Querido primo Teo:
Mientras nos marcamos
un verano muy chaplinesco, la hija de Charlot, Geraldine Chaplin, estrena película esta semana. Se trata de
"Imago mortis" en la que interpreta a una condesa rica y excéntrica que colecciona animales y artefactos extraños. Es una nueva incursión de Geraldine en un cine español que le ha acogido siempre con cariño y que incluso le reportó un Goya a la mejor actriz de reparto por “En la ciudad sin límites”.
Por primera vez trabaja con su hija Oona, circunstancia que según cuenta en una reciente entrevista promocional no fue para nada premeditado: “El proyecto surge cuando mandaron el guión a mi agente y él me lo mandó a mí a su vez. Me gustó mucho la idea de trabajar en Italia, en Turín. Entonces no sabía que trabajaba mi hija. No me gusta contarlo porque nadie se lo cree, pero es verdad. La gente de la película no sabía nada tampoco. Habían elegido a una Castilla, que es su apellido paterno. Ella hizo el casting cuando estaba todavía en la escuela. Su apellido es Castilla, se puso Chaplin después, cuando llegó al rodaje. Le dijeron que ya había una Chaplin en el rodaje y exclamó, ¡pero si es mi mamá!.”
Geraldine considera a su hija una auténtica bomba atómica, a pesar de que para el rodaje de esta película ha tenido que dar una imagen más apagada por exigencias del guión. En la entrevista, facilitada por Way to Blue, también recuerda sus comienzos en el cine con la película de su padre “Candilejas”: “Fui extra en una película de mi padre, Candilejas. Recuerdo la alegría de no tener que ir al colegio, nada más. Bueno también recuerdo la decepción cuando descubrí que había un colegio en el estudio, porque los niños también tenían que ir a clase allí. Así que la rodé y luego me mandaron a clase.”
Además de dejar patente la admiración por su padre y su personaje recuerda la etapa en la que tuvo que trasladarse con su familia a Suiza después de que Charles Chaplin fuera acusado de comunista. Algo que pudo ser traumático para una niña, como la que era, quedó como una experiencia positiva, un bagaje al que no renuncia: “Me acuerdo de que mis padres fueron muy inteligentes, no nos dijeron nada. Nosotros estábamos en un barco, llegó el famoso telegrama negándole la entrada a Estados Unidos y ni yo ni mis hermanos nos dimos cuenta de nada. Seguimos viajando y llegamos a Inglaterra. Luego fuimos a Suiza, a un colegio, y siempre pensábamos ‘cuando volvamos a América esto o lo otro’. Luego me enteré de que habían echado a mi padre de Estados Unidos, fue como a los catorce o quince años. Entonces me pareció maravilloso. La gente me decía que mi padre era un comunista, pero a mí me hacía ilusión. Lo descubrí en el momento justo para estar orgullosa de ello. Si lo hubiera sabido a los ocho años supongo que hubiese sido un trauma, yo tenía a todos mis amigos en Estados Unidos. Creo que no lo hubiera entendido.”
Una actriz como ella conoce ya muy bien nuestra industria y, por ello, también habla del estado actual de nuestro cine destacando el talento de los que lo hacen: “Yo creo que está muy bien, pero me dicen que hay mucha crisis. La crisis económica afecta, alguien me dijo cuántas películas se habían hecho y cuántas se van a hacer este año y es una gran pena, hay mucho talento aquí, muchísimo.”
Tu primo.
Coronado