Un novato en San Sebastián: El final se acerca, la nueva fantasía de Gilliam y viendo a Haneke en las peores condiciones

Querido primo Teo:

No puedo evitar escribir teniendo presente en mi cabeza que esto se acaba ya y me da muchísima pena porque han sido seis días de intenso cine caminando por San Sebastián y viendo todo bajo los ojos de un novato totalmente inexperto en esto de los festivales. Me he sentido un privilegiado rodeado en todos los pases de prensa por periodistas muy reputados y otros menos pero en cualquier caso igualmente conocidos, así como el poder entrar en las ruedas de prensa con muchos de los actores y directores que tan admirados son por todos.

Hoy el día no ha sido demasiado interesante. Todo ha empezado a las 8:30 de la mañana haciendo cola en el Kursaal para hacerme con una entrada de “La cinta blanca”, que hoy tenía su último pase a eso de las cuatro de la tarde, ¡y no podía irme sin verla!. Después de una conversación muy amigable con la chica encargada de vender las entradas (el personal de aquí es muy majo y siempre atento) me dirigí a la sala Victoria Eugenia para ver “I come from Busan”, película coreana de esas que provocan miedo verlas en los festivales porque entras sin saber con qué te vas a encontrar. Lo bueno de esta película es que dura sólo hora y veinte para contarte la historia de una joven que decide entregar su niño recién nacido a un centro de adopción. Más tarde se arrepentirá de su decisión y hará todo lo que pueda por volver a ver a su hija. Ni que decir tiene que no ha gustado nada por aquí pero a mi personalmente no me ha disgustado aunque dudo que tenga repercusión más allá del festival. Ha sido muy curioso porque mientras estaba esperando sentado en mi butaca y mirando a las musarañas pongo disimuladamente el oído en conversaciones ajenas (lo siento, mamá) y me han hecho gracia las críticas de algunos periodistas hacia la organización del festival: que si el Kursaal es feo, que si no es cómodo, que si las butacas del Victoria Eugenia son estrechas... Yo flipando porque para mi todo es increíble, desde las calidad de las salas a la propia organización no tengo ni la más mínima queja, ¿cómo quieren que sea todo esto?. Además he podido escuchar críticas un tanto envidiosas hacia cierto crítico conocido, o comentarios incrédulos sobre la película de Javier Rebollo y su travelling de cinco minutos siguiendo a Carmen Machi caminando por el barrio de Tribunal.

Lo siguiente ha sido un poco como el día de la marmota ya que una vez que salí de la sala me dirigí nuevamente a la puerta del edificio para hacer cola y ver la esperadísima "El imaginario del Dr. Parnassus", lo nuevo del querido y odiado a partes iguales Terry Gilliam. Es muy chocante la primera escena donde aparece el personaje de Heath Ledger, y los cambios del guión por la repentina muerte de éste no se notan demasiado, ¡hasta queda bien y todo!. La película entra por los ojos aunque hay veces que los efectos cantan a leguas pero donde más falla es en su historia, hay pequeños detalles que no vienen a cuento pero en términos generales es una película a disfrutar.
Al salir del cine he escuchado gritos histéricos y mi instinto me ha llevado corriendo hacia el hotel María Cristina y ¿a qué no sabes quién acababa de llegar?. Pues si, Naomi Watts, que ha salido del coche y se ha metido corriendo en el hotel sin hacer el más mínimo caso a los que estaban allí esperándola (¡qué sosa! Pero a esta mujer la perdono todo...).

Después del atracón de ver dos películas seguidas quedé con una chica que he conocido para tomar unos pintxos y unas cañas. ¡En qué momento lo hice!. Al final entré a ver “La cinta blanca” con un par de cervezas de más en el cuerpo y te puedes imaginar que ese estado no es el más apropiado para entrar a ver una película de Haneke de más de dos horas de duración. Me ha costado Dios y ayuda centrarme en la película y no dormirme pero después de unas buenas sacudidas de cabeza seguida de unos pellizcos en el brazo he logrado concentrarme (aunque un poco tarde) en ver la película de Haneke. ¡Tanto tiempo queriendo verla para al final no disfrutarla al cien por cien!.
Como puedes suponer después de haber visto tres películas casi seguidas al final no me metí en la sala principal para ver “Mother and child”, así que la voy a ver ahora.

Entre las favoritas a ganar la Concha de Oro están “El secreto de sus ojos”, “City of life and death”, “Yo, también” y he leído en algunos sitios que hasta “Hadewijch” puede hacerse con el galardón. En cuanto al premio TCM del público todo apunta a que será “Precious” la que ganará si Gilliam no lo remedia en el último momento. ¡Esta tarde saldremos de dudas!.