"El discurso del rey"

La web oficial está alojada en la web de la productora de los hermanos Weinstein. Eso hace que sea una película más entre todas las del catálogo de la compañía. Está la descripción histórica, el trailer e información de los actores. Siendo una de las películas del año tendría que haber dado más de si en vez de recurrir a las típicas fichas informativas.

El argumento: Tras la muerte de su padre, el rey Jorge V, y la escandalosa abdicación del príncipe Eduardo VII, Bertie, afectado desde siempre de un angustioso tartamudeo, asciende de pronto al trono como Jorge VI de Inglaterra. Su país se encuentra al borde de la guerra y necesita desesperadamente un líder, por lo que su esposa Isabel, la futura reina madre, le pone en contacto con un excéntrico logopeda llamado Lionel Logue. A pesar del choque inicial, los dos se sumergen de lleno en una terapia poco ortodoxa que les llevará a establecer un vínculo inquebrantable. Con el apoyo de Logue, su familia, su gobierno y Winston Churchill, el rey supera su afección y pronuncia un discurso radiofónico que inspirará a su pueblo y lo unirá en la batalla.

Conviene ver: "El discurso del rey" supone un gran ejemplo de realización y de nivel actoral. La historia de Jorge VI y su tartamudez como tara a superar para liderar a su país de cara a la guerra. Esa tartamudez sirve para contar cosas más interesantes como el cómo nos afecta lo que espera de nosotros la sociedad, los traumas de nuestra infancia, o la enorme responsabilidad y carga que es ser rey sin querer serlo. Es una película elaborada exquisitamente en la que todo encaja. Desde la ambientación, la fantástica música de Alexandre Desplat, el guión y las interpretaciones. Colin Firth está inmenso y sufres con él el pánico que siente ante el micrófono. Geoffrey Rush vuelve a hacer uno de esos secundarios bufonescos inolvidables, con carisma y oficio a raudales, que recuerda mucho al profesor Higgins de “My fair lady”, y Helena Bonham Carter apoya muy bien al dúo protagonista. Mención especial para el Churchill que interpreta Timothy Spall, así como Michael Gambon, Guy Pearce (el Eduardo VII destinado a ser rey que abdica en favor del amor por una plebeya que es lo que catapulta al protagonista al trono) y Derek Jacobi. La dicotomía que se presenta en la película es muy interesante. El rey tiene que hablar, pero ese símbolo de éxito es para comunicar la peor de las noticias: la entrada de su país en guerra. No obstante, tiene algún punto de comedia que la hace todavía más apetecible y humana viendo más a la persona en problemas que al monarca poderoso. La minuciosidad de la puesta en escena hace época y es muy difícil no quedarse atrapado por su encanto apoyándose en una dirección vigorosa que aúna muy bien el clasicismo de la historia con la manera de que llegue al gran público sin renunciar a la historia o a la calidad. Colin Firth está de Oscar y ofrece una interpretación de superación personal, y de convivencia con sus propios miedos, llena de matices con una evolución en su personaje muy empática. Quizás peca en que el trasfondo histórico está demasiado cogido por los pelos, pero eso se debe a que Hooper se preocupa más por la historia humana que por esos años convulsos para el mundo que actúan más que nada como justificante del salto obligado hacia delante que tiene que dar el rey Jorge VI. Una mirada a la monarquía británica y a sus costumbres así como el perfecto reflejo de una época en la que es, sin duda, una de las películas de año. Una película que, más que en cualquier otra, exige un visionado en V.O para captar toda la grandeza de la misma, sobre todo teniendo en cuenta que el trabajo vocal de los actores es indispensable.

Conviene saber: Tom Hooper ha dado en la diana con “El discurso del rey” tras las miniserie “John Adams” y “Elizabeth I”, así como el film “The damned united”. Destinada a ser una de las películas de los Oscar, ha conseguido 7 nominaciones en los Globos de Oro.

La crítica le da un OCHO