Espresso: De reina del porno en los 70 a directora de cortos animados
Querido primo Teo:
Que sorpresa nos hemos llevado consultando la programación del Animadrid de este año, ya sabes la gran feria sobre el mundo de la animación que se celebra en el municipio de Pozuelo de Alarcón en la comunidad de Madrid, cuando hemos visto el nombre de la holandesa Sylvia Kristel. Seguramente no te sonará de mucho por ser tan solo un niño probeta, pero Quintanilla o personas de treinta en adelante la recordarán por ser uno de los mitos eróticos de los 70 por su papel protagonista en "Emmanuelle" en 1974, una cinta gala llena de erotismo que se queda en porno blando y que fue un auténtico boom.
Sylvia Kristel comenzó su carrera como modelo debutando como actriz en 1973 en un papel secundario en la película alemana "Frank y Eva". Fue al año siguiente, y de la mano de Just Jaeckin, donde consiguió su papel protagonista en la producción gala "Emmanuelle" (1974) que le catapultaría a la fama mundial y le convertiría en mito erótico para varias generaciones de espectadores. Su carrera posterior estuvo marcada por éste y los otros títulos de la saga en los que intervino, pero su talento se desaprovecharía en producciones de poco éxito. Algo desencantada de la interpretación, cultivó la pintura y la ilustración, y en 2004 tuvo la oportunidad de realizar el cortometraje de animación "Topor et moi", con el que ha obtenido varios premios en festivales internacionales y que se puede ver hasta el próximo viernes en Animadrid.
Con tono autobiográfico, Kristel señala que el Topor del título del corto se refiere a Roland Topor que fue maestro de la actriz en el mundo del arte plástico en el que se volcó una vez colgadas las botas en el mundo del cine. "Le conocí en 1972, dice Kristel, y, al principio, me dio miedo su risa diabólica. No fue nunca mi amante, porque mis maridos siempre fueron grandes amigos suyos. Él fue quien me inculcó que, en mi labor como pintora, tenía que abandonar el academicismo. Me dijo que me olvidara del óleo y las acuarelas y que usara como materiales las cenizas de un cigarro o las manchas de vino tinto. Llegamos a hacer un libro juntos, French Concon, que apareció en una exclusiva edición de bibliófilo de tan sólo 52 ejemplares. Era un cuento de hadas erótico protagonizado por una prostituta que perdía todos sus miembros, pero podía seguir expresándose a través de su sexo. Ilustré esa historia utilizando lápiz de labios, typpex y font de teint".
De no ser por la enfermedad del cáncer que padeció estos años, Kristel no se hubiera embarcado en el mundo del cortometraje animado. Con "Topor et moi" quería dejar constancia de su paso por este mundo complementándose con la autobiografía "Nue" que publicó en 2005 en la que desnudaba su alma haciendo repaso a toda una vida llena de excesos pero de recuerdos intensos. Ilusionada con la buena acogida de su primer corto animado, Kristel ya tiene ideado cual será su segundo trabajo en el género. Se llamará "L.A. Kristel" y será bastante más sórdido que su predecesor ya que la actriz holandesa se centrará en su etapa de sexo, drogas y rock and roll en la que se introdujo tras su llegada a Los Ángeles.
Aunque ahora se cultive en otros artes para nosotros siempre será esa mujer de presencia felina, sexy y provocativa. Siempre será "Emmanuelle", la jovencita recién casada que se inicia en el mundo del sexo y de los placeres ocultos. La recordamos tal que así...
Tu primo.
Coronado