"Animales nocturnos"

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El argumento: Narra la historia de Susan Morrow, una mujer que tras abandonar a su primer marido, un escritor inédito, vive ahora con un médico. De repente recibe un paquete en el que descubre la primera novela de su ex, quien en una nota le pide que por favor la lea, pues ella siempre fue su mejor crítica. Susan lo hace y, a medida que se sumerge en la narración, la propia novela acaba olvidando la historia principal para acabar hechizada por este relato dentro del relato, síntoma evidente de que a la nueva vida de Susan le falta algo y deberá explorar en su pasado para saber qué es lo que le impide seguir adelante.

Conviene ver: "Animales nocturnos" es una historia dentro de una historia en una apuesta de cine negro deudora de David Lynch y Alfred Hitchcock, por su tono tan enfermizo como intrigante. Una cinta en la que una galerista de arte recibe el manuscrito de la última obra de su ex marido, un ejercicio que supondrá para ella una introspección que le haga comprender las ataduras del pasado que le coartan mientras van confluyendo esa sensación con la trama de la propia novela. Una compleja y caleidoscópica historia que va desde el presente al pasado derivando en una ficción más auténtica de lo que parece. A destacar el oficio de Ford que no puede evitar caer, sin embargo, en cierta confusión entre esas líneas temporales y que se queda en la superficie de la complejidad psicológica de sus personajes. Una cinta más desenfadada y desenfrenada que la contención sobria de su anterior trabajo valorando la fotografía de Seamus McGarvey (de inhóspita ruralidad a la alienación urbana), la música de Abel Korzeniowski, pretendidamente compleja y alambicada, como lo es la propia película, que juega también a la confusión de algo que toca la estridencia formal sin patinar. Subyugante juego de espejos turbio y áspero en el que se nos propone un campo de minas narrativo entrelazado en el que lo importante es escudriñar entre sus capas. Venganza que supone un golpe a la vida aparentemente feliz y cómoda en un doble juego tan adrenalítico como introspectivo con un poso asfixiante, embriagador y lleno de frustración. Como en “Un hombre soltero”, Ford ofrece algo mucho mayor que un juego de estilo (que también) sobre como la ficción puede hablar de nosotros mismos y liberar nuestros fantasmas apoyándose en grandes trabajos de Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Michael Shannon y Aaron Taylor-Johnson.

Conviene saber: Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia 2016 para la segunda película como director de Tom Ford en la que es una adaptación de la novela de Austin Wright.

La crítica le da un SIETE