"La noche del cazador".

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miércoles, 2 de marzo de 2005

Querido diario:
Un joven agente llamado Paul Gregory vio a Charles Laughton leyendo la Biblia en un programa de televisión, le pareció una experiencia asombrosa y le propuso al actor que hiciera una serie de lecturas del mismo estilo en un escenario teatral. La gira por todo el país tuvo mucho éxito de público y crítica, por lo que Gregory y Laughton se hicieron socios.
Después de triunfar en Broadway, ambos estaban ansiosos por volver a Hollywood y rodar una película que fuera tan única y memorable como sus producciones teatrales. Un amigo y agente de Nueva York le mandó a Gregory las galeradas de una novela titulada "La noche del cazador", de Davis Grubb, un autor de Virginia. Gregory se dio cuenta enseguida de que podría convertirse en esa película sobrecogedora y sorprendente que tanto él como Laughton aspiraban a rodar. Le pasó las galeradas a su socio y Charles compartió inmediatamente su opinión.
La peli fue creciendo poco a poco y el guión pasó por varias manos.

Elguion.htm

A mi tío le he pedido que me diese la situación psicológica del prota y me ha contestado....

Robert Mitchum acogió con un interés enorme su personaje a las órdenes de Charles Laughton. Le convenía representar al predicador que esconde su maldad bajo las bellas palabras del hombre de Dios. En sus manos lleva escrito Amor y Odio.
Le interesaba mucho borrar la imagen de pervertido y amoral que se había extendido entre muchos de sus compatriotas, a raíz de una foto que dio la vuelta al mundo desde el festival de Cannes. La campaña contra el actor era impulsada por el propio comité de actividades antiamericanas del senador McCarthy.
Las chicas aspirantes al mundillo del cine aguardaban cualquier oportunidad para saltar a la fama. Simone Silva era una de ellas.

A Mitchum y a sus representantes no les valió de nada explicar lo ocurrido: Robert cedió a los ruegos de la chica para hacerse una fotografía. Tomó a la muchacha por detrás por los brazos y ésta aprovecho la presencia de los fotógrafos para quitarse la pieza de arriba del vestido.
Los integristas de la política y la religión comenzaron por exigir a los estudios de Hollywood que vetaran al que consideraban pecador empedernido. Dos de las grandes cotillas de Hollywood, Hedda Hopper y Louella Parson atizaron el fuego. Se vivía en pleno macartismo, con su estímulo patriotero a la delación y la hipocresía. Se pedía también que Estados Unidos no mandara nunca más una película a Cannes, la antesala del infierno, Sodoma y Gomorra, .
Después de semejante vía crucis, Mitchum estaba en las mejores condiciones psicológicas para abordar su nuevo personaje.
De tu tío que te quiere. Anibal.