Venecia 2020: El mercado cinematográfico trata de adaptarse a la "nueva normalidad"
Querido primo Teo:
A finales del pasado mes de Febrero tuvo lugar la 70ª edición de la Berlinale cuya marcha estuvo marcada por los inicios de la expansión del dichoso coronavirus (COVID-19), eso se notó especialmente en el descenso del número de acreditados y sobre todo en el mercado con la ausencia de algunos de sus principales compradores procedentes de Asia. Nos despedimos de la Berlinale 2020 hace seis meses y han ocurrido tantas cosas en este tiempo que la realidad que vivimos ahora no tiene nada que ver con la de principios de este año, cuando había libertad de movimiento, no existían las restricciones de aforo, no concebíamos que las mascarillas y la distancia social formarían parte de nuestras vidas ni podíamos aventurar el alcance de esta crisis sanitaria y socioeconómica en la que estamos inmersos a nivel mundial. Italia fue uno de los primeros países de Europa en ser duramente golpeados por el virus y, a pesar de eso, no se alteraron los planes para la preparación de la 77ª edición del Festival de Venecia, no siguiendo el ejemplo de Cannes que no se celebró o de Toronto 2020 que tendrá lugar con una limitación de aforo y será prioritariamente virtual. En esto del mercado cinematográfico también hay una disputa entre los diferentes certámenes por saberse el más influyente y precisamente Cannes, Venecia y Toronto, dejamos a un lado a Telluride que también se ha cancelado, son los que se miden la atención de los medios de comunicación y por supuesto de la industria.
Ha sido un desafío poner en pie Venecia 2020. Según su director Alberto Barberá se está en la edición más difícil de su Historia puesto que estamos atravesando una situación excepcional y realmente complicada, porque por muy draconianas que sean las medidas de seguridad el factor humano no es tan infalible y cualquier despiste puede ser fatal. La experiencia puede ser un ejemplo a seguir para eventos venideros como el inminente festival de San Sebastián. De hecho, la Mostra ha contado con el respaldo de los responsables de los principales certámenes cinematográficos europeos: Thierry Frémaux (Cannes), José Luis Rebordinos (Donostia), Lili Hinstin (Locarno), Vania Kaludjeric (Rotterdam) y Karel Och (Karlovy Vary) que prometen colaborar para defender el futuro de un sector que también ha quedado seriamente tocado por los estragos de la pandemia. Precisamente ese ha sido el motor que ha impulsado esta difícil cita.
Reactivar la industria cinematográfica y que volvamos a ver una película en las salas comerciales ha sido el mensaje que también ha querido transmitir Cate Blanchett que ejerce de presidenta del Jurado de la sección oficial. La actriz australiana doblemente ganadora del Oscar considera que se ha de hacer un considerable esfuerzo para emerger y volver a congregar a los espectadores de una manera segura. También consideró un milagro poder asistir a la Mostra y agradeció el hecho de alejarse de su confinamiento y poder mantener una conversación con adultos porque ha estado hablando con sus cerdos y gallinas durante los últimos seis meses, los que hemos estado encerrados en casa con nuestros animales nos identificamos totalmente con la protagonista de “Blue Jasmine”. Matt Dillon, Veronika Franz, Joanna Hogg, Nocola Lagioia, Christian Petzold y Ludivine Sagnier completan el Jurado de la sección oficial de Venecia 2020.
Como anticipo a la inauguración de la Mostra se ha proyectado el documental “Molecole” en donde Andrea Segre se aprovechó de la Venecia vaciada por la cuarentena para ahondar en sus orígenes familiares y en la identidad veneciana. La verdadera cinta que ha abierto el certamen es la también italiana “Lazos” de Daniele Luchetti que se basa en la novela homónima de Domenico Starnone en donde Alba Rohrwacher y Luigi Lo Cascio interpretan a un matrimonio que atraviesa una dolorosa separación y en donde sus dos hijos se van a llevar la peor parte. Hay ecos de“Historia de un matrimonio” (2019) de Noah Baumbach (presentada en la pasada edición) y por supuesto de “Kramer contra Kramer” (1980) pero también del cine de Ingmar Bergman y Philippe Garrel aunque no se libra de las críticas por frecuentar demasiados lugares comunes.
Con “Los amantes” de Nicole Garcia (“El sueño de Gabrielle”) comenzó realmente la pugna por el León de Oro de Venecia 2020. La cinta francesa se centra en una pareja de amantes, Lisa y Simon, que tras varios años de relación él se verá obligado a desaparecer para protegerla a ella ya que se ha metido en el crimen organizado. Con el paso de los años se reencontrarán pero Lisa ahora está casada con otro hombre. Esta tragedia lleva los rostros de Pierre Niney y Stacy Martin y, al igual que le sucedió a Garcia con "El sueño de Gabrielle" en el Festival de Cannes 2016, ha pasado con más pena que gloria por la Mostra. Eso sí, Pierre Niney y Stacy Martin son muy guapos.
Uno de los primeros platos fuertes de la competición ha sido la bosnia “Quo vadis, Aida?” de Jasmila Žbanić (ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín en el 2006 por "Grbavica") que recrea la historia real de una traductora para la ONU mientras que su familia trata de buscar refugio durante la Guerra de los Balcanes. Una recreación apasionante que se cimenta en la interpretación de Jasna Đuričić.
La otra gran protagonista del arranque de Venecia 2020 ha sido la actriz británica Tilda Swinton que recibe el León honorífico del certamen. La londinense ganadora del Oscar por sudar la gota gorda en “Michael Clayton” en 2008 y de la Copa Volpi por “Eduardo II” en 1991, y que el próximo mes de Noviembre cumplirá los 60 años, es un caso único porque se ha convertido en una estrella cinematográfica a una edad que supone la retirada para muchas actrices porque ha hecho de su estilo inclasificable su seña de identidad. La Swinton es única entre un millón y un ser de otro planeta, aunque ella prefiere definirse como una chica punk obsesionada con el cine que hace autostop en las estaciones para tomar un tren. Considera la protagonista de “Yo soy el amor” (2009) que el séptimo arte es su verdadera patria. Durante su aparición veneciana ha querido tener presente al recientemente fallecido Chadwick Boseman.
Aprovechando el homenaje a la musa de Derek Jarman, Venecia ha sido el escenario para la premiere mundial de “La voz humana”, el proyecto que ha unido a la Swinton con Pedro Almodóvar y que supone el primer trabajo del manchego en la lengua de Shakespeare. Este mediometraje de 30 minutos adapta el monólogo homónimo de Jean Cocteau, se rodó después del confinamiento y su protagonista es una actriz que está atravesando un momento horrible, por la mala situación en su carrera y también por una ruptura sentimental que la ha dejado seriamente tocada, pero ni una cosa ni la otra harán que pierda la dignidad. Almodóvar mezcla el barroquismo de su puesta en escena, complementada con el desfile de un majestuoso vestuario, hasta cuatro Balenciagas vemos en pantalla, con la sobriedad de la interpretación de Tilda Swinton que se ha adaptado como un guante al universo almodovariano.
Mary Carmen Rodríguez