"El año del descubrimiento"
La web oficial.
El argumento: En 1992 suceden en España dos eventos fundamentales: los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla, vinculada a la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América. Diez años después de la subida al poder del PSOE de Felipe González, España aparece ante la comunidad internacional como un país efervescente, moderno y civilizado. Una futura potencia económica mundial. Sin embargo, en Cartagena, los disturbios y protestas por el cierre de fábricas y el desmantelamiento industrial adquieren una violencia creciente hasta acabar con el incendio del parlamento regional con cócteles molotov.
Conviene ver: “El año del descubrimiento” es con sus 200 minutos un documental rotundo de esos que parecen llegados para trascender y para marcar un hito en el cine. No es habitual abordar de manera revisionista y sin partidista episodios de la Historia reciente de España, algo que siempre ha dado entre pereza, temor y respeto. Este trabajo nos lleva a la España de 1992, un año que supuso un punto de inflexión para un país lleno de contrastes que todavía venía acomplejado frente al exterior por las consecuencias del Franquismo y que logró una carta de presentación y de modernidad al mundo organización los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Todo era esperanza, poderío y nuevos tiempos para una España que todavía encerraba precariedad, miseria y desesperanza, algo que se representa en las protestas violentas a raíz del desmantelamiento de la industria en la provincia de Murcia. Una zona que en realidad no es más que una muestra de lo que es la causa obrera a nivel general en un país que por un lado se quería codear con los grandes pero que, bajo la alfombra, todavía tenía muchas cosas de las que avergonzarse y que los políticos de turno no dudaron en dejar de lado porque esa España trabajadora y doliente no era la que les interesaba vender en ese momento entre disputas sindicales y un movimiento obrero fragmentado a su suerte. Una película valiente y que no se casa con nadie, cuyo visionado no es fácil pero que interpela nuestra conciencia, y que devuelve al cine español el mejor espíritu del cine social, algo abandonado en los últimos años, a través de un montaje vigoroso con pantalla partida e imágenes de los hechos, reflexiones de bar, donde la sinceridad cobra otro cariz, y testimonios de los protagonistas.
Un film definitorio sobre una época, y que seguramente se convertirá en referencia, quedando la faceta de periodista del director oculta tras la cámara y dando voz a los protagonistas pero siendo sustituida por ciertos caprichos formales de autor que dan personalidad frente a un componente social que no precisa de ello y que cobra fuerza por sí mismo, al igual que una duración a todas luces excesiva para lograr que este título pueda ser más accesible y tener recorrido fuera de los circuitos de culturetas comprometidos. Eso sí, no se puede negar que es un trabajo mayúsculo y sincero, tanto en profundidad como en dimensiones, que confirma eso de que de esos polvos vienen estos lodos y es que el paro juvenil, la desesperanza social y el auge de los populismos que vivimos en la actualidad no es más que una consecuencia de un caldo de cultivo generado con los años y del cual los que debían no han querido atajar ante los cantos de sirena de postureos de galería y cumbres europeas con mucho titular hueco pero poca consecuencia práctica en lo social. Una España precaria que lleva a que conociendo el pasado podamos entender mejor el presente.
Conviene saber: Un documental dirigido por Luis López Carrasco, responsable de trabajos como “Los materiales” (2009) o “El futuro” (2013).
La crítica le da un SIETE