"El blues de Beale Street"
La web oficial.
El argumento: Basada en la novela de James Baldwin, la película sigue a Tish, una mujer de Harlem embarazada y recién prometida que lucha contrarreloj para demostrar la inocencia de su pareja.
Conviene ver: Mucha expectación había por poder ver lo nuevo del director que se hizo con el Oscar con “Moonlight”. Sin renunciar a su estilo, en "El blues de Beale Street" Barrry Jenkins presenta una cinta más ambiciosa temáticamente, más clasicista y, quizás debido a ello, también más accesible aunque en verdad su intimismo y temática le lleva a ser una opción muy de nicho crítico más que de público, precisamente lo que le pasó con su anterior cinta, uno de los Oscar más inadvertidos por el gran público de los últimos años. En esta ocasión adapta el relato de James Baldwin publicado en 1974, labor llevada a cabo en solitario por el propio Jenkins, centrándose en dos jóvenes en el Harlem de contrastes de los 70 y marcado por el arraigo de población y cultura negra, no exenta de dificultades, en la que Clementine “Tish” Rivers y Alonzo “Fonny” Hunt, de 19 y 22 años, encuentran en su relación la vía de escape a la cruda realidad de aquellos años hasta que él es acusado de violación a una mujer puertorriqueña y tiene que someterse a la injusticia y al racismo de la sociedad. Poco después ella, y con él en prisión, descubre que está embarazada e inicia una lucha contrarreloj junto a su familia y su abogado por liberarlo antes que de de a luz. “El blues de Beale Street” es una sonata jazzística, apoyada en una banda sonora que recuerda a la de Bernard Herrmann en “Taxi driver”, en el Harlem de los 70 impregnada de poética belleza y drama por las relaciones y vidas truncadas por el prejuicio y el rechazo. La película más accesible y redonda de Barry Jenkins y sostenida por la fuerza de superación de sus personajes y es que, a pesar de todo lo que padecen a su alrededor, todos ellos en su filmografía se agarran como pueden a cualquier atisbo de esperanza. Hay que destacar las estupendas revelaciones de Stephan James y KiKi Layne manteniendo con fuerza y verdad los habituales primeros planos del director en el limpio y doloroso rostro de los mismos, interpretando a estos Romeo y Julieta del Harlem que también sufren enfrentamiento (o más que ello roce) entre sus seres queridos en una de las secuencias más logradas de la cinta en el que se produce el encuentro de ambas familias políticas y que es puro teatro filmado digno de Tennessee Williams a través de catarsis emocionales con unos padres temerosos ante los peligros que puede tener la relación. La gran baza interpretativa de la cinta no es otra que Regina King como la madre de ella y que cumple todo el canon de nominada a actriz de reparto y es que, sin tirar de histerismo o llorar a moco tendido, en ningún momento le es necesario, aprovecha el tono del fresco familiar para sobresalir con miradas que denotan amor y sacrificio por los suyos, implicando incluso un viaje a Puerto Rico con el fin de intentar resolver la situación. Apariciones como la de Diego Luna, Pedro Pascal o Dave Franco contribuyen a ese fresco multicultural añadiendo fuerza en los saltos temporales de la cinta y es que, al igual que “Moonlight”, en esta ocasión el paso del tiempo también tiene importancia aunque ahora sea más para, desde el presente que narra, echar la vista atrás a los inicios de la relación que sustenta el film. La cinta supone una propuesta cuidada y elegante, de fina sensibilidad e intimismo, hecho que no hay que confundir con frialdad, en la que poco a poco va calando de manera melancólica esta triste historia que te deja roto pero que también te empuja a concluir que siempre hay una buena razón como el amor para salir adelante y levantarse al día siguiente.
Conviene saber: 3 nominaciones a los Oscar 2019 en las categorías de actriz de reparto (Regina King), guión adaptado y música. Finalista al Premio del Público en el Festival de Toronto 2018.
La crítica le da un OCHO
Yo no soy tan optimista con ella. Creo que su mayor logro y su mayor escollo radica en la realización, afectada y recargada hasta el extremo de engullirse la película casi por completo. Regina King está muy bien, pero tanto como para ganar el oscar... Además, el asunto que canaliza el drama de la película está muy tímidamente narrado y explicado, con unos personajes secundarios muy poco desarrollados igual debido a la falta de presupuesto para contratar a actores de mayor carisma. Me dejó a medias.