OSWOOD: He hablado con
mamá por teléfono, ha llorado de felicidad. Desea que lleves su traje de novia
con encajes blancos.
JERRY (llevándose las manos al corazón):
Oswood, no puedo casarme con el traje de tu madre, ella y yo no tenemos el
mismo cuerpo.
OSWOOD: Haremos que lo
arreglen.
JERRY (con firmeza): ¡No
lo harás! Mira, Oswood, debo decirte la verdad. No podemos casarnos.
Oswood: ¿Por qué no?
JERRY: Bueno, en realidad no soy rubia.
OSWOOD (generoso): No
importa.
JERRY: Y además, fumo.
Fumo como un carretero.
OSWOOD: A mí no me
molesta.
JERRY: Y tengo un pasado
muy agitado. Desde hace tres años vivo con un saxofonista.
OSWOOD: Te perdono.
JERRY (cada vez más
desesperado): Y nunca podré tener hijos.
OSWOOD: Los adoptaremos.
JERRY: ¿Pero, es que no
me comprendes? (se arranca la peluca y dice con voz de hombre): ¡soy un HOMBRE!
OSWOOD (con
indiferencia): Nadie es perfecto.
»Diamond y yo escribimos
esta escena final un domingo. Con el guión, llevabamos sólo dos o tres días de
adelanto con respecto al rodaje, pero hasta entonces teníamos que haber
encontrado el final. llabíamos llegado hasta la frase en la que Lemmon se quita
la peluca y grita «¡Pero soy un hombre!».
Billy y Diamond dedicaron horas a la última respuesta de Osgood. Le hacían contestar “So wak!” (¿Y que?) o Big deal! (¡Gran cosa!) el guión sólo estaba dos días por delante del rodaje y el tiempo se agotaba tanto como ellos buscando el broche que cerraría la película. Finalmente Diamond propuso “Nobody is perfect!”. Era el final de un chiste muy popular entonces sobre un matrimonio que se pelea. La mujer le dice al marido: “Eres un perfecto idiota” y el hombre le contesta: “Nadie es perfecto”. Ninguno de los dos estaba convencido pero llegó el momento de rodar la escena, no habían encontrado nada mejor y así quedó.