"Un método peligroso"
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El argumento: Transcurre en los albores de la I Guerra Mundial. Es una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung, su mentor Sigmund Freud y Sabina Spielrein. A este trío se añade Otto Gross, un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. Esta exploración de la sensualidad, de la ambición y del engaño llega a su momento cumbre cuando Jung, Freud y Sabina se reúnen antes de separarse definitivamente y cambiar la dirección del pensamiento moderno.
Conviene ver: "Un método peligroso" es la propuesta más clasicista que hemos visto hasta ahora de David Cronenberg. No obstante, sigue centrado en su tema preferido que no es otro que el de la mente humana y el comportamiento extremo de los individuos ante determinadas situaciones que escapan a su control. Cronenberg se pone más trascendental y turbio que de costumbre con una historia compleja, pasional e intelectual entre un joven psiquiatra, una paciente y Sigmund Freud en los inicios del psicoanálisis, aunque algo no termina de funcionar. La técnica del director sigue siendo impecable conformando una película sólida y perturbadora que aborda interesantes debates éticos y psicosexuales a través de un triángulo protagonista atractivo y efectivo. Cronenberg indaga en la rivalidad y ruptura de dos mentes que marcaron el estudio del psicoanálisis como son Sigmund Freud y Carl Jung reflejándose una relación marcada también por sus distintos orígenes étnicos y sociales. Desgraciadamente "Un método peligroso" (como en casi toda la filmografía del director) tiende a explorar la mentalidad de sus protagonistas masculinos, en vez de ahondar más en la misteriosa y fascinante figura de Sabina Spielrein, joven paciente masoquista sexualmente que también influyó en algunas de las teorías más celebradas de Freud convirtiéndose en una eminencia. Cronenberg ha querido ser más clasicista que nunca, siendo demasiado conservador en una propuesta que podría haber ido más allá en la perversidad a la que nos tiene acostumbrados en su cine. Sobre todo indagando en el arraigado análisis de la sexualidad y el estudio de los instintos y peores deseos del hombre. Es una pena que el espectador no sienta el desasosiego y la turbiedad propia de una historia con semejante potencial ya que toda su fuerza sexual se basa únicamente en la verborrea de las palabras. Las ideas no terminan de estar desarrolladas como la relación entre ellos o el viaje a USA de Freud y Jung. Keira Knightley lleva a cabo el mejor trabajo de su carrera bordeando la sobreactuación propia de la demencia que padece el personaje. Dividirá su interpretación por la fina línea que mantiene frente al campo de lo grotesco y exagerado. Está bien flanqueada por unos más que eficientes Michael Fassbender (el actor del año) y Viggo Mortensen. Las menciones se olvidan de un estupendo Vincent Cassel que, como el desinhibido drogadicto Otto Gross, da aire y refresca una historia algo sesuda y divagante por momentos. Cronenberg ha optado por llegar esta vez a más público siendo su película menos reconocible y, a pesar de ser sólida y destacable, le falta fuerza en su mensaje y en el reflejo en pantalla del choque de unas mentes y personalidades tan complejas.
Conviene saber: Basada en la obra de teatro “The talking cure” de Christopher Hampton de 2002, es la tercera colaboración entre David Cronenberg y Viggo Mortensen tras “Una historia de violencia” (2005) y “Promesas del Este” (2007) después de que éste haya sustituido al inicialmente previsto Christoph Waltz.
La crítica le da un SEIS