hay destellos de gran cine como se pudo ver en “Caballo de batalla” o “Lincoln” quedando siempre por encima de la medianía. Ahora vuelve a aportar una puesta en escena modélica en una historia ambientada en la Guerra Fría pero con muchos ecos al cine de Frank Capra representados en un Tom Hanks correcto, eficiente y haciéndose cargo de ese papel de buen americano con valores que tan bien se le dan, enarbolando la bandera de las garantías judiciales y la presunción de inocencia a pesar del prejuicio social imperante y siendo un minúsculo eslabón del sistema en la fina línea de un conflicto de intercambios de prisioneros y conflicto latente con la amenaza nuclear de fondo. Un padre de familia que sólo quiere dar un beso de buenas noches a los suyos con la moral intacta y la conciencia tranquila. La película tiene un arranque muy potente aunque después termina derivando en algo elogiable pero no brillante. Una cinta en la que destaca especialmente la música (Thomas Newman sustituye a John Williams después de 30 años de colaboración ininterrumpida), el diseño de producción, la fotografía del habitual Janusz Kaminski e, interpretativamente, un Mark Rylance que aporta sobriedad, estoicismo y magnetismo de la mejor escuela británica y que es la mejor opción de Oscar de la película. Y es que lo mejor son las conversaciones entre los dos actores volviendo a demostrar lo buen compañero que es Hanks que trabajando en equipo logra que sus compañeros de reparto logren brillar igual o más que él. Ambos se llevan toda la atención gracias a dos personajes que no necesitan de aspavientos porque están muy bien dibujados en el texto eclipsando todos los demás, especialmente una descafeinada Amy Ryan como mujer de Hanks o un obvio Alan Alda. Un magnífico thriller y drama judicial con valores y empaque, meticuloso y sutil, deudor del mejor cine de espías clásico que maneja estupendamente la melancolía y la esperanza que encierra la Historia aunque, en verdad, dé la impresión de que este tipo de películas Spielberg las saca con la gorra cayendo demasiado en el orgullo de nación usamericana sin dar el salto necesario de genialidad que la cinta habría pedido para hacerla imperecedera e hijo en su catálogo.
Conviene saber: Cuarto guión para otro director a cargo de los Coen tras “Ola de crímenes, ola de risas” (1985), “Un plan perfecto” (2012) e “Invencible (Unbroken)” (2014).
La crítica le da un SIETE
Discrepo como espectador, Spielberg ha perdido hace años ya el toque que le permitía unir a publico y crítica...Ahora sus peliculas son aburridas y con demasiado azúcar, puede ser que técnicamente esten geniales pero, como espectador, le doy un 4.
Una película sobria, nada espectacular, donde Spielberg huye también de cualquier pomposidad gracias a un guión con toques hilarantes y cómicos tras los que se adivinan a los Coen. Un relato que más que narrar una tópica historia más de la Guerra Fría entre americanos justos y nobles y soviéticos torpes y malvados hace una indagación sobre como un hombre normal puede también ser el vencedor de esa "guerra fría" siempre presente entre prejuicios, ideologías y políticas que avasallan y se imponen al respeto a la ley y la garantía de las libertades. Utilizando la integridad y la firmeza de sus convicciones, Tom Hanks dialoga y escucha a todos, y se lanza al charco político-ideológico de aquellos años con su propio talante como faro y flotador. Y el que se beneficia de ello es el espía soviético que primero debe defender ante los prejuicios de sus compatriotas, y más tarde conseguir intercambiar con un piloto americano capturado por los rusos. En las conversaciones entre ambos, abogado y espía, es donde la película alcanza quizá los momentos más altos. A ello ayuda un sobresaliente Mark Rylance, magnético y espectacular en su sencillez e hieratismo, con guiños irónicos. Oscar ya para este actor por su Rudolf Abel.
Película estupenda, a medio camino entre cine judicial y cine de espías estilo Le Carré (mucho frío, mucha gabardina, mucho ir y venir entre embajadas y pisos francos), tiene un ritmo lento pero in crescendo que premia al que entre en la historia y en su tono de otra época. Una película donde la espectacularidad spielbergiana está en los personajes, más que en las escenas o en la ambientación (magnífica, por otra parte, con ese Berlín gélido en la construcción del Muro), y precisamente por no ser el torrente de emociones y sentimientos que otras veces han sido sello de fábrica del director, y ser algo más sutil, adulto y diferente, "El puente de los espías" posiblemente ni gane el Oscar ni levante pasiones. Pero es otra muesca en la trayectoria del genio.
Tu discrepancia, no le importa a nadie, porque es un estupidez.
Hj, que pedazo de argumentación. Bueno se puede discrepar de alguna crítica ¿no? Me gustan mucho las criticas de esta página, por eso vengo a leerlas, pero no siempre estoy de acuerdo con ellas. Y para eso estan los comentarios ¿no?