"C´est la vie!"
La web oficial.
El argumento: Una boda de lujo en un castillo francés del siglo XVIII se va de las manos; la película narra los entresijos de la boda desde la perspectiva del personal de catering, el fotógrafo y el DJ.
Conviene ver: Olivier Nakache y Éric Toledano serán siempre los directores de “Intocable” y ya con su anterior trabajo, “Samba”, demostraron su habilidad de saber encontrar y unir los resortes del humor fresco y directo con un timing cómico envidiable en el cine reciente y ofreciendo siempre grandes momentos al espectador. Si con “Samba” se quedaron por debajo de la recordada cinta protagonizada por Omar Sy y François Cluzet ahora se desquitan con una propuesta que, a buen seguro y favorecida por el boca-oreja, funcionará muy bien en nuestro país. En “C´est la vie” nos adentramos en el mundo de los banquetes de bodas a través de una empresa que organiza todo el evento dirigido por un jefe de operaciones estresado, en permanente estado de exaltación, y que está pasando un duro momento personal separándose de su mujer mientras su amante (una de las miembros de su organización) parece también querer romper con él. En ese ambiente encaran todos un día tan estresante como surrealista con el fin de organizar con todo el boato y perfección la boda de un petulante niño rico en un palacete y atender a sus exigencias. Ya con un prólogo delirante, que nos sirve para conocer cómo funciona este mundillo de las bodas mucho más paranoico y delirante de lo que parecen apuntar los cuidados álbumes de fotos, los vídeos en los que vemos a invitados con la corbata en la frente, y alguna conga salida de madre, nos adentramos en un delirio con un ritmo trepidante en el que se explota la historia coral entre camareros, el DJ, el fotógrafo y su becario, o invitados para dar de comer a parte (pero tan reconocibles) como es el caso de la madre del novio. Todo capitalizado por un Jean-Pierre Bacri que asume ese rol de jefe cascarrabias pero con buen corazón, frente a todos los problemas y enredos que surgen como una sublevación laboral o tener que sustituir con hojaldre los problemas en el menú, en el que el actor saca a relucir toda su vena cómica, mucho más bufa que la vista en sus más intelectuales trabajos para Agnès Jaoui. Desde luego que no estamos ante la comedia definitiva, ni se reinventa nada con ella, pero las risas y el buen rato que provoca (en un éxtasis continuo para el espectador) no está pagado. Los más escépticos dirán que se pasa de costumbrista pero es un respiro entre tanto drama en una película que debería funcionar como un tiro en taquilla y que prácticamente se puede decir que es imposible que no te garantice un gran rato en el cine.
Conviene saber: La nueva comedia de Olivier Nakache y Éric Toledano (“Intocable”, “Samba”) compitió en el Festival de San Sebastián 2017.
La crítica le da un OCHO